Entrevista con Mariano Alameda: «El ego es un pozo sin fondo»

2025-08-06

Fábulas que sanan es una colección de 21 relatos breves y simbólicos. Cada fábula —acompañada por un haiku y una reflexión— está inspirada en historias reales y conflictos emocionales comunes, y ofrece una enseñanza vital desde la ternura, el humor y la sabiduría. Su autor, Mariano Alameda, nos cuenta más detalles del libro.

Mariano Alameda

Mariano Alameda es un divulgador de la sabiduría perenne. Licenciado en Comunicación Audiovisual, trabajó como actor, guionista y director en los medios de comunicación. Profesor de yoga y fundador del Centro Nagual, donde aprendió de los grandes maestros de nuestro tiempo. Ha viajado por todo el mundo estudiando las diversas tradiciones espirituales. Hace 20 años desarrolló su sistema de análisis de la identidad y el destino: el Árbol del Karma. En la actualidad realiza consultas personales, escribe e imparte formaciones, conferencias y talleres, lo que combina con colaboraciones como autor, asesor y director en otros ámbitos

En tiempos de sobreinformación y ansiedad, Fábulas que sanan (Ed. Siglantana) ofrece un espacio de quietud, ternura y conexión con la sabiduría natural a través de la narración breve. Cada fábula —acompañada por un haiku y una reflexión— está inspirada en historias reales y conflictos emocionales comunes, y ofrece una enseñanza vital desde la ternura, el humor y la sabiduría.

Este libro actualiza el arte de las fábulas tradicionales: no solo para que los niños aprendan a vivir mejor, sino también para que los adultos desenreden los nudos de su historia.

Pregunta: En el libro mencionas que las historias son más poderosas que las teorías. ¿Qué papel crees que juega el cuento en la sanación emocional y personal?

Respuesta: El cuento, la narración, tiene una capacidad de retención mayor que los conceptos, porque nuestra mente está construida basándose en el relato de uno mismo, por este motivo las historias en cine, teatro y novela tienen tanta fuerza y son mucho más compartidas y celebradas que los libros teóricos. Un ejemplo claro son las parábolas. Además, el cuento puede transmitir su enseñanza centrándose en la potencia de comprensión del lector, ya que puede ser interpretado de un modo sencillo o extrayendo su esencia última.

P: Cada relato refleja un conflicto emocional humano a través de animales. ¿Cómo elegiste los símbolos o animales para cada historia?

R: Los animales nos hacen de espejo y son arquetipos que funcionan como símbolos internos, así podemos proyectarles nuestras emociones y tendencias. Sus características nos permiten ilustrar el fondo de la enseñanza. Además, les damos el beneplácito de la inocencia, con lo cual nos podemos identificar con ellos.

P: ¿Crees que a veces entendemos mejor la vida cuando nos alejamos de lo humano?

R: La distancia sobre el objeto nos permite desidentificarnos y observar. El ejemplo tiene más fuerza que el consejo, y la fábula tiene más fuerza que la teoría. El ser humano es considerado por el humano culpable de origen. El contar con animales nos libera del juicio y del prejuicio sobre los personajes.

P: ¿Qué fábula de este libro sientes que refleja mejor un aprendizaje personal tuyo? ¿Por qué?

R: Yo creo que la primera y la última, porque reflejan dos conceptos que para mí son trascendentales: la primera habla de la necesidad de la redención para mantener la inocencia y la alegría de vivir. La última habla de la identidad, y para mí es vital darme cuenta de la ilusoriedad del concepto del ego que permite acceder a niveles superiores de la conciencia. Por eso los coloqué como primero y último: inocencia y trascendencia.

P: Invitas a no leer el libro de principio a fin, sino a abrirlo al azar. ¿Buscas que el lector conecte de forma intuitiva con los relatos?

R: El mundo está inimaginablemente bien organizado y el azar es el camino del disfraz de Dios. Todas las fábulas contienen una enseñanza. Pueden abrirse como un oráculo o como un IChing, por eso podemos jugar a tirar cualquiera de las cartas a ver qué nos cuentan hoy de mí y de la vida.

P: Has viajado por todo el mundo y aprendido de grandes maestros espirituales. Si tuvieras que condensarlo todo en una frase, ¿cuál sería la mayor lección que has aprendido?

R: Dios, el Universo y la Identidad son una y la misma cosa. O me quedaría callado, que es lo mismo.

P: Algunas de tus fábulas ponen en duda conceptos como el castigo, la culpa o la perfección. ¿Hay demasiada dureza en la forma en que nos tratamos a nosotros mismos?

R: Nos tratamos fatal, sin duda. A nosotros mismos, al otro y al lugar en el que vivimos.

P: Si solo pudieras dejar una enseñanza a un ser querido antes de marcharte, ¿cuál sería?

R: Eres todo o nada, pero no algo.

P: ¿La comodidad nos está matando el alma? ¿Somos como el perro de tu fábula: tan cómodos que hemos dejado de sentirnos vivos?

R: Es el pecado de occidente y de la sociedad actual. Darle cosas al yo intentando que encuentre la satisfacción. Pero el yo es un agujero sin fondo. Todo lo que eches ahí, se pierde y nunca se rellena.

P: Has pasado de la fama y los focos a un camino más introspectivo y espiritual. ¿Qué te llevó a dar ese giro radical en tu vida?

R: Darme cuenta de que una estrella no es más que un punto diminuto de luz rodeado de oscuridad. Darme cuenta de que en lo más alto del mástil del yate solo hace un frío del carajo.

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El libro: Fábulas que sanan. Editorial Siglantana. PVP: 16,45€