Series YogaenRed/ Yoga y Tarot 16: Hastasana, la Torre

2021-10-15

La Torre recuerda que todo lo que puede hacer el ser humano en el medio exterior es efímero, temporal, llamado a desmoronarse. Cuanto más alto se eleve en el mundo externo para alcanzar lo intemporal, mayor será la caída. Pero caer es de nuevo invertirse, como otro nacimiento más, esta vez hacia sí mismo, para alcanzar lo interno y atemporal. Escribe esta serie Carmen Viejo.

la torre

Palabra clave: “Liberación”

“Por eso se llamó Babel, porque allí confundió Yahve la lengua de la Tierra y de allí los dispersó”. (Génesis, 11)

Este episodio del Antiguo Testamento parece una broma pesada. ¿Por qué Yahvé al ver un pueblo unido por una única lengua, capaz de hacer aquello que se proponga, decide infundirle la confusión, dispersar a sus gentes y diversificar sus lenguas?

YHVH son las cuatro letras reunidas en el Tetragrammaton utilizado por diversas escuelas mistéricas. Es el nombre con el que se Conoce lo que es Incognoscible: “Yo Soy el que Soy”.

Pero para conocer hay que tomar distancia del sujeto de conocimiento, dispersar sus partes, comprenderlas una por una, hasta volver a reunirlas. Cada una de estas partes lleva el germen de lo que es, de lo esencial.

Llegados al arcano 16, dominado el mundo exterior, no queda sino explorar el interior. Ahora la Torre protectora ya no sirve. Sea ésta todo aquello que podamos ingeniar para buscar protección, que no sea el sí mismo: una institución, un dogma, un hogar, o el propio cuerpo… Habrá que soltar cada uno de estos sostenes para sostenernos en lo único que queda: lo que Es.

Al arribar al 16, se alcanza la comprensión de que todo lo que el iniciado necesitó para culminar el camino que comenzó en el Arcano 1, está en él. Le quedan a partir de ahora solo cinco arcanos, los del camino interior, para culminar su obra. Esta vez la obra no será una torre en la que poder refugiarse, sino disolver la propia personalidad que le llevó hasta ahí.

La Torre recuerda que todo lo que puede hacer el ser humano en el medio exterior es efímero, temporal, llamado a desmoronarse. Cuanto más alto se eleve en el mundo externo para alcanzar lo intemporal, mayor será la caída. Caer es de nuevo invertirse, como otro nacimiento más, esta vez hacia sí mismo, desnudo de lo externo, para alcanzar lo interno y atemporal. Es, bien mirado, el anuncio de una liberación. Esta liberación será traumática en la medida en que no sea elegida, alcanzada por propia comprensión; pero será el paso decisivo para quien esté en condiciones de caminar hacia el interior en los cuatro arcanos restantes, hasta alcanzar la culminación.

Correspondencia con los ásanas

Nata Balini Asana es la “Postura inclinada de la Fuerza”. Partiendo de la postura de pie, con las manos detrás de la pelvis, los dedos entrelazados y las palmas giradas hacia el suelo en apertura de hombros y clavículas, se flexiona el tronco a la horizontal. Al permanecer en este estiramiento y apertura, se liberan las estructuras que tienden a mantenernos en el encierro de la seguridad (el giro de manos no es por el lado fácil, sino por el que parece imposible).

Purna Shalabhasana, o forma completa del Saltamontes, no es una postura accesible para todo el mundo, pero se puede llegar a una aproximación con alguna ayuda, como apoyar el vientre en un cojín bien alto. En esta forma, el Saltamontes se convierte en postura invertida, pero nacida de abajo-arriba, para simbolizar el momento de construcción de la torre que luego veremos desmoronarse. Es un reflejo del intento del hombre de llegar al cielo trepando hacia el exterior, cuando el único camino posible es descender al interior.

Hastasana, la Postura sobre las Manos, es otra  postura vertical e  invertida con más garantías de éxito. Sobre las manos, las piernas se lanzan a la vertical. Será fácil comprobar que podemos llegar a las altas cumbres, pero no permanecer en ellas mucho tiempo, no al menos aún con este cuerpo físico, ni con la densidad de un ego que se enroca en su torre. También podemos utilizar el apoyo de una pared, poniéndonos de espaldas a ella, con las manos en el suelo, y elevando las piernas para apoyarnos en ella, buscando la verticalidad de la cadera sobre los hombros. Hastasana devuelve el empoderamiento y la confianza en uno o una misma, para avanzar y evolucionar superando el miedo.

Finalmente, encontraremos estabilidad en Viparita Karani, también una postura invertida, pero bien estabilizada en el terreno, sin ansias de disputarle nada a la gravedad.  En postura tumbada boca arriba, se busca una posición de piernas y caderas elevadas, las manos vendrán a sostener la zona sacra. Las dorsales altas y la cabeza apoyando en el suelo, evitando la total verticalidad. En esta posición, la energía se concentra en el estrecho paso del cuello, donde radica Vishuddhi chakra. Este centro energético es como un vigía que impide el paso de lo denso a los dos últimos chakras superiores, un recordatorio de la necesaria sencillez, el imprescindible renunciamiento de lo externo, esa parábola en la que Jesús advertía: “Es más fácil a un camello pasar por el agujero de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios”, donde rico es todo aquello propio del egoísmo y el reino del Cielo es el Ser Esencial. En Vishuddhi, la energía de los anteriores chakras se refresca y sutiliza, y hace el paso para transformarse en conciencia.

Nota: Estudio y efectos de Nata Balini Asana, Purna Shalabhasana, Viparita Karani asana, en páginas 193, 126 y 227 de Yoga. Teoría, práctica y metodología aplicada, y de Hastasana en página 366 de Yoga. Ampliación, ambos de Manuel Morata.

Carmen Viejo Heredero (Ahimsa). Profesora de Yoga, Licenciada en Ciencias de la Información y titulada por la Yoga Vedanta Academy (Escuela de Sivananda) y por la Asociación Española de Practicantes de Yoga (Escuela Manuel Morata).

Información: carmenviejoheredero@gmail.com es