Yoga, centro, luz y compartir

2022-03-21

El camino del Yoga y de la Vida (que son el mismo camino) no es fácil, ni difícil… No es blanco ni es negro… Ni triste, ni alegre… Aunque incluye todo y contiene todos los opuestos, en realidad el camino de la Vida simplemente ES. Escribe Juan Ortiz.

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Y aunque todo apunta a desvelar lo que es y lo que somos, no debemos quedarnos enquistados en teorías, técnicas, razonamientos, creencias y conceptos, sino que hay que centrarse y dar paso al consciente aprovechamiento de la experiencia (toda experiencia es yoga si es conscientemente vivida) y a la experiencia vivida profundamente que nos sumerge en lo profundo de la existencia y nos saca de lo superficial y vacuo.

Una sugerencia y un “secreto del yoga”: cuando practiques yoga, meditación o cualquier otra herramienta atesorada por la humanidad, permanece consciente de tu cuerpo, de tu respiración, de tu sistema anímico, de tu mente, de tu energía…pero, al mismo tiempo, debes vivenciar y ubicarte en tu centro, en nuestro centro esencial; sólo así dejamos de estar descentrados (fuera de nuestro centro) y nos centramos.

En tu centro, la inalterable luz radiante

Al centrarnos, es donde desvelamos y experimentamos el Misterio Esencial y el Silencio Eternal que nos proyecta a la plenitud verdadera, que no es un estado de ñoña apariencia beatífica, desprovista de problemas o tensiones vitales sino más bien la capacidad –dentro de los cambios y turbulencias inevitables de la realidad– de encontrar la certeza de que en ese centro primordial no hay cambios, ni afectaciones, ni rayos ni truenos, ni dolor ni sufrimiento, ni perturbaciones o vrittis de ningún tipo, sino una hermosa y radiante luz interior, una paz sosegadora del alma humana y un hermoso canto constante a la vida, a la propia vida y a todas las vidas.

Pero, insisto, esta fuente y naturaleza esencial, ese espacio que hay dentro nuestro libre de cualquier condicionamiento, sólo puede vivenciarse desde nuestro centro. Y por ello te aliento a que en cualquier momento de tu vida y en tus propias prácticas yóguicas o sadhanas, estés con atención en todo lo que ocurre en ti pero muy especialmente ¡tienes que estar en tu centro!, conectar con tu centro, vivir en tu centro y compartir desde tu centro con el centro de los demás y del universo, que es el mismo centro, el mismo Ser.

Todos los múltiples beneficios de la práctica de yoga deben ser valorados y tenidos en cuenta, claro que sí, para cuidar y sanar lo humano de nuestra naturaleza; pero, al mismo tiempo, como seres humanos que somos, hay que tender puentes entre lo humano de nuestra naturaleza y el Ser que somos.Y ese es el mayor beneficio y el mayor poder de la práxis yóguica.

Identificar lo que es importante y lo que no

Y aunque me nutro todavía y aprendo de teorías y aportaciones valiosas, sin embargo ya no bastan las teorías ni las luchas de líneas y escuelas-egos, las manipulaciones múltiples y bien elaboradas para que parezcan una ayuda, cuando en realidad son una trampa o ilusión de la mente y los sentidos.

Por eso, respetando cualquier visión diferente, lo importante en estos tiempos, al igual que en cualquier tiempo no son tanto “los titulitis”,”las certificaditis”,”las profesionalizaciones encorsetadas” y la normalización consumista del sistema yoga. (Aunque te animo a que cumplas escrupulosamente con los requisitos legales en tu lugar donde resides y seas responsable con la sociedad de la que formamos parte).

Claro que, en algún sentido, es necesaria cierta regulación del yoga, pero con cuidado y equilibrio para no coartar lo esencial y la fuerza trasformadora de estas vivencias milenarias, ricas y benéficas (si se siguen y practican con claridad y entrega pero sin dogmatismos o manipulaciones varias).

¿Os imagináis dando un título de budismo, cristianismo o la regulación y cerfificación del Amor y la Libertad o de los postulados gandhianos…?

El Yoga es lo mismo; no son sólo técnicas o prácticas objetivas (aunque estas son muy importantes como medio para producir cambios auténticos y para ayudar en el proceso vital). Yoga es (si es Yoga) experiencia profunda y descubrimiento de sí, alquimia interior y despertar de la conciencia adormecida hacia una luz inextinguible y una felicidad verdadera (samadhi: la auténtica aspiración del ser humano y el sentido de la vida y la existencia) .

El Silencio, puerta del arte de vivir

No me interesan los cursos de profesores de yoga en los que profesores y alumnos apenas se conocen mutuamente y en los que no hay un contacto directo y personal ni se inspira al alumnado a sumergirse en ese camino, verdad y vida.

Ya ni siquiera me interesan los debates racionales e intelectuales sobre estas cuestiones, sino el Silencio, donde la palabra misma reposa y el ego-fiera se queda sin argumentos y en calma y se abren las puertas de la visión pacífica y del arte de vivir.

Esa es mi visión y mi experiencia y me siento en la obligación moral de decir lo que pienso, aunque no me interesan tampoco discusiones estériles que nos alejan del verdadero propósito del yoga. Solo me interesa y solo debe tenernos atareados la dirección del yoga como coadyuvante de esa inmersión profunda en nuestro centro consciente y revelador y el conocimiento auténtico de la Realidad, y así encontrar un estado mayor de claridad, luz y despertar.

Solo me interesa ya la felicidad de los demás… Porque «si tú eres feliz, yo soy feliz”.

Juan Ortiz. Fundador y director de Escuela de Yoga Dhyana (Murcia).