Buscando el chakra del poder 2/ El poder ‘destructor’ del Tercer Ojo: La leyenda del duelo de Shiva

2025-11-20

La historia mitológica del duelo (el luto) de Shiva no es la típica leyenda hindú, sino una forma de mezclar diferentes mitos para crear una leyenda nueva y emotiva. En ella nace la tradición de representar al dios Shiva con un tercer ojo en la frente, y así se le conoce como Tri-netri-īshwara (Señor de los Tres Ojos). Escribe Pedro López Pereda.

shiva dancing

El Señor Shiva bailando. Museo Nacional de Arte Nueva Delhi

En la iconografía hindú, el tercer ojo simboliza la percepción superior, la intuición, la sabiduría y el centro de la clarividencia (Ajna chakra).

Actualmente entendemos el tercer ojo como el elemento que ve más allá de lo evidente, de lo tangible, de la realidad física. Pero tradicionalmente se ha asociado con su poder para destruir el mal, la ignorancia y los deseos, como podemos comprobar en esta historia.

El duelo de Shiva por la muerte de Sati

“Shiva, el padre del yoga, estaba en profunda meditación para pasar el duelo por la muerte de su primera esposa, Sati. Su éxtasis era tan profundo que su ausencia causó un estado de profunda inestabilidad en todo el universo.

Mientras los dioses se preocupaban por la larga “ausencia” de Shiva, un poderoso Asura (demonio) llamado Taraka, mediante una intensa austeridad y devoción, obtuvo la aprobación del dios creador Brahma, y por ello le concedió un inmenso poder y la condición de que solo podría acabar con él un hijo del Señor Shiva.

Sabiendo que Shiva estaba en profunda meditación ascética y que era conocido por su disciplinado misticismo (y, por lo tanto, era poco probable que en esa situación tuviera descendencia), Taraka se volvió muy arrogante. Sin un posible enemigo, utilizó su poder para conquistar los tres mundos, sobrecogiendo a los dioses y causando un gran desequilibrio cósmico.

Desesperados, los dioses acudieron a Brahma, quien les recordó los poderes que le había dado al demonio y les dijo que solo un hijo de Shiva podría matar a Taraka. Para que esto sucediera, Shiva debía despertar de su meditación y casarse con Parvati (una encarnación de Sati, su primera esposa).

El poder destructor

Los dioses idearon un plan y enviaron a Kama (el dios de la lujuria y el deseo) para interrumpir la meditación de Shiva y hacer que se enamorara de Parvati.

Cuando Parvati se acercó a Shiva para ofrecerle una guirnalda, Kama disparó una flecha hecha de flores alegóricas directamente al corazón del dios. Cada flor representaba un deseo o una emoción diferente, entre ellas estaban el jazmín, el loto y otras que representaban a todos los aspectos emocionales del ser humano.

Cuando la flecha le atravesó el corazón Shiva, se sintió totalmente perturbado, abrió su tercer ojo y fulminó a Kama, reduciéndolo a cenizas.

La leyenda narra que Parvati, consternada por el suceso entró en un periodo de penitencias y devoción, Shiva, conmovido y deslumbrado por ella accedió a casarse y de su unión nació Kartikeya, quien se convirtió en el comandante del ejército divino.

De esta manera, la profecía se cumplió, pues Kartikeya, siendo aún muy joven (en algunas versiones, con solo seis o siete días de vida), se convirtió en el comandante del ejército de los dioses. En una cruel batalla, se enfrentó a Taraka y finalmente lo venció, restaurando la paz y el equilibrio en el universo.

Interpretación clásica de la leyenda

La leyenda del duelo o luto de Shiva representa varias ideas tradicionales y conceptos profundos de la mitología y filosofía hindú. Es un relato fundamental sobre cómo el universo se salva a través del equilibrio entre el ascetismo y la vida activa.

La meditación extrema de Shiva (el ascetismo total) y la tiranía de Taraka (el caos y la ignorancia) crean un «desequilibrio cósmico». Shiva, como fuerza de demolición y regeneración, debe participar en el ciclo de la vida, ya que su prolongada abstinencia paraliza la creatividad y la acción en el universo.

Tradicionalmente se ha entendido que la misión de Kartikeya al matar a Taraka no es solo una venganza, sino una restauración del Dharma (el orden moral y cósmico).

En la leyenda se ve a Shiva como el arquetipo del asceta (Yogui), dedicado a la meditación más allá de las preocupaciones mundanas. Parvati representa el principio de la energía, la vida y el hogar. El Ascetismo (Shiva) debe unirse a la Energía Activa (Parvati) para que la creación y la acción (el nacimiento de Kartikeya) sean posibles.

En la tradición, el dios del amor (Kama) es destruido al intentar forzar el despertar de Shiva, pues el verdadero despertar y la unión no se logran por la fuerza, sino a través de la devoción, la penitencia y el amor genuino (Parvati).

Kartikeya, el hijo de Shiva y Parvati, es considerado como el dios de la guerra. Para los clásicos, su nacimiento representa la necesidad de una fuerza pura y poderosa (la combinación de Conciencia y Energía) para luchar contra la ignorancia y el caos (Taraka).

Nueva interpretación razonada de la leyenda

En esta inédita interpretación, respetando la interpretación clásica que acabamos de resumir, se modifica bastante el paradigma o modelo que sirvió de patrón para crear esta historia mitológica.

En esta adaptación, cada personaje tiene un simbolismo bastante diferente al que tradicionalmente se le ha asignado y podemos resumirlos de la siguiente forma:

  • Brahma en indiscutiblemente el Creador.
  • Shiva representa la (Supra) Conciencia.
  • El demonio Taraka personifica a la Mente física, la ignorancia, el deseo y el apego.
  • Los dones que otorga Brahma a Taraka son parte de las leyes que rigen la evolución del universo físico. Es importante recordar aquí la ley de no intervención del propio Brahma en la evolución de la Naturaleza.
  • El dios Kama simboliza sobre todo el deseo.
  • Los dioses personifican a nuestros guías espirituales.
  • El fuego del tercer ojo representa la purificación.
  • Parvati es el símbolo del Amor incondicional.
  • Kartikeya representa el proceso de autorrealización, capaz de transformar los instintos en una enseñanza espiritual y vencer así al dominio de la mente, encarnado por Taraka.

La interpretación se resume en cinco puntos importantes:

1.En primer lugar, el luto, duelo o aflicción de Shiva se refiere al periodo de encarnación de un ser de luz en el plano físico.

En ese lapsus temporal la supra conciencia del Ser se cubre por las envolturas físicas, que necesitamos para poder sobrevivir en un espacio físico, y queda aletargada en un estado de profunda meditación para transitar el duelo por la muerte de su estado primigenio.

2. En el proceso de evolución de la naturaleza, la Mente (Taraka) había pasado de la Mente Reptiliana Instintiva, a la Mente Mamífera emocional, y llegó a la Mente Racional.

Al alcanzar este último estado, Taraka controló el pensamiento, la conciencia física y el ansia de poder, y se volvió arrogante.

Esto le permitió planificar y modular los impulsos instintivos, las reacciones emocionales y la arrogancia. Con estas herramientas Taraka (la Mente) conquistó los tres mundos (el instintivo, el emocional y el racional) y la conciencia local o física sustituyó a la Supra Conciencia, que, aislada por las envolturas del Ser, se mantenía en una profunda meditación.

En esta parte de la leyenda podemos leer en la mitología: Sabiendo que Shiva estaba en profunda meditación ascética (…) Taraka se volvió muy arrogante. Sin un posible enemigo, utilizó su poder para conquistar los tres mundos, sobrecogiendo a los dioses y causando un gran desequilibrio cósmico.

3. Los dioses (nuestros guías espirituales) al tener la misión de ayudar y auxiliar a los seres encarnados y potenciar su evolución espiritual, acudieron al Creador para pedirle amparo contra el poder que había alcanzado la Mente. Entonces el Absoluto les dijo:

“Si interfiriera en la libertad de los mortales, modificaría el objetivo fundamental de su vida física, su crecimiento interior y la expansión de la conciencia”. Brahma les habló de Taraka y les recordó que solo un hijo de Shiva (un hijo de la Conciencia) podría acabar con esta insurrección y para que esto sucediera, Shiva debía despertar de su meditación y casarse con Parvati.

4. Los guías pensaron que la única solución para que tuvieran un hijo era que Kama interviniera para que Shiva se enamorara de Parvati. Así que cuando Parvati se acercó a Shiva para ofrecerle una guirnalda, Kama disparó su flecha de deseos simbolizados en flores al corazón del dios.

Entonces Shiva, sintiéndose perturbado por los deseos, abrió su tercer ojo y fulminó a Kama, y a la avidez que había sentido, reduciéndolos a cenizas. Finalmente, Shiva descubrió el amor incondicional de Parvati y se casó con ella. De esta unión nació Kartikeya.

5.Kartikeya, comandante del ejército de los dioses, es clave en la interpretación de toda la historia. Representa la autorrealización y el proceso de depuración interior necesario que reduce el desequilibrio emocional y los pensamientos de nuestra Mente.

El hecho de que Kartikeya sea hijo de Shiva y Parvati lo relaciona directamente con el yoga y que sea el adalid de los dioses nos indica que los guías son nuestros compañeros en el difícil proceso de autorrealización y en nuestra práctica del yoga. La batalla representa el acto de recuperar el control de nuestra mente y eliminar el ruido mental y la inestabilidad emocional. Todo un proceso de crecimiento interior, de expansión de nuestra conciencia y de descubrimiento de nuestra verdadera identidad.

(Continuará)

Pedro López Pereda. Creador del centro Namaskar de yoga y autorrealización en la línea de Antonio Blay. Presidente de la Fundación Yoga y de la Asociación Yoga Meditativo. Miembro de la Asociación Nacional de Profesores de Yoga. Maestro de Reiki.

Ha publicado, entre otros libros: El mandala oculto (2017), El cuenco vacío (2018) y Las leyendas del Yoga. El origen mitológico de la meditación, el pranayama y las posturas de yoga (2021).