Invocar la energía de Bhuvaneshvari Maa –este arquetipo suave y amoroso– será una manera de curar las heridas de la madre, estimular tu creatividad, aumentar la fertilidad o crear más espacio en tu vida. Escribe Harmony Hannigan.
Ella es la diosa del espacio.
Su cuerpo es la creación en su totalidad,
aquella que contiene todo lo manifestado.
Es el útero de la vida
generoso y nutritivo.
Es Jnana Shakti, la fuente de toda sabiduría,
la madre invisible.
Tierra y cielo
Su nombre significa “Reina del Universo”. Ella encarna el espacio que sustenta la creación y por lo tanto reina sobre ella, a la vez que reina también sobre nuestra tierra, pues es la Madre Tierra.
A la vez que es la Madre Tierra también es Akasha, el espacio cósmico. Por lo que además de representar el espacio uterino que engendra la creación también es el espacio que da vida a lo manifestado, a las estrellas, los planetas y toda la materia interestelar.
Esta diosa va más allá de las razas y especies para invitarnos a una comprensión unificadora, así que es muy importante venerarla en un momento como el actual en el que reconocemos la necesidad de crear una cultura global para superar las creencias divididas que destruyen el planeta.
Nosotros estamos acostumbrados a percibir los objetos concretos de la creación pero Ella nos señala el espacio entre estos, como cuando advertimos el espacio entre cada respiración. Y a través de este vacío acedemos a posibilidades infinitas que dan lugar a la creatividad y a la manifestación de todo nuestro potencial.
Además de ser el espacio en el universo, ella es también el espacio de la mente. Cuando aquietamos la mente estamos alineadas con ella. La práctica de meditación con Bhuvaneshvari nos permite contemplar el espacio entre los pensamientos en lugar de identificarnos con el discurso mental. El cambio de perspectiva no solamente trae paz si no que nos conecta con el espacio de Maa, un espacio fundamental para la revelación del ser y la inspiración.
Espacio y tiempo
De la misma manera que Kali crea las direcciones del tiempo (pasado, presente y futuro), Bhuvaneshwari crea las direcciones de espacio (norte, sur, este y oeste).
No obstante, ambas direcciones –espacio y tiempo– están interrelacionadas: el este representa el comienzo, el norte la dirección de la iluminación, el oeste la maduración, y el sur la compleción. Así ocurre que el espacio contiene el tiempo.
La rendición
Asociamos la energía de esta Diosa con la liberación y el niyama: Ishwara Pranidana. Liberarnos de ideas limitantes sobre nosotras mismas y movernos desde la constricción a la entrega, desde el concepto hacia el campo de las posibilidades ilimitadas.
Ishwara Pranidana es la invitación a rendirnos por completo. La práctica de bhakti yoga, de la devoción, puede ayudarnos a concebir que todo pertenece a la fuerza divina, incluyendo nuestros pensamientos y emociones, nuestras esperanzas y miedos, lo que nos da pavor, nuestros peores hábitos. Reconocer todo lo que nos llega como una bendición, incluyendo la enfermedad, va limando gradualmente todo lo que no somos. Tener fe es no preocuparse y conferir “mi” voluntad a la voluntad divina.
Rendirse es todo un desafío dado que la elección y el control sobre nuestras vidas son la característica más tenaz del yo-egoico. Valoramos el placer por encima del sufrimiento y por lo tanto estamos más dispuestos a entregar lo que no nos place y queremos conservar lo que nos gusta. Por lo tanto, un prerrequisito para la rendición es la ecuanimidad. La luz del desapego de Sundari facilita la rendición luminosa de Bhuvaneshwari dado que nos ayuda a entender que no somos los roles que desempeñamos. Para reconocerlo es preciso alejar la perspectiva y ganar objetividad.
La rendición también se extiende al cuerpo cuando soltamos la contracción que sentimos como tensión o agarrotamiento. Mediante la práctica del yoga físico, el estiramiento y la entrega, además de promover el movimiento del prana en el espacio creado (respiración y movimiento) nos permite vivenciar la liberación en el cuerpo.
Pregúntate:
¿Percibes rigidez en tu mente o en tu cuerpo?
¿Sientes la falta de conexión con tu entorno y con el flujo natural y cambiante de la vida?
Es el momento de dejar de sujetar la materia y entregarte con confianza al espacio infinito que te sostiene.
Sugerencia
Cuando te entregues a tu práctica de yoga o meditación, considera de forma intuitiva la dirección hacia la que miras, alineándote con las fuerzas naturales de tierra y cielo. Elige el amanecer o el anochecer para alinearte con tu intención y atiende a las fases de la luna. Sé consciente del espacio dentro de tu cuerpo y en torno a él y más que centrarte en tu anatomía física, fúndete con el espacio, hacia el campo invisible que sujeta la creación.
Y sobre todo saborea el deleite de toda la expansión y sutileza que la madre sagrada te ofrece.
Jai Bhuvaneshwari Maa
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