Descubrimos todo en relación, pero nadie nos ayuda a reconocer quién somos en realidad y qué es la vida, y por eso sufrimos y hacemos sufrir. Algunos ‘gurús’ hacen mucho daño, pero tal vez la reacción más sana no es negar el rol sino discernir con quién aprendo a reconocer la Consciencia pura y absoluta que ya soy, que es, y su expresión espontánea en el universo y en mi persona libre. Escribe David Rodrigo.
Duda: ¿Y qué es entonces la diferenciación, la acción y el cambio en el mundo y en mí?
Respuesta: Expresiones de la Consciencia, en la Consciencia, iluminadas por la Consciencia una, indivisible, inmutable.
El Ser y su expresión espontánea en el universo y todos los seres. Cada uno de nosotros somos ese mismo Ser supremo, absoluto, en la expresión particular presente de nuestra persona, que es nuestra propia creación.
Somos siempre libres para ser libres Siendo conscientes de Ser o para seguir esclavos con la ignorancia innata de yo soy mi mente-cuerpo, limitado, y actúa deseando sentirme más satisfecho y, por tanto, me esclavizo a ser el experimentador de los frutos de mi acción, siempre limitados.
Duda: ¿Y el sufrimiento entonces qué es?
Respuesta: Sufrimos como si fuese completamente real, como si todo nuestro Ser sufriese, pero no es así. Nuestro cuerpo siente el dolor, nuestra mente-corazón sufre, nuestro Ser –la esencia de nuestro cuerpo-mente-corazón, su fuente de vida, energía y consciencia– es intocable, imperturbable, su naturaleza es siempre lo que Es –la Existencia misma, sin principio, cambio ni fin– y lo que Siente, Consciencia pura, y es Felicidad plena, ilimitada, incondicionada, permanente.
Tu miedo, tu angustia, tu sufrimiento… eres tú; sucede en ti. Abrázalo en lo permanente en ti, Quien ve, observador ecuánime, y tu miedo, tu angustia, tu sufrimiento… será Paz, tú.
El sufrimiento, la vida, te enseña, si aprendes. Si enseñara siempre, todos seríamos sabios. Te enseña si reconoces la causa del sufrimiento y además la transformas, haces, desechas, porque no te sirve, te hace daño si te la quedas dentro.
Encuentra la causa primera de todo sufrimiento y deséchala:
Tu idea equivocada de yo soy un individuo separado –como si tuviera mi propia existencia por mí mismo–, este cuerpo-mente y sus condiciones, limitaciones, insatisfacción, miedos, competencia, egoísmo, violencia.
Puedes hacer un cambio rápido de la consciencia de quién eres, quién somos, qué es la naturaleza y la vida: Ser-Consciencia-Felicidad una, incondicionada, infinita, indivisible, que se expresa en el universo entero y en todos los seres diversos y libres.
Puedes ser libre para:
- Ser Libre: natural, espontáneo, acogedor global –de todo– y trascendente.
- O para ser esclavo: sufrir y hacer sufrir.
Depende de tu Consciencia de Ser.
Duda: Y si es tan sencillo y claro, ¿por qué prácticamente nadie lo hace ni reconoce Ser?
Respuesta: Porque nacemos por y con la fuerza del hábito de la identificación con la mente y la mente tiene el patrón ancestral de ir a fuera con los sentidos del cuerpo, debido a su propio contenido fluctuante, sus propias impresiones mentales acumuladas desde tiempo inmemorial fruto de ese mismo patrón funcional, y por ello la mente-cuerpo (con la que nos identificamos como yo, cuando en realidad no es más que nuestro instrumento para el mundo fenomenológico):
- Desea experiencias de cosas-personas-situaciones, etc. diferentes a ella.
- Teme no lograr lo deseado o perderlo.
- Y teme su propia muerte.
Nacer es encontrarnos con esa identificación con ese estado mental. Y no se nos enseña a reconocer lo permanente en uno mismo –donde todo movimiento mental sucede– como Yo soy Eso, porque es lo que siempre está en mí, quien es y conoce en mí, Yo, y todo esto –el universo entero– son formas-nombres-movimientos distintos de este misma Existencia-Consciencia autoexistente y autoluminosa que Soy, que Es.
Todos los seres del mundo y el universo entero, material y sutil, está interrelacionado en una misma unidad, Dios/Universo/Cosmos. Cada ser somos una parte del cuerpo, la energía y la mente de Dios/Universo. Y finalmente el Ser de Dios y de cada ser es el mismo Ser –uno, indivisible, cuya naturaleza es la Existencia-Consciencia-Plenitud misma– expresándose con distintos roles y atributos, que son nuestra propia creación individual, porque somos siempre libres, para bien y para mal.
No se nos enseña esto ni, por tanto, tampoco cómo reposar nuestra mente-corazón-relación con tu persona, tu vida, el mundo, Dios/universo y tu Ser en su esencia, el centro de tu Ser, Consciencia pura, siempre la misma Luz y Vida del mundo.
Por eso no solo nacemos por y con la fuerza del hábito de la identificación con la mente y su patrón ancestral de ir a fuera con los sentidos y desear, temer y actuar así, sino que lo alimentamos cada instante de nuestra existencia con esa misma identificación. Por eso, y por nada más, prácticamente nadie conoce su verdadero Ser y la Vida, y por eso hay maldad y sufrimiento en el mundo y en las personas, animales, planeta.
Duda: ¿Y qué es la muerte entonces, según tu comprensión?
Respuesta: Sólo muere el cuerpo físico, que, en realidad, no tiene vida aparte de la Existencia una, indivisible, eterna.
Solo morimos mientras somos ignorantes natos. Y, en el Ser real, no hay ignorancia, nacimiento ni muerte –ni parcial ni total–, Es y Sabe.
Al morir solo cambiamos de cuerpo físico y de situaciones de vida, pero no vamos a ningún sitio. Es decir, nos quedamos donde estamos, en nuestras impresiones mentales: mente subconsciente que, en una parte pequeña, se activa y vuelve a convertirse en mente consciente y tal vez cuerpo físico, según su propio contenido, sus propias impresiones mentales que se activan porque tú las has activado con tu forma de vida, tus pensamientos, tus sentimientos predominantes en la vida anterior.
Por eso es muy importante a qué dedicamos nuestra vida, nuestro tiempo, energía, amor, pasión, pensamiento, sentimiento, acción, porque no sólo nos creamos nuestra vida presente sino incluso la futura, si continuamos identificados con nuestro individuo separado, sombra de nuestro Ser uno y lo mismo en todo.
Y, finalmente, la muerte –anihilación– no existe en el Ser, que es la realidad última, verdaderamente real, la Existencia misma, la primera y única, sin principio, cambio, otro, fin ni partes. Lo otro diferente a la Existencia –fuera o dentro de sí o partes– es no existente.
Nuestro problema real, la causa de nuestro sufrimiento y de crear sufrimiento a los demás, mal, muerte, etc., es finalmente uno y el mismo: la ignorancia de quién somos en realidad y qué es la vida.
La ignorancia de la Verdad, del Ser permanente, autoexistente y autoluminoso, que Es y Conoce, Soy y Sé, sea tu persona quien sea, sin principio ni fin ni cambio y la fuente del dinamismo de la vida, omnipresente y omnipotente.
Pero no es “mi comprensión”, sino el Conocimiento que se transmite en distintas tradiciones con sus propios matices, como la del Advaita Vedanta o la del Yoga Meditación, entre otras, y que investigas y finalmente validas por ti mismo en ti mismo hasta tu verdadero Ser, Consciencia pura y absoluta, donde ya no hay conceptuación mental y que ilumina y guía ahora sin obstáculos de confusión tu mente-corazón-cuerpo-vida.
(Próxima entrega: La ignorancia)
Consulta
Si tienes cualquier duda sobre la enseñanza y la práctica que indica este o cualquier otro artículo de David Rodrigo puedes escribirle directamente a: escuela@delavidaplena.com
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David Rodrigo, maestro del Conocimiento del Ser no dual desde la tradición del Advaita Vedanta y del Yoga Meditación del Himalaya y la experiencia misma, pura, directa, libre.
Enseñanza y acompañamiento personal (online y presencial):
1) Bhagavad Gita desde Dentro – Estudio y práctica tradicional en profundidad. Más info AQUI
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