La secuencia básica (3ª parte)

2025-07-09

Definimos la secuencia básica como aquella que emplea ásanas sencillos que están pensados para que todos los puedan realizar a lo largo tiempo de forma correcta e ininterrumpida y así crear un cimiento sólido en nuestra práctica, aportando importantes frutos a nuestro crecimiento interior. Texto e ilustraciones Pedro López Pereda.

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Carl Jung llegó a la conclusión de que el único propósito de la existencia humana es el de encender una luz en la oscuridad. Y ese es el mismo  propósito del yoga: encender y potenciar la luz interior que se ubica en el chakra Sahasrara.

Para trabajar con esa luz, necesitamos oscuridad (recordemos que la luz brilla con más intensidad cuando está en la oscuridad) y ser muy conscientes de que esa luz no se extingue al final de nuestros días; solo apagamos la lámpara porque el amanecer habrá llegado (Rabindranath Tagore).

En este plano físico existe una relación directa entre la luz y la materia. Recordemos que sin la parte tangible de la vela no existiría la llama.

En nuestro trabajo interior, la unidad que utilizamos para medir la cantidad de luz que emite la llama de Sahasrara, la llamamos biolumen (no confundir con los lúmenes como unidad física). Cuando nacemos en el este plano el nivel de iluminación de Sahasrara es mínimo y nos consideramos tamásicos hasta que llegamos a los 800 biolúmenes. Entre 800 y 1600 biolúmenes nos volvemos rajásicos.

A partir de 1600 biolúmenes dejamos las penumbras y entramos en el nivel sáttvico. Según el Bhagavad Gita, “al morir con las cualidades de sattva el hombre se eleva a las regiones donde moran los conocedores del Más Excelso”. En cambio, el que muere tamásico renace en el mundo de aquellos que está profundamente engañados y si a la hora de la muerte prevalece rajas, la persona renace entre los que se hallan apegados al deseo.

Las secuencias de ásanas y la “iluminación”

El objetivo principal de una secuencia de ásanas es ayudarnos a crecer en biolúmenes, para aumentar nuestro nivel de iluminación.

Recordemos la frase del poeta y pintor William Blake: «Aquel cuyo rostro no irradie luz, nunca se convertirá en una estrella».

La secuencia básica está pensada para que los yoguis la puedan realizar a lo largo tiempo de forma correcta e ininterrumpida y así mantener una “vela” duradera cuya llama nos dure toda la vida.

Sobre la necesidad de potenciar continuamente nuestra luz interior, podemos recordar la siguiente frase de Platón: Podemos perdonar fácilmente a un niño que tiene miedo de la oscuridad; la verdadera tragedia de la vida es cuando los hombres tienen miedo de la luz.

5 ⇒ Parighasana en silla

Con apertura de Vishudda.  

Fundamentos de la postura: El ángulo mixto y su simbolismo

Hemos llamado ángulo mixto al ángulo formado por una línea recta y una línea curva, que también se conoce como ángulo curvilíneo o ángulo mixtilíneo.

Como ya comentamos en la postura número uno de esta secuencia, los ángulos representan el cambio continuo, la confianza en uno mismo, la autonomía en el desarrollo personal. El ángulo mixtilíneo es una figura compleja y aunque sus lados se mantienen en un mismo plano, la curvatura de uno de ellos hace que su medida en grados no sea nada fácil de calcular.

Este complejo ángulo se relaciona con el crecimiento y la transformación espiritual.

Realización del asana (ver ilustración arriba)

Nos sentamos en el borde de la silla, en donde habremos colocado una esterilla para evitar el deslizamiento del cuerpo. Apoyamos únicamente el glúteo izquierdo (el derecho se sitúa fuera del asiento).

Estiramos la pierna derecha en dirección perpendicular al tronco. El brazo derecho se apoya sobre dicha pierna.

Bajamos el tronco en flexión lateral hacia la pierna derecha, con el brazo izquierdo extendido por encima de la cabeza. En esta bajada, curvamos el lateral izquierdo del cuerpo hasta que forme con la pierna derecha un ángulo mixtilíneo.

Llevamos nuestra atención al chakra Vishuddha. En esta postura todos los setran de los chakras de la parte anterior del cuerpo se mantienen abiertos.

Durante toda la postura la espalda se mantiene con su eje formando una línea curva en el plano del ángulo.

Posteriormente, repetimos todo el proceso hacia el otro lado, con la pierna izquierda extendida.

Hay que mantener la postura durante 60 segundos en cada lado. Con la práctica se puede aumentar el tiempo de forma progresiva.

 6 ⇒ Extensión en silla

 Con apertura de Ajna.

Fundamentos de la postura: La luna creciente y su simbolismo

La luna creciente sobre la frente de Shiva, simboliza la trascendencia, el tiempo, la renovación y la serenidad. También representa la belleza y la sutileza, así como la naturaleza cíclica de la existencia.

Por otro lado, la luna creciente en la iconografía hindú está asociada con Chandra, el dios de la Luna, y por ende con el control sobre el tiempo y la creación.

La luna creciente adornando la cabeza de Shiva es un símbolo clave. Representa su dominio sobre el tiempo, su naturaleza cíclica y su capacidad de cambio y regeneración.

 Realización del asana

extension

Nos sentamos en el borde anterior del asiento de la silla, en donde habremos colocado una esterilla para evitar el deslizamiento del cuerpo.

Las manos se colocan en los dos lados laterales del respaldo de la silla.

El tronco muy extendido se curva en la extensión, llevando los hombros y los trapecios hacia atrás y hacia abajo.

Hay que mantener la postura durante 60 segundos. Con la práctica se puede aumentar el tiempo de forma progresiva.

Llevamos nuestra atención a Ajna. Visualizamos el tercer ojo de Shiva y sobre él la luna creciente con las puntas hacia arriba. Al visualizarlo potenciamos nuestra sabiduría, la percepción espiritual y la capacidad de ver más allá de lo físico y lo ilusorio.

7 ⇒ Postura final

Con apertura de Sahasrara.

Fundamentos de la postura

En la secuencia básica esta postura es la encargada de unir y procesar los fotones transportados, desde Muladhara a Ajna. Al realizarla activamos el chakra Sahasrara, ya que mantenemos una importante apertura en todos los espacios que configuran los setrans de los chakras principales.

Esta postura pertenece al grupo de ásanas que tiene la capacidad de abrir, en una sola postura, todos los chakras.

Material de apoyo

Necesitamos un bolster o dos mantas dobladas en forma plana o de rodillo para apoyar la zona lumbar de la espalda o directamente los glúteos.

 Realización de la postura

final doble

Colocamos las dos mantas sobre el pavimento, paralelas a la parte anterior del asiento de la silla.

Nos sentamos en las mantas con el cuerpo paralelo a la parte frontal del asiento. Giramos el cuerpo para colocar las piernas encima del asiento y la espalda en el suelo. Las plantas de los pies de juntan y las piernas quedan en forma de mariposa.

Hay que mantener la postura durante 5 minutos. Con la práctica se puede aumentar el tiempo de forma progresiva.