En busca del Ser

2017-09-07

Una de las constantes del ser humano es la búsqueda de nuestro verdadero yo, nuestro auténtico ser, como única forma de estar en paz con nosotros mismos, más allá de las limitaciones e imposiciones de la sociedad moderna. Escribe Ramiro Calle. 

Esta es una búsqueda larga, pero prometedora. Cada paso que se da se está más cerca de la meta, aunque a veces haya aparentes retrocesos. ¿Qué hay que perder? Pues todo lo que es adquirido en uno: prejuicios, patrones, el yo idealizado, creencias y esquemas, condicionamientos muy diversos y las descripciones que los demás han hecho sobre nosotros. ¿Qué hay que ganar? Pues independencia mental y libertad interior. Deja uno de ser la falsa personalidad para ser el verdadero yo.

La búsqueda del ser, de nuestro auténtico yo, es algo en lo que se embarca todo ser humano, consciente o inconscientemente, desde el mismo momento en qué nace. Una empresa que determinará las decisiones que tomamos en nuestra vida y el sendero que seguiremos en ella. Como relato en mi Autobiografía espiritual, desde que tuve uso de razón empecé a preguntarme quién era yo, si algo era, a dónde iba, por qué estaba atrapado en este cuerpo.

El que se establece finalmente en su ser, halla la consciencia liberada. Esa persona se ha completado a sí misma y ha obtenido una comprensión no limitada por el pensamiento binario ni por el ego. Es el resultado de una profunda transformación. La consciencia-testigo se manifiesta en todo su esplendor, sin estar coloreada por reacciones de apego u odio.

Según los maestros de Oriente esta consciencia liberada se encuentra potencialmente en todos los seres humanos , pero hay que poner los medios para que su preciosa energía eclosione. Mientras tanto, la persona está condicionada por la ofuscación, la avidez y el odio, que es lo que se traslada a la convulsa sociedad en la que vivimos. Si nos lo proponemos no es un sueño poder cambiar, y a menudo recuerdo el adagio: «Aun en la nube más macilenta hay una hebra de luz».

Hablaba de todo ello hace unas semanas con mi buen amigo argentino Pablo Meglioli, que ha sido tocado por la invisible mano de la Búsqueda y pone su noble empeño en ir extendiendo la motivación por ese despertar de  la consciencia que es la verdadera esperanza para un nuevo ser humano y por tanto una nueva Humanidad.  Estamos en la senda del autodesarrollo para ayudarnos los unos a los otros, porque formamos todos parte de una gran familia de seres sintientes. Como decía Babaji Sibananda de Benarés, formamos todos los dedos de una gran Mano cósmica.

En las búsqueda del Ser, los esfuerzos son muchos pero la recompensa al final es inmensurable. Consuélenos saber que cada paso ya es la meta. Y que cuando despertemos la consciencia nos percataremos de que nunca hemos dejado de ser parte de esa gran Mano cósmica.

Ramiro Calle

RamiroCalleMás de 50 años lleva Ramiro Calle impartiendo clases de yoga. Comenzó dando clases a domicilio y creó una academia de yoga por correspondencia para todo España y América Latina. En enero de l971 abrió su Centro de Yoga Shadak, por el que ya han pasado más de medio millón de personas. Entre sus 250 obras publicadas hay más de medio centenar dedicadas al yoga y disciplinas afines. Ha hecho del yoga el propósito y sentido de su vida, habiendo viajado en un centenar de ocasiones a la India, la patria del yoga.

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