El Yoga de la vía abierta (II)

2020-03-12

En la senda del yoga hay que tener  los sentidos bien vivos y abiertos, la mente alerta y sosegada, el ánimo presto. La naturaleza es un escenario maravilloso de enseñanzas. Escribe Ramiro Calle. (ver parte anterior aquí)

Imagen de George Forward en Pixabay

Desde una perspectiva lúcida todo tiene su sentido.  Por eso el yogui no se exalta con lo grato ni se aferra a ello, pero lo vive con plenitud; no se deprime ni aborrece lo ingrato, pero se fortalece con ello.

De tanto mirar tan lejos, no vemos lo que está tan cerca; de tanto anhelar lo que podemos obtener, no apreciamos lo que ya poseemos. El esto-aquí-ahora es lo que cuenta, porque el pasado es un sueño y el futuro un espejismo.

Aunque no resulte fácil, hay que intentar desarrollar la consciencia del presente, de la realidad inmediata. Para ello se requiere la práctica de la meditación. La mente se resiste al aquí y ahora, pero hay que reeducarla para que conecte con cada momento y así siempre esté ágil, viva, activa.

Si no captas el instante, la vida se escapa. Este es el núcleo del núcleo, lo esencial, el gran secreto. En el antes y en el después solo hay recuerdo o anticipación, pero no vida.

Cada segundo perdido, ¿no es irrecuperable? Lo es la flecha disparada, la palabra dicha, la ocasión perdida… ¡el minuto no vivido con atención y plenitud!.

Aquí y ahora es vida; antes y después es ensoñación. Vivir con frescura cada momento es madurar y estar en el incesante aprendizaje; no hacerlo es fosilizarse. Ahora o nunca. No antes, no después: ¡ahora!

Donde quiera que estés, estáte aquí y ahora; con quien quiera que estés, estáte aquí y ahora; sea en soledad, sea en multitud, conecta con el aquí y ahora.

Más aquí y ahora, más valoras la vida y mejor te relacionas con ella; más aquí y ahora, más presente y conectado; más aquí y ahora, más intenso y lúcido.

No permitas que el ego interfiera en el instante supremo del aquí y ahora, porque el ego es limitación.

Si estás atento aquí y ahora, con más facilidad te liberarás de los grilletes de la memoria, la imaginación incontrolada y el pensamiento indócil.

Muchos buscan tanto el llegar a ser que no son; el alcanzar la meta, que no viven el viaje hacia ella. Hay una gran belleza e inspiradora simplicidad en «estar».

Sabiduría para el presente

Le preguntaron a un mentor  cómo se adiestraba en la verdad más alta, y contestó: «Hallándola en la vida de cada día».

Un maestro aseveró: «La providencia pasa la bandeja una sola vez». Si en ese momento no la tomas, ¡qué lástima!.

Le preguntó un preceptor a su discípulo mientras paseaban por el bosque: «¿Escuchas el trino de los pájaros?». Y al responderle afirmativamente, el maestros dijo: «Entonces no tengo nada que enseñarte».

Un breve poema atribuido a Buda dice: «El pasado es un sueño; el futuro un espejismo; el presente una nube que pasa». La nube transita, pero es lo único que realmente podemos captar.

Así como de acuerdo a cómo se coloquen las bisagras de una puerta, ésta abre hacia adentro o hacia afuera, así según nuestra actitud convertiremos una vivencia en positiva o negativa.

La vida es un viaje en el  que hay que ir resolviendo las dificultades que se presenten. Si no podemos controlar algo, al menos podemos controlar nuestra actitud ante ello. La vida es imprevisible, increíble, ilógica. ¡Que no te viva; vívela tú!

Centrados en lo que es

Los enemigos se pueden transformar en aliados con una adecuada actitud. Por el contrario, una actitud inadecuada, fortalece al enemigo.

La acción no es necesariamente agitación. Adiéstrate en estar contemplativo en la acción y activo en la contemplación.

El yogui hace lo mejor que puede en cada momento y circunstancia y no se deja encadenar por los resultados. Hay un gran secreto en amar la acción por la acción misma sin obsesionarse por los resultados; obrar por amor a la obra y convertir cada paso ya en la meta.

No arrastres resentimiento; no acumules rencor; no te enredes en lo que te hicieron de dañino o lo que no debiste hacer o hiciste. Céntrate en lo que es; renúevate y no acumules, como el espejo que no conserva la imagen, poniendo los cinco sentidos en lo que hagas, con ecuanimidad, paciencia y amor.

Medita, porque al meditar accedes a la Mansión del Silencio y conectas con tu ser de calma y plenitud, para luego poder de nuevo volver a la actividad con la mente lúcida y el corazón compasivo.

Ramiro Calle

RamiroCalleMás de 50 años lleva Ramiro Calle impartiendo clases de yoga. Comenzó dando clases a domicilio y creó una academia de yoga por correspondencia para todo España y América Latina. En enero de l971 abrió su Centro de Yoga Shadak, por el que ya han pasado más de medio millón de personas. Entre sus 250 obras publicadas hay más de medio centenar dedicadas al yoga y disciplinas afines. Ha hecho del yoga el propósito y sentido de su vida, habiendo viajado en un centenar de ocasiones a la India, la patria del yoga.

Nota: En Youtube podéis visionar gratuitamente los documentales : Viaje a los adentros, Ramiro Calle, El Ramiro más íntimo y Sadhaka, la senda del yoga. Asimismo decenas de clases de hatha-yoga y meditación a partir de sus conferencias, talleres y seminarios.

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