Los yoguis y las experiencias cercanas a la muerte

2023-06-02

Para yoguis y yoguinis, las experiencias de aquellos que partieron de este plano y luego volvieron para contarlo configuran un aprendizaje importante a la hora de entender el sentido de la vida y también el trabajo que estamos haciendo en este mundo físico. Escribe Pedro López Pereda.

«Aunque el hombre común considera la muerte con temor y pesadumbre, aquellos que ya partieron saben que ella constituye una maravillosa experiencia de paz y libertad». (Paramahansa Yogananda)

Las “Experiencias Cercanas a la Muerte” (ECM) no se han podido documentar de forma acreditada hasta el siglo XX. El término fue acuñado por el psiquiatra estadounidense Raymond Moody (nacido en el año 1944). Si bien el concepto “cercanas” es discutible, se refiere al recuerdo que guarda una persona que vuelve a la vida tras un tiempo en el que su cuerpo ha estado clínicamente muerto, normalmente por paro cardíaco, aunque es muy significativo que este fenómeno suceda también en aquellos que abandonaron su cuerpo por muerte cerebral (durante la experiencia no había ninguna actividad en el cerebro). Estos dos grupos de personas, miles en todo el mundo, atestiguan la existencia de un plano superior y afirman que las experiencias que tuvieron en este proceso fueron más intensas y más reales que las de su propia vida terrenal.

Aunque hay diferentes percepciones y distintas versiones en la descripción de estos sucesos, en todos ellos hay muchos relatos comunes que coinciden en los hechos más importantes, aunque sí es cierto que con una moderada influencia del contexto cultural y religioso de la persona que los experimenta.

El tránsito

Estas experiencias comienzan con la muerte clínica de la persona y un tránsito que se inicia con una desconexión del Ser con el cuerpo físico, que viene acompañada de un sentimiento de gran paz y tranquilidad. En esta desconexión desaparecen los sentimientos de dolor y sufrimiento que la persona estaba pasando en su agonía. En esta fase es fundamental el cordón de plata, un hilo plateado, que mantiene unidos al Ser y al cuerpo físico.

Las experiencias extracorpóreas en las que no hay desconexión del cordón de plata se denominan viajes astrales o viajes del Ser. En ellas podemos ver nuestro cuerpo físico y todo lo que sucede en nuestro entorno desde diferentes perspectivas. Aunque nos podemos comunicar con nuestros guías espirituales y estamos fuera del cuerpo físico, son diferentes de las ECM. Mientras el cordón de plata está conectado no hay muerte física.

Superada esta primera fase, es común que se produzca la llamada “revisión de vida”, donde muchos acontecimientos de la existencia física pasan ante nosotros. Algunos cuentan que no recordaron los eventos más importantes del pasado, sino que más bien evocaron su interacción con las personas que habían desempeñado papeles menos importantes. En este repaso de su vida no tuvieron la sensación de que alguien externo les juzgaba, algo que choca con muchas de las creencias terrenales. Este ciclo acaba cuando el Ser recoge en su bagaje los frutos de la vida pasada.

El viaje hacia la Luz

Posteriormente se suele pasar por un pasaje oscuro o un túnel (similar al increíble óleo de El Bosco Visión del más allá), donde el desconocimiento de una experiencia de tal trascendencia nos puede producir una cierta confusión. Después la Luz nos atrae y nos guía por un sendero ascendente. Al final del camino esa Luz llena de amor nos genera una inmensa paz y felicidad. Son sensaciones tan hermosas que son imposibles de sentir y describir en esta vida física. Al llegar a nuestro destino, uno o varios seres conocidos nos reciben y acogen. Todas nuestras dudas se diluyen ante ese flujo de Luz ilimitada que nos envuelve de energía, inteligencia, belleza y amor.

El regreso y los guías

Si hay algo en lo que todos los que hemos tenido esta experiencia estamos de acuerdo es que, en principio, ninguno queremos volver al plano físico. Este sentimiento inicial de negación desaparece cuando entendemos que debemos regresar y terminar la misión para la cual nos habíamos encarnado.
Algunas personas que, en el plano material, no tenían conciencia de la existencia de sus guías espirituales, los descubren en el momento de regresar, cuando se dan cuenta de que no vuelven solos, sino que ellos les están acompañando. Los guías espirituales son seres que han vivido muchas vidas anteriores, que suelen tener una relación directa con nosotros y que han elegido por propia voluntad ayudarnos a conseguir nuestros objetivos.

ECM en niños

Estas experiencias no son exclusivas de yoguis, buscadores o elegidos. Posiblemente, lo que más nos sorprende es cuando las experimentan niños de cuatro o cinco años, describiéndolas con la inocencia de su edad y la falta de creencias preexistentes, pero de manera que coinciden asombrosamente con lo que nosotros hemos percibido.

Es importante apuntar que no tiene por qué haber una serie de efectos excepcionales en las personas que hemos vivido una ECM. Pero en general, este tipo de experiencias dejan una profunda huella que se traduce en un mayor sentimiento de universalidad, una conciencia diferente de la naturaleza, la convicción de que la propia vida tiene un sentido y, sobre todo, cambia la percepción que teníamos de la muerte y otorgan un nuevo significado a nuestro crecimiento interior.

Pedro López Pereda. Creador del centro Namaskar de yoga y autorrealización en la línea de Antonio Blay. Presidente de la Fundación Yoga y de la Asociación Yoga Meditativo. Miembro de la Asociación Nacional de Profesores de Yoga. Maestro de Reiki.

Ha publicado, entre otros libros: El mandala oculto (2017), El cuenco vacío (2018) y Las leyendas del Yoga. El origen mitológico de la meditación, el pranayama y las posturas de yoga (2021).