Hace un par de días estaba escribiendo en el diario y una corriente de preguntas llegaron. Son preguntas para hacerse a uno mismo con calma, no solo una vez, sino a lo largo de los días, de la vida. Respirarlas, masticarlas, saborearlas, sin prisas. Realmente sentirlas con tranquilidad y verdad. Escribe Eva Prema.
¿Cómo me trato a mí misma? ¿Cómo trato a las otras personas? ¿Cómo trato a la vida? ¿Qué como y cómo me alimento? ¿Cómo respiro? ¿Qué pienso? ¿Cómo cuido de mi cuerpo y de mi mente? ¿Cómo cuido de los demás?
Y de esto, precisamente trata el camino del yoga, la espiritualidad, el Sanatana dharma. Tratan de la manera de caminar el camino de la vida y todos sus momentos. Elegí el camino del Sanatana dharma y del yoga, o más bien estos me eligieron a mi. La belleza de este camino es que no excluye ni es exclusivo. Simplemente añade riqueza al camino particular de cada persona. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que no importa que proceses la religión católica, o te consideres vaishnava [1], musulmán, ateo o seguidor del advaita vedanta [2]. No importa tu profesión, si eres transportista, ingeniero o peluquero. Ni tampoco importa tu estatus social, nivel económico o procedencia. El Sanatana dharma abraza e incluye a todos por igual, y simplemente muestra un recorrido para que cada individuo pueda desarrollarse en la plenitud de su ser en diversas facetas: como individuo, como parte de una familia, de una sociedad, etc. Y nos acompaña hasta el propósito último: conocerme, reconocerme, amarme.
El Santana dharma
Cuando empezó la cuarentena del covid en India yo estaba en el ashram[3] de Amma, donde residía en ese entonces. Amma empezó a hacernos preguntas sobre espiritualidad de manera regular y nos pedía a todos que reflexionáramos y escribiéramos nuestras respuestas. Una de las preguntas fue: ¿Qué es el Santana dharma? Hubo decenas, si no centenares de discursos por parte de brahmacharis/nis [4], saamis/nis [5], y residentes del ashram. Lo que sin duda no se me ha borrado de todas aquellas disertaciones es cuando Amma dijo que si pudiésemos resumir lo que significa Santana dharma en dos palabras sería: ‘To love and to serve’ [6]. El Sanatana dharma, traducido como la «eterna verdad», es el sistema filosófico y espiritual en el que se sustenta la cultura védica de Bharat [7]. En una sesión de preguntas y respuestas en el 2005 sobre la cultura védica, Amma dijo: “Es imposible decir exactamente cuándo comenzó la cultura védica. Los Vedas son ‘anadi’ [sin principio]; estaban allí incluso antes del comienzo de la raza humana. Se dice que los Vedas son ‘isvara nisvasam’, la exhalación de Dios. Ni siquiera sabemos quién los descubrió. Es difícil decir con exactitud cuándo empezaron a existir los Vedas [8]”. Popularmente, se cree que a los rishis (los antiguos sabios y ascetas en India), hace unos cinco mil años, en el curso de sus austeridades y prácticas espirituales para descubrir la verdad, a través de la experiencia directa, se les reveló parte del gran misterio de la vida. Ellos, empezaron a transmitir a discípulos “competentes”, de forma oral, dicho conocimiento juntamente con las prácticas para experimentar por ellos mismos la Realidad. ç
Seguían el método de enseñanza de gurukula en el que el discípulo al vivir con un maestro despierto, absorbía con facilidad las virtudes y cualidades de este, y su carácter evolucionaba. El maestro no solo enseñaba con palabras y discursos, sino que su propia vida era un ejemplo constante de las escrituras y de las enseñanzas: She talks the talk. Traducido como: “Ejemplifica lo que las escrituras dicen y/o lo que ella/él misma/o dice”. Una vez el discípulo despertaba, este transmitía el conocimiento a nuevos discípulos y esto es conocido como el parampara (linaje).
No fue hasta mucho más tarde que parte de ese conocimiento se escribió en libros como los Vedas y Upanishads, que son los textos que representan la filosofía sobre la naturaleza de la realidad. Los Upanishads difieren en estilo y en la forma de abordar estas cuestiones, dependiendo del gurú y de la constitución mental y física del discípulo, así como de sus tendencias internas. Así es como se originaron distintos caminos de prácticas espirituales. El tema principal de los Upanishads es siempre el mismo: la exploración de la naturaleza de la Realidad Última y la esencia de todo lo percibido.
Amma dijo en el Congreso Mundial del Hinduismo en Bangkok, noviembre 2023: “El Sanatana dharma no es un principio exclusivo de hindúes. ‘Dharma’ es el nombre dado por los antiguos rishis a aquello que sintoniza la humanidad, la naturaleza y Dios en perfecta armonía. Es una forma de vivir que cada persona debería practicar. ¿Qué es el dharma? Es algo que proporciona la máxima felicidad al máximo número de personas en el máximo tiempo. El dharma contempla todas las diferencias externas y considera a cada uno en su propio lugar. En esta visión, no hay lugar para el odio o la venganza. No hay desesperación ni ira. Nos enseña a imbuirnos de lo bueno que hay en todos y en todo. Sanatana dharma da libertad a cada individuo para elegir su propio camino espiritual. No solamente los seres humanos sino todo el mundo necesita diversidad. Hay belleza en ello. Hay armonía en ello. En el Sanatana dharma, diversidad y unidad se funden.” [9]
¿Por qué se dice que el Sanatana dharma y sus principios son sin comienzo, ni fin y que los rishis simplemente descubrieron lo que ya era? Porque estos principios son parte integral de la existencia. Es como decir que la dulzura es parte integral del azúcar; o el calor del fuego. Podemos decir que el dharma y sus principios sustentan toda la creación, proporcionando armonía y facilitando la coexistencia.
Los Purushartas
Todos los humanos tenemos objetivos y metas, y cumplirlos da sentido, satisfacción y realización a nuestros días y a nuestras vidas. En el Sanatana dharma estos objetivos son llamados purusharthas y se dividen en cuatro categorías: dharma, artha, kama y moksha.
→ Dharma: Viene de la raíz sánscrita dhri: lo que sustenta, o también aquello que es parte integrante de algo. Es la manera adecuada de vivir, e incluye tanto los valores y virtudes que han de sustentar nuestra vida (honestidad, generosidad, no violencia, …), como los deberes que hemos de cumplir dependiendo de nuestro rol en la sociedad. Esto es lo que se llama swadharma: Por ejemplo, si somos un padre de familia o un estudiante, nuestros deberes serán distintos. O si trabajamos como cocineros o como profesores, nuestro rol será distinto. En última instancia, sea cual sea nuestro rol, ha de contribuir positivamente a la sociedad y al planeta.
→ Artha: Es la búsqueda de seguridad, tener las necesidades básicas cubiertas: alimentación, descanso, vestimenta, vivienda y protección.
→ Kama: Es la búsqueda del placer: conforts, viajes, entretenimiento, lujos. Cuando tenemos la fase de seguridad cubierta, empezamos a buscar confort y placer. Algunas personas querrán una casa más moderna con mobiliario nuevo; otras, ir a restaurantes y probar comidas más sabrosas y excitantes; otras, una furgoneta camperizada y viajar en ella; otras, ir al cine, al teatro, ver una serie de televisión o un partido de baloncesto. La mayoría de las personas queremos más y más entretenimiento y placer. Incluso cuando tenemos 80 años aspiramos a seguir disfrutando de los placeres. Nunca hay una satisfacción completa con la que ya tengamos suficiente y nos sintamos plenos para el resto de nuestra vida.
→ Moksha: Llamado el paramadharma o dharma supremo como Realización del Ser. O, dicho de otra manera, la liberación del sufrimiento y de la sensación de no completitud. Busca contestar la pregunta esencial: ¿quién soy yo? En última instancia es de esto de lo que se ocupan el Sanatana dharma y el yoga. De hecho, el yoga propone caminos accesibles a todos para realizar las cuatro metas humanas y vivir en paz, plenitud y unión.
La respuesta a las preguntas del principio
Para mí, la respuesta a todas las preguntas del principio de este texto es una y la misma: Amor y Conciencia.
Sea lo que sea que haga, el ingrediente de conciencia y de amor es indispensable. ¿No es esta la esencia de cada corriente espiritual y de cada maestro despierto? ¿No apuntan a lo mismo, a descubrir quiénes somos, mientras vivimos una vida en amor y conciencia?
No me hace falta sanar a leprosos o abrazar a todos las personas que me encuentre en la calle; es suficiente con amarme a mí misma, amar a las personas que me rodean y al planeta. Hay momentos en los cuales me es difícil sentir amor hacia la vida y hacia todos los seres, pero al menos me abstengo de herirlos de forma intencionada.
Por ejemplo, ahora me encuentro en Irlanda acompañando a una mujer de 60 años que tiene esclerosis múltiple. La enfermedad ha afectado a su cerebro y, aunque tiene buena movilidad física, no es capaz de hacer por sí misma cosas tan cotidianas como el desayuno. Cuando llegué a la casa, ella desayunaba cada mañana un bol de avena con leche y tres cucharadas de azúcar blanco. Y tras esto, dos tostadas de pan con margarina y mermelada. A su lado, yo me comía un bol de avena, con bayas del bosque y frutas, semillas y nueces. Había leído libros científicamente documentados, visto documentales y escuchado muchas conferencias de distintos doctores sobre los efectos de la alimentación y el estilo de vida en enfermedades autoinmunes como es la esclerosis múltiple. Y sabía que empezar el día de esa manera no era lo más adecuado. Al tener el conocimiento y la claridad dada por el estudio y la experiencia propia (pues yo también fui diagnosticada con una enfermedad autoinmune en 2022, tras pasar el dengue en India), me sentía mal cuando le servía tal desayuno. Sentía que la estaba dañando alimentándola de la manera que ella estaba acostumbrada. Así que, con amor y conciencia, empecé por eliminar el azúcar del bol de avena y a añadir bayas y semillas. Cada día me preguntaba: «¿Hay azúcar?». Yo le respondía: «Sabe dulce y rico, ¿verdad?’». Y ella contestaba con su habitual: «Is lovely». A los pocos días dejé de servirle pan con margarina y mermelada. Cada día me preguntaba si no había tostadas. Y simplemente le decía: “No, hay que ir a comprar”. Y ella muy amablemente decía: “No pasa nada, aunque me encantan las tostadas”. Tenía una adicción a las tostadas con margarina, y podía comer seis o siete al día. A los pocos días de dejar las tostadas, ya no preguntó más.
Cada cual, con el conocimiento de que dispone, tiene que actuar en su cotidiano haciendo las cosas con amor y conciencia. Quizás haya decisiones que uno tome que sean discutibles o que otra persona las haría diferente, pero uno tiene que preguntarse a sí mismo: ¿Lo estoy haciendo con amor y con conciencia?, ¿qué repercusiones tienen mis acciones en otros, en la tierra?
No siempre es fácil en un momento en que cosas que son tan destructivas, están tan normalizadas. Quizás mirar nuestra cotidianidad desde este prisma de si estamos actuando con amor y con conciencia no suene a los mahavakyas [10], como Ahaṁ Brahmāsmi [11]. Pero a mí me resuena auténtico y real, lo puedo palpar en mi día a día, y no es un concepto intelectual o una frase aprendida, sino una experiencia directa.
Eva Prema es profesora de yoga y seguidora de Amma.
[1] Seguidores de Vishnu como el Ser Supremo.
[2] No-dualidad. La filosofía que enseña que la Realidad Suprema es “Una e indivisible”.
[3] Lugar donde buscadores y aspirantes espirituales viven o visitan para llevar una vida espiritual y hacer sadhana. Normalmente es el hogar de un maestro espiritual, santo o ascético, que guía a los aspirantes.
[4] Discípulos/as célibes que practican disciplina espiritual, guiados normalmente por un maestro.
[5] Asceta que ha eledigo el camino de la renuncia, siendo su vida una ofrenda a todos los seres.
[6] Amar y Servir.
[7] Nombre con el que se denomina a la India.
[8] amrita. (2005, August 16). The dawning of Vedic culture in India. Amma, Mata Amritanandamayi Devi. https://www.amritapuri.org/5864/vedic-culture.aum
[9] Rajeswari. (2023, November 27). Amma calls for virtue, selflessness, and unity at the World Hindu Congress. Amma.org. https://amma.org/news/amma-calls-for-virtue-selflessness-and-unity-at-the-2023-world hindu-congress/
[10] Las grandes máximas de los Upanishads.
[11] Yo soy Brahman o Yo soy el Absoluto.