Pranayama: respirar es TODO

2012-10-10

Las antiguas prácticas yóguicas de respiración conocidas como Pranayama pueden proporcionarte paz mental y una energía firme y centrada.

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Muchos personas se sorprenden la primera vez que llegan a una clase de yoga y les “enseñan” a respirar. Primero el profesor les habla de “respiración completa”, “profunda”, “desde el abdomen”, etc. Y luego, en días sucesivos, hacen prácticas de distintas formas de respirar con nombres extraños tapando orificios de la nariz, contando los tiempos de inhalación y exhalación, jadeando…

¿Y todo eso para qué?, se preguntan los principiantes.

Huelga hablar de la importancia de la respiración, del aliento vital, para estar vivos. Pero menos conocido es lo decisivo que resulta “saber respirar” para poder vivir saludablemente, para encontrar serenidad mental, para relajar o activar los músculos, para lograr llevar al cuerpo-mente a su máximo rendimiento durante las posturas de yoga, subiendo una montaña o escribiendo un libro.

La respiración es todo, dentro y fuera del yoga.

El amplio abanico de ejercicios de respiración del yoga llamado pranayama ha sido cultivado durante miles de años. De acuerdo con la filosofía yóguica, la vitalidad invisible llamada prana en sánscrito fluye por cada centímetro del universo. Los maestros del yoga nos dicen que controlando conscientemente la forma en la que respiramos, podemos aprender a concentrar, retener e incluso dirigir el flujo vital de prana dentro de nosotros. Si estableces amistad con tu respiración, te trasformarás, literalmente.

Pranayama elemental
Los yoguis comparan el proceso de regulación de la respiración con la doma de un animal salvaje. Nos aconsejan paciencia y cuidado, que procedamos despacio y conscientemente a través de nuestras exploraciones. Como la respiración está relacionada con el sistema nervioso y cardiovascular, nos advierten de que sobrepasar los límites personales puede resultar peligroso.

Esto significa que siempre es mejor aprender bajo la tutela de un instructor con experiencia. Así que si tienes un profesor de yoga, pídele consejo antes de empezar a explorar por ti mismo la respiración. Si practicas por cuenta propia, cíñete a las técnicas introductorias de respiración pero date el tiempo necesario para profundizar con comodidad en la más simple sutileza antes de pasar a otro ejercicio. Cuando te sientas preparado para iniciar otras prácticas más avanzadas, encuentra a un profesor que te guíe.

Además, si sufres de una dolencia física o emocional -incluidas dolencias respiratorias, cardiovasculares, depresión, ansiedad o glaucoma- o si estás embarazada, consulta con tu profesor y un instructor de yoga antes de iniciar la práctica de pranayama.

Los expertos nos ofrecen un consejo esencial de sabiduría: Nunca jamás fuerces la respiración. Si un ejercicio de respiración te causa tensión o incomodidad, no lo practiques -al menos por el momento-. Una vez más, pide consejo a un instructor y explora únicamente lo que te resulte más fácil y cómodo.

Cuando te embarques en tu exploración de pranayama -curioso, atento y con constancia- la conciencia de tu respiración puede introducirse en tu vida diaria y en tu práctica de asanas. Quizás empieces a observar que tu respiración cambia con tus estados de ánimo y tus emociones. Quizás descubras que un simple cambio en tu respiración puede transformar la forma en la que respondes a una situación estresante. Y quizás incluso también aprendas a tranquilizar y mantener el ritmo de tu respiración.

Bienvenido a esta nueva conciencia en tu vida. Alimenta, enriquece y se amable con ella. Como los maestros de yoga descubrieron hace siglos, despertar a la magia de la respiración puede abrirte a infinitos océanos de paz, alegría y vitalidad.