Los soportes y el Yoga Iyengar

2024-01-29

Iyengar es bastante conocido como “el yoga de los soportes”, y también como práctica muy exigente, a veces temida por una atribuida “dureza” de las sesiones. Desde la escuela Luz sobre el yoga ofrecen este año talleres de fin de semana para que practicantes de yoga de otras disciplinas se animen a descubrir este arte y que los posibles prejuicios sobre el sistema se puedan disipar. Escribe Olga Jiménez. 

Mientras este sistema no se practique en persona un mínimo de tiempo para ir notando los cambios, y el alumno sea dirigido por un profesor bien formado que además cuente con el talante adecuado para combinar exigencia y amabilidad, no se debería uno forjar una idea sobre una escuela u otra.

Contaré una pequeña anécdota para reflejar esta situación.

Hace unos años desplazamos nuestra escuela de yoga del Club de Campo Villa de Madrid a un nuevo centro en Aravaca, un espacio compartido con otros sistemas de yoga. Llegamos haciendo obra en las paredes y remodelando el espacio para dar cabida a nuestro voluminoso material. Una de las profesoras, incómoda por los cambios, nos criticaba por nuestros “trastos”, como ella los denominaba. Unos meses después la profesora estaba con dolor lumbar. Ese día se le colocó con pesos y una banqueta de madera para apoyar sus muslos y después de cinco minutos salió muy aliviada de las molestias de su espalda. Así comentó: “Vaya, quizás esto que traéis no sean trastos”. Desde entonces su respeto al material de yoga cambió por completo.

Ya escribí sobre el uso de soportes en un artículo anterior en esta misma revista que hacía referencia a nuestra formación para profesores. Ahí mostraba cómo estos, los soportes, son fruto del trabajo incansable y la generosidad de nuestro Maestro por tratar de que todo el mundo pueda beneficiarse de las posturas, beneficio independiente de sus patologías, edad o condición física. Era consciente de que nuestra limitada voluntad no nos iba a llevar a practicar de ocho a diez  horas diarias, las necesesarias para conseguir como él las posturas finales con las aberturas correctas y la fortaleza necesaria que evita lesiones. Además la edad nos lleva a perder fuerza, los ligamentos sufren deterioro y es entonces cuando los soportes vienen a posibilitar que la práctica perdure incluso en la ancianidad.

Iyengar comenzó de joven a practicar y a enseñar los saludos al sol, que también existen en esta disciplina, aunque mucha gente lo desconozca. Pero a medida que evolucionó en su comprensión fue percibiendo que los ajustes más profundos, los ajustes a nivel orgánico, requerían permanecer más tiempo en las asanas. Esto le fue guiando hacia una práctica más sutil, donde cada ligamento, cada articulación, iba engranando en el complejo puzzle del cuerpo en toda su dimensión.

Desde nuestra escuela ‘Luz sobre el yoga’ en este año 2024 vamos a ofrecer una serie de talleres de fines de semana con la intención de que practicantes de yoga de otras disciplinas se animen a descubrir este arte y que los posibles “prejuicios” sobre el sistema se puedan disipar.

Aprovecharé este espacio para profundizar un poco en esta comprensión poniendo varios ejemplos muy visuales.

Posturas invertidas

Las posturas invertidas son una pieza importante en la práctica de asanas, con multitud de beneficios tanto a nivel físico como mental. De Sirsásana podemos decir que asegura un riego a nuestra glándula pituitaria y pineal del cerebro, reponiendo de la fatiga, mejora problemas de insomnio, pérdida de memoria y de vitalidad, los pulmones ganan resistencia. Junto con Sarvangasana ayuda en los problemas de estreñimiento, controla el contenido de hemoglobina en la sangre. Estos efectos requieren que la postura se mantenga un tiempo relativamente prolongado. Entenderemos que unos segundos o varios ciclos de respiración no serán suficientes para obtener estos beneficios. Una práctica correcta de yoga, cuando la persona no tiene lesiones, nos llevará a que su Sirsasana pase de cinco minutos, incluso pueda llegar a diez minutos con relativa facilidad. Cuando la persona comienza ya en edad más avanzada o tiene lesiones, hernias cervicales por ejemplo, la práctica en el espacio está completamente desaconsejada; es en esos casos que vienen en su ayuda las adaptaciones para que pueda recibir los beneficios de la postura.

Sarvangasana tiene también múltiples beneficios; se la considera la madre de los asanas por sus múltiples efectos. Como una buena madre proporciona armonía y felicidad en el hogar, así este asana lo proporciona en el organismo. Actúa de forma directa en la glándula tiroides y paratiroides, situadas en la región del cuello; estas ven aumentadas su aporte de sangre, se bañan de forma correcta los pulmones, las personas afectadas de ahogo, palpitaciones, asma, bronquitis encuentran alivio. Su práctica regular calma los nervios y los dolores de cabeza, y como ya se mencionó con Sirsasana, elimina el estreñimiento, se liberan toxinas y uno se siente lleno de energía. En numerosas escuelas se suele practicar con el cuello en el suelo, sin soporte de mantas. Así aparece también en el libro de Luz sobre el yoga, pero el maestro Iyengar después de su experiencia enseñaba la postura con mantas, pues observó que llegaba a producir dolores, incluso lesiones cervicales. La postura recibe sus efectos cuando la parte frontal del cuerpo se abre y se expone; buscar esta exposición con el cuello es lo que llega a tener riesgos. Esta exposición frontal, con el soporte de mantas se puede ir conquistando, como vemos en la foto inferior. En ocasiones se dirige con soportes adicionales para que el practicante acceda a sus zonas más difíciles.

El sistema Iyengar adaptó también esta postura con el empleo de una silla; esto ha posibilitado que personas mayores e incluso personas con hernias cervicales la practiquen sin riesgos. Junto con Halasana se convierten en posturas que se pueden adoptar tiempos prolongados y que resultan un regalo especialmente para las personas mayores y practicantes con alguna patología.

Esta lista de adaptaciones de las posturas finales a las posturas con soportes es muy larga. Estarían las posturas hacia atrás, estiramientos hacia delante, posturas sentadas… Así se puede entender que las sesiones sean muy diferentes si se trata de un grupo de practicantes jóvenes y sanos o si tenemos una clase de personas mayores de 60 años con alguna patología. Por eso este sistema siempre separa por edades y niveles.

Nuestra Escuela ‘Luz sobre el yoga’ de Aravaca (Madrid), en su continuo afán de propagar este maravilloso arte, este año propone talleres de fin de semana de tres horas de duración tratando diferentes temas para que practicantes de otras escuelas puedan asomarse a este mundo si les es desconocido, o practicantes de este sistema puedan profundizar en diferentes temas.

El primero se realizará el 17 de febrero, un taller de “Introducción al Yoga Iyengar: principios básicos». También en el mes de junio habrá uno específico para conocer los soportes básicos y sus aplicaciones. Más información AQUÍ

Olga Jiménez Suárez es directora escuela Luz sobre el Yoga. Camino de la Zarzuela 11, 2º izda. 28240 Aravaca (Madrid)
Contacto: www.yogaiyengararavaca.com