Entrevista con Ramiro Calle/ 1ª parte: «Ahora me conocen hasta los jóvenes del TikTok»

2025-12-22

No quiere ni oír hablar de su legado, a pesar de que es monumental como testigo en primera línea de la historia del yoga en España de los últimos 65 años. Y es que aún tiene energía de sobra para responder con éxito al penúltimo reto de su biografía: convertirse en un influencer en materia espiritual para los jóvenes. Es una entrevista YogaenRed.

Pepa Ramiro Jime

Conocemos y queremos a Ramiro desde hace 20 años, y hoy le hemos encontrado más vital y animado que nunca. No cabe en sí de asombro. Autor de un legado monumental de 250 libros e innumerables, artículos, cursos, por los cuales era ya muy conocido, sobre todo en el mundo del yoga, ahora se ha visto convertido en una de las grandes estrellas de los podcasts vía redes sociales.

YogaenRed: De maestro de yoga a estrella de la espiritualidad 2.0 ¿Cómo lo llevas, Ramiro?

Ramiro Calle: Hoy, en un trayecto corto de mi despacho a mi casa, me han parado siete personas para saludarme. En un año, ha cambiado todo, después de llevar toda mi vida en esto y haber escrito 250 libros. Increíble.

Ahora estoy rechazando el 90% de las proposiciones porque era un no vivir. No he dejado de ir cada día al centro de yoga para meterme en esto de los podcast de YouTube… Es que no podéis imaginar lo que hay detrás; se están comiendo a las televisiones, a las radios, a todo. Hay canales que tienen dos millones de suscriptores… Nunca me lo pude imaginar; ahora saco un libro y a los 15 días ha agotado.

Han surgido canales como setas en torno a lo que podemos llamar “espiritualidad”, por ponerle un nombre … Es que hay tanta necesidad, soledad, miedo, y la gente está angustiada, deprimida. España es el país en que más antipsicóticos se toman.

YeR: Sin embargo, parece que el yoga está perdiendo su popularidad, no sabemos si precisamente a costa de todo esto que podemos llamar “nueva espiritualidad”, “nueva conciencia”, etc.

R. C.: Sí, total. Es como si la gente ya no pusiera el foco en el yoga. Hoy día, como se mueven millones de euros y de dólares, hay más mercenarios de espíritu que nunca. Esta es una sociedad que se mueve por dinero.

YeR: El éxito de esos podcasts de espiritualidad y de nueva conciencia de los que hablamos, que no de yoga, ¿a qué crees que es debido?

R. C.: Básicamente a un sentimiento exacerbado de soledad, a que todos tenemos un núcleo interior de caos y confusión, lo que llamo la fiebre del alma, la insatisfacción profunda. Somos una sociedad frustrada porque queremos algo que no podemos conseguir. Nos venden todo tipo de expectativas, promesas falsas, estamos desorientados, hay un nihilismo total, una gran angustia existencial.

Aquí todos somos náufragos, así que la gente se agarra a lo que pueda. Hay cinco millones de españoles con ansiedad, con depresión, que no pueden ir a su trabajo por trastornos psíquicos, que están tomando todo tipo de psicofármacos y calmantes. Es una soledad enferma, desencantada. Es lo que se llama fatiga crónica psíquica, no física. Todo eso permea desde los ancianos hasta los adolescentes.

Cuando te sientes tan naúfrago, buscas… De ahí que estén floreciendo esos podcasts de un modo asombroso. Te dan esperanza, confianza, te hablan de herramientas para desarrollar tus potenciales internos. Te ofrecen todo y… entonces te agarras a ello. A mí, por ejemplo, los jóvenes me conocían muy poco y ahora me conocen todos. Paso por un parque y hablo con ellos, que son los jóvenes del TikTok, donde también me han metido mucho.

YeR: ¿Y qué te pregunta la gente?

R. C.: Bueno, un poco es siempre lo mismo: ¿Qué podemos hacer para equilibrar el cuerpo, la mente, para energetizarnos, para tener la mente más clara? ¿Qué emociones positivas debemos cultivar? ¿Cómo aprender a controlar los pensamientos? ¿Cómo armonizar la relación con las otras criaturas? ¿Cuáles deben ser nuestras creencias? Y prácticas, muchas prácticas. Por ejemplo, ahora se ha puesto más de moda que nunca la respiración…

Y es que estos canales a veces falsean y te dicen: medita cinco minutos al día y estarás perfecto. No, mentira. Si vas a meditar cinco minutos, no medites. Vete a tomar un café. Otros te dicen: haz cuatro respiraciones y estarás perfecto. Eso no es pranayama.

La gente trata de encontrar herramientas y técnicas de confianza para sentirse mejor. Métodos para superar el vacío interior, el nihilismo, la angustia, la insatisfacción, el desencanto que hay a todos los niveles y la falta de comunicación. La falta de comunicación es tremenda.

YeR: Hablamos mucho, quizás demasiado, pero no nos comunicamos a nivel humano, íntimo, veraz.

R. C.: Eso es. Entonces buscamos refugios. Buda dijo: “Tú eres tu propio refugio, ¿qué otro refugio puede haber?”. Cuando le preguntaron al gran cantante Franco Battiato: “¿Por qué medita usted?”, dijo: “Para salirme durante unos minutos de esta realidad tan absurda”. Es que la gente está harta, pero a la vez es adicta. Estamos hartos de esto, pero no podemos prescindir de lo que ya forma parte de la vida cotidiana.

YeR: ¿Nos estamos alejando cada vez más de nosotros mismos, en contra de lo que pensábamos en la etapa del covid?

R. C.: Entonces me decían muchas personas: esto nos va a venir muy bien, va a ser un salto en la consciencia. Y yo respondía: va a ser un retroceso enorme. Y así fue. Cuando se salió del covid, la gente pensó: a vivir, que son dos días. En lugar de despertar la consciencia, se hicieron más y más adictos al placer, a los sentidos, a la vida cotidiana.

YeR: Estamos de acuerdo. Hace un tiempo quizás lo discutiríamos, pero ahora no hay muchos datos que inclinen al optimismo…`

R. C.: Hemos ido hacia atrás. A partir del covid se ha consumido más alcohol que nunca, más tapeo, más fruslería, más banalidad. Todo ese hedonismo exterior te va alejando de ti mismo. Cuando solo se atiende a la diversión, el entretenimiento, la distracción, te vas distanciando de tu hogar interior y luego te encuentras totalmente vacío. Hay más suicidios que nunca, entre niños y adultos. La salud mental es deplorable. Pero en lugar de encontrar métodos solventes, lo que hace la gente es fragmentarse, neurotizarse más.

YeR: Métodos solventes como el yoga…

R. C.: Cuando nos encontramos con un método como el yoga, que nos puede ayudar enormemente, ¿qué hacemos? Lo desdibujamos, lo falseamos, lo prostituimos y lo instrumentalizamos políticamente, que eso ya es el colmo. Como la instrumentalización política del yoga por el gobierno de la India.

Yo no quiero entrar en ese juego, que es como el de la instrumentalización del cristianismo por la dictadura. Ahora dicen que hay 300 millones de personas haciendo yoga en el mundo, pero ¿cuántos son los que lo practican de verdad? Claro, es que el yoga al final es un método exigente.

YeR: Exacto. Y la sociedad no está para exigencias. Sobre todo para renunciar al consumo y al placer inmediato.

R. C.: Nos hemos vuelto demasiado hedonistas. Ahora hay más culto que nunca al cuerpo: la alimentación, el descanso, el deporte… Nunca ha habido tantos gimnasios y macrogimnasios, pero ¿y la mente? Si no hay equilibrio mental y emocional, no hay salud. Puedes tener incluso todos tus exámenes médicos perfectos, pero no estás sano.

YeR: Hemos oído una entrevista en la que decías que de lo que más te puedes arrepentir, en tu trayectoria, de no haberme dedicado más tiempo a amar.

R. C.: Sí, amar con más tiempo; eso es esencial. No puede haber una amistad si no das tiempo a tu amigo. El otro día estaba yo meditando y una voz interna que surgió no sé de dónde dijo en alto: sādhaka, ¿cuánto me has dado pero cuánto me has quitado? Se lo dijo a mi sādhaka.Todo el tiempo invertido en clases, en libros, en charlas… Hubiera preferido estar acariciando a mi gato, abrazando a un amigo, por poner un ejemplo. Hay que saber dosificar… Pero yo era un niño muy enfermizo, muy conflictivo, y recibí el regalo del yoga, así que pensé que tenía que compartirlo. Y encontré la pasión de difundir.

YeR: Sin duda a ella has entregado tu vida. Y eso que ya no acudes a actos públicos…

R. C.: Hace cinco años, me prometí a mí mismo no hacer más actos público, ni para presentar un libro mío, ni para ir a un congreso, para nada. Porque me dije que lo que es bueno para el ego, es malo para el ser. Nunca debemos olvidar esto, es bueno para el ego, para la máscara, la personalidad, pero no para el ser.

YeR: Es verdad. Pero ha quedado el fruto de esa pasión tuya por difundir el yoga, un legado monumental.

R. C.: A mí mi legado me tiene sin cuidado. Yo no miro eso; ahí sí que soy karma yogui. He sido, digamos, un intermediario gnóstico: lo que he recibido lo he dado.

Siempre están tratando de convencer a Luisa de que haga una fundación. Vamos, que ni se me ocurre, todo lo contrario. En este último año, como todo es mimetismo, ven que tengo más entradas en mi canal y me proponen, para un programa de esos de famosos, que vaya un mes con los 20 más famosos youtubers de España al Himalaya a enseñarles técnicas de vida, de relajación, respiración… Yo no quiero saber nada de eso, no quiero saber ya nada de actos públicos.

YeR: ¿Y cuál es el motivo de no participar en eventos públicos? 

R. C.: Hay que ser honestos: primero, al tener siempre el apoyo incondicional de mis padres, no lo he necesitado; y, segundo, porque de alguna manera eso te compromete, tomas partido, por decirlo así. He tenido varios alumnos multimillonarios a un grado que no nos imaginamos, y quisieron abrirme un macrocentro de yoga. Otro me propuso hacer en todas las estaciones una estancia para yoga. Otro, abrir un hospital de yoga y corazón… Lo bueno es que cuando no lo necesitas, te puedes permitir negarte. Y luego yo tengo alergia al compromiso constante.

YeR: Sin embargo, sí te comprometes para hablar en vídeos y podcast.

R. C.: Ha surgido en unos cuantos meses. Esta sociedad, como solo sabe producir, funciona así. Ven que en un canal llevas 400.000 visitas y dicen: fenomenal, hay que dar un premio porque va a hacer que venga mucha gente. Así, lo difícil es que no te conviertas en una marca, te guste o no. Pero si encima me prestara a anunciar algo… o a hacer formaciones. Ahí me han ofrecido de todo. Me han querido comprar, simplemente.

YeR: Siempre has sido reacio a meterte en formaciones. ¿Por qué?

R. C.: Si yo mañana hiciera una formación, la haría para diez personas y gratis, o cobraría cien euros. ¿Cómo se pueden pagar 3.000 euros? Conozco muchos casos de personas que han pedido un préstamo para poder pagar la formación. Otros han dejado su trabajo creyendo que les iba a ir fabuloso su centro de yoga. Y todos están en situaciones terribles, en parte también por los macrogimnasios. Te dan un curso, y cuando acabas tienes que reengancharte a otro, y luego a otro. O esos centros que cobran la clase a 200 euros, y luego dicen que no quieren que el yoga sea elitista.

(Nota: de todo esto y más seguimos hablando con Ramiro. En breve: 2ª parte/ «El pilates se está comiendo al yoga».

Ramiro Calle es pionero de la enseñanza del yoga en España y el más importante escritor orientalista. Autor de numerosas obras, ha estudiado en profundidad los efectos terapéuticos de las psicologias orientales y de los aportes de la meditación al psicoanálisis, la psicoterapia y la neurociencia.  Ver su canal en Youtube.