Dos cuentos de amor de Ramiro Calle

2013-03-19

Os ofrecemos dos de los cuentos más bonitos de la cuidada selección de cuentos orientales recopilados por Ramiro Calle en este nuevo libro: Mis mejores cuentos de amor (Editorial Kailas).

Mar

Estos cuentos recorren la senda del amor más desinteresado, el amor incondicíonal y el amor terrenal más místico, cuentos que desde tiempos inmemoriales han sido narrados de maestro a discípulo.

El dolor de la separación

Era un buscador espiritual que había perdido la confianza en la Enseñanza y en sí mismo. Durante años había aspirado a fundirse con la Mente Única, pero su motivación y su fe se habían debilitado.

Había dejado de meditar y se había entregado a una vida hueca y sin sentido, extraviado en toda suerte de trivialidades. Se había colocado, con el paso de los años, de espaldas a sí mismo y a la Realidad. Pero no era feliz. Era la suya, espiritualmente, una vida de penumbra. ¿Podría alguna vez recuperar el anhelo por la libertad interior?

En el colmo de la tristeza, cierto atardecer se sentó en la playa. Observó el mar de un color oscuro, y las olas batiendo el agua sin cesar y engendrando una capa de espuma.

-¡Estoy triste, tan desolado, tan perdido! -se quejó en voz alta.

Y su sorpresa fe mayúscula cuando el océano replicó:

-También yo estoy muy triste. Mi azul oscuro es de luto, porque me siento como muerto a haberme desgajado de la Mente Única. Mi furia y mi hervor son la rabia que siento por esa separación. Ella es mi amada, estaré de luto y no dejaré de protestar con mi oleaje, a veces incluso violento, hasta que vuelva unirme a Ella.

El hombre se quedó atónito. Lágrimas purificadoras, de las que brotan desde el mismo centro del alma, empezaron a deslizarse por sus mejillas. De nuevo sintió el afán de completar su evolución y caminar hacia lo intemporal. Hizo con la cabeza una inclinación en señal de agradecimiento y respeto al océano y se perdió en la desnuda y hermosa extensión de la playa.

Los amigos y la cantante

Eran dos amigos inseparables. Un día conocieron a una bellísima cantante. Era una mujer deliciosa y fascinante. Ambos amigos se enamoraron de ella y pasaban os días encantados a su lado. Transcurrieron meses de una satisfactoria y plena relación con la cantante. Los tres estaban muy dichosos, pero un día ella les comunicó que tenía que partir, pues le habían ofrecido un contrato para cantar en otro país. La cantante se despidió cariñosamente de los dos hombres y partió.

Entonces, uno de los amigos dijo:

-Estoy verdaderamente desolado. No podré vivir sin ella. Siento una angustia terrible e insuperable. Y tú, ¿qué tal estás?

-Bien, muy bien; sereno y ecuánime.

-¿Cómo es posible? Yo me estoy muriendo y tú estás bien. Acabas de perder una mujer maravillosa y no te sobrecoge.

El amigo dijo:

-Razona unos instantes conmigo. Antes de que esa fantástica mujer apareciera en mi vida, yo me sentía bien. Ella ha sido como un regalo del destino. Vino y la disfruté intensamente, amando su cuerpo y su alma. Mientras ella estuvo aquí no dejé ni por un instante de sentirla en lo más profundo de mí. Pero ella ha partido y yo vuelvo a estar como me encontraba antes de que apareciera. El destino la trajo y el destino se la ha llevado de nuevo. La he amado sin aferramiento.

Ramiro Calle. Mis mejores cuentos de amor. Kailas