Cuestiones esenciales: Nuestros samskāras llevan las riendas, y no nosotros (1)

2025-11-19

¿Por qué existen estos samskāras en nosotros? ¿De dónde provienen estos automatismos de nuestra mente? ¿Cómo se originan, desarrollan, se afianzan y adueñan de nuestro interior? Comprendido esto… ¿sería posible controlarlos, eliminarlos o sustituirlos para mejorar nuestras vidas? Escribe Ilde Leyda.

“Es preciso liberarse de las rutinas al comprobar que se es prisionero de ellas” (T. K. V. Desikachar)

 

Los samskāras ahora, el decisivo, vital, importante a más no poder asunto de los samskâras…

¿Qué son los samskāras?

Atendamos primero a las palabras de T. K. V. Desikachar en la Universidad de Colgate, en los Estados Unidos: “Llamamos samskāra al movimiento constante y automático de la mente en una dirección determinada”.

¿Por qué existen estos samskāras en nosotros, de dónde provienen estos automatismos de nuestra mente, cómo se originan, desarrollan, se establecen, afianzan y adueñan de nuestro interior? ¿Evolucionan?

Y, una vez comprendido esto, ¿sería posible de algún modo controlarlos, reorganizarlos, mejorarlos, eliminarlos o sustituirlos a nuestro favor con la sana intención de mejorar la totalidad de nuestras vidas?

Algunos de ellos son innatos, propios de nuestra especie humana y su origen y función –como me decía mi maestra Cristina Sáenz de Ynestrillas hace más de veinte años ya– “se pierde en la noche de los tiempos”.

Sin embargo, muchos otros los vamos generando, desarrollando y fortaleciendo en el transcurso de nuestras vidas según sean nuestra herencia genética; nuestra familia –especialmente durante la infancia–; nuestras amistades, vínculos y entorno social en general; nuestra personalidad; nuestra época –puesto que, obviamente, mentalidades, costumbres y actos que hoy en día están plenamente validados con total naturalidad podían ser considerados perfectas abominaciones tiempo atrás o puede que lo vayan a ser en un futuro más o menos cercano. Y viceversa. Todo esto es siempre variable y relativo, pese a que tantas veces tantas personas pretendan que no–; nuestro país; nuestra religión; nuestra cultura; la educación y la formación recibidas; etcétera, etcétera, etcétera.

Y, una vez que empezamos a ser a cada paso más conscientes de esto, ¿qué?

¿Qué propone el yoga que hay que hacer con todo esto que está en nuestro fuero interno y que, de manera real y muy fácilmente demostrable, nos condiciona y/o dirige definitivamente –a veces para bien, a veces para mal– la vida en todos los sentidos imaginables?

Liberarse de las rutinas

Acompañemos pues al deslumbrante Desikachar en su imprescindible Conversaciones sobre Yoga:

Samskāra es la suma de acciones que nos condicionan a actuar en una dirección u otra. Kara viene de la raíz kr y significa ‘hacer’ o ‘actuar’. Sam significa ‘completar’, ‘acumular’. Un samskāra puede ser positivo o negativo. Intentamos crear un nuevo samskāra positivo y no reforzar el viejo, negativo. Es preciso liberarse de las rutinas al comprobar que se es prisionero de ellas”.

Así pues, parece ser que el primer paso sería discernir con la mayor precisión y ecuanimidad posibles cuáles son nuestros samskāras para, a continuación, en una segunda fase concretar cuáles de estos hábitos, tendencias, condicionamientos mentales nuestros producen efectos positivos y cuáles los ocasionan negativos y son o acaban siendo generadores de problemas del tipo que fueren. Ya después, deberíamos comenzar a tratar de sustituir los negativos por otros que resulten positivos o, por lo menos, neutros. Difícil, ¿verdad? Sí, pero posible. Casi nada en la práctica del yoga genuino es fácil. Ahora bien, todo ese esfuerzo merece con creces la pena y es, desde luego, a su debido tiempo altamente recompensado.

“Si este nuevo samskāra es fuerte, el viejo samskāra responsable de la presencia de duhkha (malestar, incomodidad, limitación mental/psicológica (puede consultarse al respecto mi artículo en Yogaenred), perderá su eficacia. Es como empezar una nueva existencia. A medida que se refuerza la nueva manera, la antigua pierde su eficacia” –nos explica al respecto el gran maestro de Madrás (Chennai).

Y, en esta misma línea que vamos siguiendo en este texto, incide el filósofo Mircea Eliade –formidable estudioso del yoga– en su libro Yoga: inmortalidad y libertad: “De hecho, es en este dinamismo que caracteriza al inconsciente donde el Yoga ve el obstáculo más serio que el yogui ha de superar”.

Y mi maestra Cristina hace dos décadas en clase particular: “Ilde, es que  ese es casi todo el trabajo en el Yoga”. El dominio, pasito a paso, a base de lucidez y de constancia y de una tan paciente como inquebrantable fe en lo que uno está haciendo, de nuestros samskāras personales, de los perniciosos, sobre todo, claro…

(Continuará próximamente)

Ilde Leyda es profesor de Yoga.