Karma Yoga/ Construyendo paz

2022-01-20

No queda otro camino que la consciencia y la responsabilidad que se deriva de ella. El karma yoga del servicio desinteresado construye sutilmente paz, cambiando actitudes, generando calma interna, facilitando comprensión y soluciones armónicas. Escribe Asun Arrillaga.

“Gandhi y la rueca” (1946), fotografía de Margaret Bourke-White.

La paz la construye la consciencia. Mira a los grandes hacedores de convivencia o paz entre diferentes: Gandhi, Luther King, Nelson Mandela y tanto/as desconocidos/as que han ido encontrando formulas adecuadas de encuentro y entendimiento frente a los que, quizá por ponerse nerviosos, quizá por no escuchar, quizá por su nivel de inconsciencia en una situación dada, han terminado como el elefante en la cacharrería destruyendo a diestro y siniestro.

Somos las personas concretas las que, con nuestras grandes o pequeñas decisiones –quién sabe cuáles son más importantes en cada momento–, con nuestro nivel de consciencia en definitiva, más densa o más sutil, más ególatra o más altruista, construimos la realidad.

Pero ¿cómo valorar quién construye “más” paz? Juzgar de intenciones no tiene sentido. Es soberbia creer que podemos entrar en el interior de las personas. Nos coloca en una posición de creer que sabemos quién es el otro u otra, cuando cada ser humano es un misterio. ¿Quién puede comprender cabalmente las motivaciones profundas, por coger un conjunto de personas hacedoras de historia lamentable, de Hitler, Goering, Himmler…?

Avanzar por ahí no tiene mucho sentido. Hay que volver al cómo se construye la paz más que al cómo se construye el mal. La filósofa Hanna Arendt ya nos dejó esas palabras tan impactantes en las que explica cómo se dan determinados procesos destructivos. Habla de que “la banalidad del mal” construye más dolor y muerte que muchos asesinos: el funcionario que sin consciencia estampa el sello de “denegado” en un derecho desasistido, el ciudadano que mira para otro lado cuando se está maltratando a alguien, el adulto o el profesional que no evita, pudiendo, una situación de dolor a un menor, a una persona débil, a un necesitado…

Es bueno que todos/ as nos sintamos responsables de nuestras sociedades broncas y exaltadas. Nuestra propia ignorancia e inconsciencia nos llevan a ahondar en pensamientos, sentimientos o conductas con los que a menudo nosotros mismos dificultamos la convivencia y agravamos los conflictos. Muchas veces sin saberlo, pero lo hacemos.

No queda otro camino que la consciencia. Y la responsabilidad que se deriva de ella. No queda otro camino que la responsabilidad. El Yoga, y más específicamente el karma yoga del servicio desinteresado, construye sutilmente paz, cambiando actitudes, generando calma interna, facilitando comprensión y soluciones armónicas.

Esto no es “buenismo”; es realidad, es necesidad.

“La plena conciencia ha de ser comprometida. Cuando vemos que algo debe ser hecho, debemos actuar. Visión y acción van de la mano. De otro modo, ¿de qué sirve la visión?”. Thich Nhat Hanh

Asun Arrillaga es profesora de yoga.
Autora del libro ‘En tono al yoga’, prologado por Danilo Hernández.
Adquirirlo aquí:
https://www.mandalaediciones.com/terapias-corporales/yoga/en-torno-al-yoga.asp