Svadhistana y Sahasrara (Amor y Amar)

2016-07-26

Los chakras son flujos energéticos por donde circula la fuerza de vida de nuestro ser. Nuestra acción o trabajo sobre ellos hará que podamos regular la entrada y salida de esa energía. Hoy quiero hablar de dos de ellos, Svadhisthana y Sahasrara, para poder entender la diferencia en el yoga de «amor» y «amar». Escribe Maheshwari (Mayte Aguado)

Svadhistana

“Los Yoguis también llegan al mismo lugar al que llegan los Samkhyas o Jñanis. El que entiende que el conocimiento y la realización de acciones (karma yoga) son lo mismo, entiende correctamente”.
(Bhagavad Gita V4.5)

Si entendemos que el conocimiento es superior a la acción pero que ésta es superior a la inacción, fundiéndose conocimiento y acción, entonces entenderemos esa unión que nos hace tomar consciencia de que la perfección puede alcanzarse, convirtiéndonos en el ser observador de lo observado de la recta acción. Esa es la acción de transformación que nos va a exigir conocimiento.

Será ahí donde renacerá una acción peculiar y diferente que nos transformará con cada paso que demos, haciendo que con ello descubramos nuestra capacidad de: estabilidad, fuerza creativa, voluntad, compasión, conexión con la voz interior y la intuición, siendo cada una de ellas protagonistas de nuestra esencia “amar” que no “amor”, porque con el amor, ese amor que sentimos al comenzar estará impregnado de pasión, esa que juzga cada paso o cada peldaño que subimos, y que sólo depende de nosotros de nuestra actitud y de nuestra voluntad el hecho de que estemos preparados para subir al siguiente, porque gracias a esa perseverancia reconoceremos, “amar” de “amor”.

Como sabemos los chakras son flujos energéticos por donde fluye la fuerza de vida de nuestro ser, que dependiendo de nuestra acción o trabajo sobre ellos, hará que  podamos regular la entrada y salida de la energía. Hoy quiero hablar de dos de ellos, Svadhisthana y Sahasrara, para poder entender la diferencia en el yoga de amor y amar.

 Svadhisthana, es el segundo chakra, dónde a través de él, experimentamos los sentimientos más profundos relacionados con su manifestación física, de ahí su significado, Sva “lo que pertenece a sí mismo”, y Dhisthana “sitio verdadero”, y no hay nada más verdadero que amar pero que es su plano físico se convierte en amor.

Amor, que ya en su definición nos dice que: “Es un sentimiento vivo de afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno.” Pues si leemos detenidamente tal definición, podremos darnos cuenta de que es una manifestación física, donde el observador comienza emitiendo juicios de valor de la esencia del propio amor, el bien del mal, que son esas grandes arpías que nos estancan en la pasión, haciendo que el ser se aleje de lo eterno,  anclándolo en ese espacio, en ese tiempo, semejante a las arenas movedizas que en la distancia se las confunde pero cuando uno está en ellas, si no se usa el conocimiento junto con la acción, nos absorberá para llevarnos a la profundidad de su cieno del cual no podremos salir, haciendo que nuestra mente se estanque en la propia situación sin poder ver más allá de ese momento pensando que ahí está en toda su expansión. Amor es un puro espejismo que nos ofrece la mente, porque está educada para poner las cosas dentro del espacio y del tiempo para así moldear nuestras pasiones.

Amar que según dice el diccionario, es sentir amor por una persona o cosa. Detengámonos en esa parte donde nos dice, “sentir amor”, aquí ya se convierte la esencia, amar, en infinitivo, ya lo hace sin ponerle obstáculos, ya no se entiende de tiempos, se convierte en ese sentir de unión y no sólo material, sino espiritual, donde amar es a la vez sentir, convirtiendo a amar en vivir con consciencia, dónde la energía del observador se transforma en el objeto observado, en ese estado en el que se encuentra nuestra esencia,  entendiendo con ello que no estamos separados, porque el plano físico se expande yendo más allá del espejismo que formó la mente, donde la materia está en ese estado de transformación de su energía interior. Este es el hermoso estado de rendición de la propia existencia como tal, donde impera la comprensión de estar en armonía con el mundo pero sin estar a merced del mundo, sin importar lo que pueda suceder alrededor. Ya no percibimos nuestro propósito en esta vida, sino que estamos sintonizados con él de forma permanente, estar en ese estado es tener despierto el Sahasrara, donde descubrimos nuestra propia eternidad, que sólo se puede dar a través de, amar en la plenitud del Absoluto, donde la conciencia individual se disuelve con la conciencia universal.

La importancia de prestar atención en la acción armoniosa de cada uno de nuestros siete chakras, es conocer cada uno de los aspectos de nuestro ser, que va abriéndose a la vez que los va haciendo cada uno de los pétalos de ese bello loto que está en nuestro interior, que va entrando en contacto con nuestro ser trascendental, haciendo que se abra nuestro séptimo chakra y conectándonos con el infinito despertar de nuestra propia esencia que es, Amar.

Si desde la simplicidad entendemos que el ser humano es una primitiva y efímera forma mental, que conoce cierta información, y que esa información es cíclica, fugaz e inconstante donde toda actividad racional se sostiene en la dialéctica que se provee de verdades a medias, mentiras a medias, vidas a medias, hace que sea importante estar o tener una acción correcta, ya que es un medio de purificación para la mente, que como dicen los cánones del Vedanta, “se requieren dos condiciones: No apetencia al fruto de la acción y ausencia de yoidad en la acción.”

 

Con mucho amor, Maheshwari (Mayte Aguado)

Namasté