5 consejos para adaptar el yoga a los niños

2021-12-07

Cada edad debería practicar de una forma distinta. El yoga tiene esa capacidad, y sabe adaptarse a la edad y a los problemas de cada persona. Solo es necesario aprenderlo correctamente, saber observar, corregir y dinamizar las clases. ¿Estás preparada o preparado para adaptar estos consejos especiales para los niños? Escribe Olga Jiménez.

Comencé las clases de niños cuando mi hija tenía edad de practicar, a sus 6 años. Se empezó a ofrecer en su colegio como actividad extraescolar. Así fui acompañando su desarrollo hasta los 19 años que tiene ahora. Este periodo de enseñanza ha sido para mí una auténtica escuela. Así que me atrevo a dar unos pequeños consejos sobre el tema. Tuve además la fortuna de asistir durante años a las clases de niños los domingos en el Instituto de Puna (India) y abrir mi mente a un gran abanico de posibilidades.

Primero conozcamos las necesidades de los niños para saber qué deberían hacer en una sesión de yoga.

1. Los niños necesitan moverse, mantener su flexibilidad, mejorarla y potenciar su fuerza. Es por esto que las sesiones deben ser dinámicas, siempre diferentes y divertidas. Deben suponer un reto para su cuerpo y para su atención.

Si sientas a un niño por mucho rato le aburres, le bajas la energía y le decaes. Puede que consigas que esté aparentemente más tranquilo, y para los padres es muy cómodo que los niños se estén quietos, pero no es sano, no es su naturaleza. Cuando el cuerpo de un niño se mueve de forma correcta, se dinamiza, el niño descansa mejor, duerme mejor y se desarrolla en ellos un estado más despierto y positivo.

Los niños viven en el presente, así que la meditación no es un trabajo específico de esta edad. Si un niño se desarrolla bien, trabaja bien su cuerpo, su mente irá acorde a ese desarrollo.

2. No todo vale con los más pequeños. Los niños también tienen limitaciones y sus cuerpos son frágiles, especialmente el cuello y la columna vertebral. Ellos no deben poner peso sobre su cabeza, las posturas invertidas como Sirsasana, el pino, es postura prohibida;  las demás posiciones invertidas las pueden aprender a modo de juego y mantenidas poco tiempo.

3. Con ellos es más importante el dinamismo que la precisión. Si somos muy exigentes en la técnica se frustran fácilmente. Es mejor que disfruten del movimiento y se relacionen con las posturas a modo de juego, introduciéndolas con sus nombres de animales.

4. Ponle creatividad. Las series fijas son un fracaso con los niños; si repites movimientos, se cansan. Debes atreverte a cambiar el orden de las secuencias, a empezar por el final y terminar por el principio.

5. Si quieres ser profesor de niños acepta el fracaso como parte de la clase;  siempre habrá días que los niños estén imposibles, no atiendan ninguna instrucción y la clase se vuelva un caos. Acepta tomarlo como un juego y disfruta el caos con ellos.

Olga Jiménez es directora de la Escuela de Yoga Iyengar ‘Luz sobre el Yoga’ en Aravaca  (Madrid) desde 1996

La escuela ofrecerá a partir de enero dos cursos nuevos, uno orientado a profesores de yoga que quieran profundizar en el uso de soportes específicos del sistema Iyengar y otro para practicantes de yoga Iyengar que conozcan el sistema y quieran conocer las técnicas, secuencias para enseñar.

https://yogaiyengararavaca.wixsite.com/valdemarin