¿Todavía no sabes cómo es el yoga? ¡Experiméntalo!

2019-10-21

Me siguen preguntando: “¿El yoga es sólo para gente mayor?”. O desde el prejuicio: “¿No resulta aburrido?”, “¿Se habla todo el tiempo de filosofía o de las emociones”. Y escucho comentarios como “en Yoga hay que estar quietos mirando un punto fijo durante una hora”. Pues si realmente te interesa cómo es el yoga, te cuento… Escribe Pablo Rego.

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Muchas veces las experiencias que se viven quedan marcadas a fuego. Los profes (o pseudoprofes) que pasan o han pasado por nuestras vidas dejan y dejaron su huella, y quienes han practicado o practican yoga con ellos se han quedado con una idea de lo que es el yoga que muchas veces no se ajusta a la visión actual que se ha difundido en todo el mundo. Esta visión actual considera todos los aspectos del ser contemporáneo: su ritmo de vida, sus preocupaciones, la información que hay a nuestro alrededor, otras disciplinas de trabajo corporal, etc.

También, y es lo más reconfortante, hay profesores de yoga que dejan y que han dejado una impresión positiva en las personas, por su compromiso con la actividad, por su sabiduría y por su comprensión del ser humano de cada época.

Ambas manifestaciones del profe de yoga quedan grabadas en la gente, algunos por los gratos recuerdos y otros por su poca profesionalidad o su caricaturesca manera de actuar, más desde un personaje que con la intención de ayudar al prójimo.

¿Qué hacemos en yoga?

Primero de todo, nos permitimos relajar todas las alertas, dejamos de lado las preocupaciones del día o de la vida, accediendo a un espacio seguro en el que podemos dejar de cuidarnos para ocuparnos de lo que nos pasa (cada uno con sus cosas y sin que sea necesario contar nada), creando un clima propicio para que el Yoga actúe en nosotros.

Desde el comienzo hasta el final de la clase realizamos actividades propias de la disciplina que incluyen el entrenamiento del cuerpo (a través de las posturas de yoga trabajando fuerza, resistencia, estiramientos y la movilización de cada parte del cuerpo, ¡incluso algunas desconocidas!), el entrenamiento y educación de la respiración para conseguir un mejor funcionamiento de la oxigenación y de todo el metabolismo en el cuerpo y el aprendizaje que nos conduce al control del sistema respiratorio y de la mente.

Nada de lo que hacemos tiene como objetivo llenarnos de conceptos inútiles o la obligación de plantearse nada que no estemos dispuestos a trabajar en nosotros mismos. Todo lo que hacemos es para encontrar un mejor equilibrio, liberar los típicos dolores (como los de espalda, cintura, cabeza, cuello, etc.), liberar emociones y tensiones que vamos acumulando como una bola de nieve que nos dificulta el buen desarrollo de nuestra cotidianidad y alimentar la serenidad de una manera que en el resto de las actividades que hacemos no es posible.

¿Yoga es sólo para señoras mayores?

¡Nooooooooooooooooooooo!

Todos podemos practicar yoga. !Todos! Dependiendo de ciertas características muy puntuales, la gran mayoría de la población puede participar de las clases adaptando los ejercicios a las características de cada grupo y cada persona.

Mujeres, varones, adolescentes, adultos jóvenes, de edad media y mayores, todos tenemos algo para aprovechar en una clase de yoga, pero lo más importante es practicar, hacer las posturas, los ejercicios, confiar en que yoga, practicado durante un tiempo, nos va a ayudar a mejorar en más aspectos de los que podemos imaginar.

Si quieres saber cómo es, prueba una clase

Las preguntas sin respuestas no suelen enseñarnos nada. El miedo a lo que desconocemos y el poder de la mente para alejarnos de lo que puede hacernos bien se alían para que, en lugar de preguntarle a las personas que saben (a los practicantes que han hecho de yoga su actividad habitual o al profesor o profesora de yoga), se hagan conjeturas, se alimenten supuestos, se refuercen las negaciones y acabemos consiguiendo con ello estar física y mentalmente cada vez peor.

Yoga puede ayudarte a mejorar en mucho, pero para ello es importante permitirse dejar de dar vueltas e ir a tomar una clase. Más aún si tenemos dolores crónicos, principio de estrés o un estrés declarado, dolencias psicosomáticas como enfermedades de la piel o algunas del sistema nervioso como la fibromialgia o algunos tipos de hipertensión, colesterol o diabetes producidas por el sistema nervioso y la mente.

Repetimos: todos podemos practicar yoga porque es una gran actividad que ayuda a mucha gente a estar mejor. En ella no hay magia ni brujería, se respetan las creencias personales y religiosas de cada uno, aunque sí tiene algunas particularidades heredadas de la cultura de su origen (India) que la hacen muy interesante porque aporta otro punto de vista al habitual.

Yoga es una actividad en las que hay buena onda (porque de eso se trata), que no se practica para “divertirse” o “no aburrirse” sino para mejorar todo lo posible el metabolismo y el estado general del ser, con el agregado importante de tomar en cuenta la energía, las emociones y la mente que pueden influir positiva o negativamente en nuestra salud.

Si nunca practicaste y tienes gente a tu alrededor que te dice que yoga hace bien, si intuyes que es lo que necesitas, si tu médico o psicólogo te lo recomendó, permítete hacer la experiencia. Consulta todo lo que necesites, pero no te pierdas la oportunidad de sumar a tu vida la práctica de una actividad que sólo propone bienestar

Y si alguna vez tuviste una mala experiencia, si los prejuicios te lo impiden o piensas que yoga no es para ti, a lo mejor es momento de darle una oportunidad a la actividad que más ha crecido en el mundo en las últimas décadas como vehículo para encontrar el equilibrio total del ser humano.

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Pablo Rego. Profesor de Yoga. Terapeuta Integral. Diplomado en Medicina Ayurveda de India.

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