Respiración consciente

2012-10-05

Pranayama empieza con la conciencia básica de respiración, una sencilla búsqueda que sirve como base para las demás técnicas de respiración.

El principio es simple: antes de intentar regular tu propia respiración, tienes que saber algo sobre ella. Y la mejor forma de obtener este entendimiento es descansar tranquilamente y utilizar tus poderes de percepción para sentir el movimiento de la respiración.

Quizás no hayas dedicado demasiado tiempo a sintonizar con las sensaciones que acompañan a las inhalaciones y exhalaciones. En este caso, probablemente tengas mucho que aprender. Quizás pienses que esta fase inicial de la práctica de la pranayama es una cita a ciegas con tu respiración.

Para empezar, túmbate de espaldas en una sencilla Savasana (Postura del Cadáver). Tras unos minutos, dirige tu atención a la respiración. Considera dónde la sientes cuando te mueves por ella. ¿Qué partes del cuerpo se mueven cuando inhalas y exhalas? ¿Sientes la respiración más fuerte en el vientre o en el pecho? ¿En la parte frontal del cuerpo o en la espalda? ¿En el lado izquierdo del torso o en el derecho?

Cuando te hayas familiarizado con la localización de la respiración, considera su flujo. ¿Lo sientes rápido o lento? ¿Profundo o ligero? Y cuál es más larga, ¿la inhalación o la exhalación? ¿Percibes una pausa al final de la inspiración o de la espiración? ¿Las respiraciones son uniformes o impredecibles en comparación las unas con las otras?

Por último, puedes considerar la sensación de la respiración. ¿Es suave o fuerte? ¿Cálida o fría? ¿Ligera o pesada? ¿Te viene a la mente algún color o imagen o emoción en particular cuando respiras? Recuerda que no se trata de cambiar la respiración, sino de conocerla.

Cuando hayas finalizado tu exploración, deja que tu conciencia se expanda más allá de ella. Descansa aquí durante varios minutos y considera cómo te ha cambiado esta práctica. ¿Te sientes más tranquilo? ¿Frustrado? ¿Aturdido? ¿Elevado? ¿Desconcertado?

Al principio, quizás te sientas un poco perdido –como un viajero sin mapa-. Pero ten por seguro que tras un periodo de semanas, meses e incluso años, descubrirás un amplio abanico de sensaciones y sentimientos asociados con la respiración. Empezarás a amar este nuevo país en el que vives. Y te sorprenderás de cómo has podido vivir todos estos años sin la conciencia de cómo se siente al respirar.