El Hatha Yoga surge en la India medieval de la mano de los Naths, quienes desarrollaron un método de prácticas corporales, energéticas y de control de la mente con el objetivo de alcanzar la realización espiritual. ¿Quiénes fueron estos yoguis alquimistas? ¿por qué son tan poco conocidos? ¿cómo pueden inspirarnos sus enseñanzas en la práctica del yoga? Es un artículo de Escuela de Yoga Integral Mahashakti.

Encuentro imaginario entre Matsyendra y Goraksa y Nanak (Wikimedia commons)
En investigaciones recientes sobre los orígenes del yoga moderno, el profesor Mark Singleton llega a la conclusión de que las prácticas más populares que se realizan actualmente en las clases de yoga de cualquier ciudad o pueblo del planeta, sobre todo en Occidente, se gestaron a principios del siglo XX en torno a la figura de Tirumalai Krishnamacharya.
En el libro “El cuerpo del Yoga”, Singleton relata una serie de acontecimientos que contribuyeron al desarrollo de un yoga eminentemente corporal que tuvo una estupenda acogida en el mundo occidental. Y destaca como detonantes de este fenómeno mundial dos hechos: el auge del movimiento nacionalista y anticolonialista que propició el resurgimiento de la cultura física hindú; y la expresión de las aspiraciones espirituales de los gimnastas y culturistas europeos del momento, que buscaron inspiración en los maestros de la India.
Figuras tan conocidas a nivel mundial como Patabi Jois, Iyengar e Indra Devi fueron discípulos de Krishnamacharya y crearon sus propias escuelas que expandieron por Europa y EE.UU.
El yoga medieval: los Naths
Quizás esto explica la historia más reciente del yoga contemporáneo, pero los orígenes del Hatha Yoga se remontan a la época medieval en India y están relacionados con unos yoguis que se conocen con el nombre de Naths.
Las profundas raíces espirituales de las enseñanzas de los Naths nos invitan a reflexionar sobre cómo podemos aplicar las herramientas del Hatha Yoga para elevar nuestro nivel de consciencia.
Los estudios realizados por James Mallison y de Adrian Muñoz arrojan algunos datos singulares sobre la historia oculta de los Naths.
En el libro “Historia mínima del Yoga” Adrian Muñoz define las prácticas hathayóguicas de los Naths en los siguientes términos:
“La práctica hathayóguica de los Naths era clara: el control de la mente y la respiración, la canalización del aliento y las energías internas a través de los canales sutiles principales (ida, pingala, susumma) para alcanzar la realización espiritual”
“Alquimia” es el término que utilizamos en el Yoga para describir cualquier práctica de transmutación de la fuerza vital con un propósito espiritual, es lo que hacían los Naths para expandir su consciencia, incluso para obtener poderes sobrenaturales.
La historia de los Naths se desarrolla entre los siglos VIII y XVII de nuestra era, y la comunidad Nath reconoce a nueve maestros principales, que se denomina los Nava Naths. Sin embargo, los más conocidos son los dos maestros que representan dos periodos bien diferenciados de la historia de los Naths: Matsyendra y Goraksa.
Según la leyenda, hubo un tiempo en el que Matsyendra quedó atrapado por los placeres mundanos, lo que lo desvió del camino espiritual. Con el fin de salvarlo de esta caída, su discípulo Goraksa acudió en su ayuda, y logró convencerle de que abrazase el ascetismo, y así fue como Matsyendra pudo redimirse.
Esta historia resume el tránsito de la tradición Nath desde sus inicios tántricos representados por Matsyendra hacia el ascetismo de Goraksa, que devolvió a esta orden de yoguis su antiguo vigor.
Sin embargo, en cierto momento los Nath desaparecen del escenario espiritual de la India. Muñoz especula sobre esta caída en el olvido y/o en la marginalidad. ¿Qué les sucedió? Su hipótesis es que algunos de estos yoguis eran guerreros, incluso lograron puestos de influencia política. Si bien esto jugó a su favor en algún momento, pudo haber desencadenado una persecución por parte de ciertos gobernantes, que encontraron en estos yoguis poderosos y libres una amenaza para sus intereses.
El legado que sigue siendo válido
Los textos de Hatha Yoga medieval más conocidos corresponden al periodo del siglo XII al XVII, y son el Goraksha Shataka (siglo XII), Yoga Bija (siglo XII-XV), el Hatha Yoga Pradipika (siglo XV) y el Geranda Samhita (siglo XVII).
Respecto al legado de estos yoguis alquimistas, ¿qué podemos elegir que arroje luz a nuestra práctica actual del Hatha Yoga?
Las dos claves más significativas son:
- El Hatha Yoga tiene profundas raíces espirituales. El objetivo de los Naths era alcanzar un estado de consciencia similar al samadhi del Yoga de Patanjali, y al que ellos denominan en sus textos: “sahaja”.
- El valor de la “alquimia” para la transformación interior. La espiritualidad de los Nath tiene en cuenta el cuerpo y las energías sutiles, y es un camino de manifestación de la consciencia divina en el ser humano.
Para concluir con lo que podemos extraer de las enseñanzas de los Nath, creo que tenemos que reconocer que nuestro contexto es diferente; la mayoría de los practicantes no somos ascetas, y probablemente nos cueste entender los términos en lenguaje esotérico de los textos medievales en los que explican métodos de alquimia interior.
Esto no impide que podamos enriquecer nuestra práctica con ciertos elementos que nos evocan los padres del Hatha Yoga como: la importancia de la disponibilidad y la buena gestión de la fuerza vital, la necesidad de cultivar la atención para el control de la mente y la posibilidad de tomar el actual yoga corporal como medio para alcanzar la realización de nuestras aspiraciones espirituales.
Savitri, formadora de Profesores de Yoga en la Escuela de Yoga Integral Mahashakti.
Bibliografía
– Mallison.J y Singleton.M. 2017. Roots of Yoga (Raíces del Yoga). Penguin Classics.
– Muñoz.A. 2019. Historia mínima del Yoga. El Colegio de México
– Muñoz.A. 2015.La cuestión de la identidad Nath: Consideraciones sobre una orden de yoguis “. El Colegio de México
– Singleton.M.2019. El cuerpo del Yoga. Los orígenes de la práctica postural moderna. Editorial Kairós