Yoga: La primera psicología del mundo

2025-08-04

El físico ruso Ouspenski, pieza clave en el sistema del Cuarto Camino, dijo en una ocasión que no se puede estudiar al ser humano como el astrónomo que mira fuera a las estrellas, dando a entender que para conocer al ser humano hay que mirar, escudriñar y sondear dentro de uno. Escribe Ramiro Calle.

Ramiro Calle

Así nacieron los más antiguos psicólogos de las profundidades del orbe: mirando dentro de sí mismos, y la psicología moderna sigue en pañales con respecto a la psicología de Oriente, con cinco mil años de antigüedad.

El yogui se convierte en su propio laboratorio viviente y la postura o asana en el genuino hatha-yoga es una ganzúa para abrir el portón de la mente profunda, mediante la introspección y pasando de la consciencia periférica a la más interiorizada y profunda.

En la postura en la que aparezco en la fotografía (la de la pinza de pie), me mantengo tres minutos o más para poder desplazarme de la consciencia corporal a la consciencia, o sea, del cuerpo al testigo del cuerpo. Siempre hay que evitar cualquier esfuerzo excesivo y entender que toda postura yóguica tiene por objeto acallar la mente parlanchina para poder desplazarse más allá de la consciencia ordinaria.

Se consigue así no solo vigor y equilibrio físico, sino concentración mental y armonía emocional. No se trata de convertirse en un llamativo contorsionista, sino en aprender a servirse del cuerpo para ir más allá del cuerpo, en equilibrio y desapego.