Entrevista con Swami Durgananda: «Todas las personas necesitan salud física y paz mental»

2024-02-05

Después de una búsqueda espiritual intensa en la India y Norteamérica, Swami Durgananda fue entrenada en las técnicas del yoga por Sri Swami Vishnudevananda, fundador de los Centros y Ashrams Internacionales de Yoga Sivananda Vedanta. Como una de sus discípulas más próximas, le acompañó en muchos viajes en Oriente y Occidente. Agradecemos a Swami Durgananda que haya concedido esta entrevista a YogaenRed.

Swami Durgananda

Siguiendo la instrucción de su maestro, Swami Durgananda estableció los Centros de Yoga Sivananda Vedanta en Europa. Swami Vishnudevananda la guió personalmente en la formación de profesores de yoga y con el título de Yoga Acharya la nombró como una de sus sucesoras. Swami Durgananda guía con intuición profunda a muchas personas en el camino interior y enseña meditación, psicología yóguica, nutrición, pensamiento positivo, mitología y filosofía oriental. En la actualidad Swami Durgananda dirige los Centros de Yoga Sivananda Vedanta de Europa.

Con motivo del Festival de Yoga: ‘Celebración del 50 Aniversario del Centro de Yoga Sivananda en España’, cuyo acto principal tendrá lugar en la calle Eraso de Madrid el 10 de febrero a las 19:30h (entrada libre), Swami Durgananda ha concedido esta entrevista a YogaenRed.

YogaenRed: ¿Cómo era la práctica del yoga hace 50 años en España, en comparación con otros países? ¿Hubo más dificultades para fundar este Centro de Madrid que en otros lugares?

Swami Durgananda: En el periodo que va de 1963 a 1978 Swami Vishnudevananda, mi maestro, comenzó a establecer ashrams y centros a lo largo del mundo, allí donde surgía la llamada. Enviaba a algunos de sus estudiantes principales para crear pequeños espacios para la práctica. En esos años creó la Orden del Mundo Verdadero (TWO, True World Order), el Programa de Vacaciones de yoga y el Curso de Formación de Profesores de yoga Sivananda. Todo en nombre de su maestro Swami Sivananda.

El primer curso de formación se llevó a cabo en 1969 en Canadá, pero, y esto quiero destacarlo, el primer curso de profesores de yoga en Europa se realizó en Bayona, España, en 1985. Swami Vishnudevananda siempre se vio muy atraído por España, le recordaba a su tierra natal, la India. Por ello se fundó el Centro en Madrid ya en 1973, uno de los pioneros en Europa. Y ello pese a la situación política en la España de la época, mucho más cerrada a las nuevas tendencias europeas que hoy en día. De ahí en adelante el curso se celebró todos los años en Europa, desplazándose entre Francia, Austria, España (Mojácar, Turre, Cuenca, Aluenda, Madrid, Cáceres y ahora Cómpeta, en Málaga), Inglaterra y Alemania.

Creo que la España de los años 70 necesitaba cambios, y el yoga fue un instrumento fresco y novedoso que atrajo a muchas personas interesadas por la práctica. Desde entonces no ha parado de crecer el interés y son varios cientos los profesores formados y miles los practicantes de Yoga Sivananda en España. España fue precoz con el yoga en Europa y fuimos adaptándonos a las infinitas circunstancias acaecidas en estos años. Hasta hoy que celebramos nuestro cincuentenario.

P: ¿Cuál ha sido, en estos años, el mayor obstáculo para la penetración del yoga en Europa y también su mayor motor?

R: Una dificultad común para cualquier persona interesada en el yoga, ya sea en España o en otros lugares, es la necesidad de llevar a cabo adaptaciones del estilo de vida. Es necesario ajustar la alimentación y los hábitos de dormir, entre otros. No se debe comer y dormir ni mucho ni poco. La ingesta de estimulantes artificiales en alimentos y bebidas debe reducirse gradualmente. Y finalmente tenemos que atar los cabos sueltos de nuestra propia personalidad, lo que es, en ocasiones extremadamente dificultoso. Hace cincuenta años la sola idea de mencionar una dieta vegetariana en España o acostarse pronto, para levantarse temprano a meditar, no estaba entre las costumbres españolas.

Pero los seres humanos que quieren aprender yoga como camino de desarrollo personal, siempre están dispuestos a aprender. En España, no encontramos dificultades especiales en comparación con los otros centros. Bueno, el tema de las comidas, sus horarios y la hora de ir a la cama fue un buen aprendizaje, lleno de anécdotas y de historias divertidas.

P: ¿Cómo fue su encuentro con el yoga y cómo fue desarrollándose su relación con su maestro Swami Vishnudevananda?

R: Yo había viajado a India en busca de un profesor y había estado en el Ashram Sivananda de Rishikesh en 1971. Los swamis de allí me aconsejaron seguir aprendiendo yoga con el Swami Volador; Swami Vishnudevananda se había ganado ese nombre debido a sus vuelos en misión de paz. Viviendo yo ya en San Francisco, un día me dieron un panfleto en la calle: “El Swami Volador viene a la ciudad”, así es que pensé en ir a verle, puesto que en Rishikesh me dijeron que debía aprender con él.

En 1973 ya existía un Centro Sivananda en San Francisco, muy pequeño, con poquita luz. Tomé la clase con Swami Volador y me gustó mucho. Luego Swamiji dio una conferencia. Cuando terminó apenas recordaba de qué había hablado, pues mi mente había estado muy ocupada: mirando alrededor, juzgando a Swamiji, mirando a una persona que estaba en la postura sobre la cabeza y pensando: “qué sitio más pequeño”, y demás. Entonces aprendí mi primera lección de Swamiji. Había alguien sentado delante de la puerta y él le pidió que se apartase porque la gente no podía entrar. “No bloques el camino de nadie”, dijo. Esto permaneció conmigo: “No te sientes nunca delante de una puerta”, “no bloques el camino de nadie”.

Tras el programa fui a saludar a Swamiji, diciéndole que había estado en India. Quería demostrarle que ya sabía, pero no se impresionó y solo dijo: “Oh, has estado en India”. Pensé: “Bueno, hecho: ya le he visto, eso es todo”. A partir de ahí dedique mi vida al servicio en los Centros de Yoga Sivananda Vedanta. La historia es larga y la conté en un pequeño libro que lleva por título La Luz de la Sabiduría.

P: Como directora de los Centros de Yoga Sivananda Vedanta en Europa, ¿cómo valora la trayectoria del Centro de Madrid?

 R: Igual que las personas, los países se diferencian entre sí pero tiene una alma común. Los seres humanos tenemos necesidades diferentes aparentemente, pero en el fondo todas las personas, con independencia de dónde nacen y dónde viven, necesitan salud física y paz mental. El centro de Madrid nació despacio, como corresponde. Primero fue una sala en una casa en el Viso de la cónsul honoraria de Cuba en Madrid, luego un pequeño apartamento en la calle Jorge Juan… y así hasta la calle Eraso, muy a gusto, por cierto. Espacios diferentes, pocos para cincuenta años, que se han ido adaptando a las necesidades de la práctica y a la idiosincrasia española. Pero siempre manteniendo el mismo espíritu de servicio.

Cuando entramos en un centro de yoga Sivananda apenas notamos diferencias. Hay un  aroma y un estilo común. Pero obviamente hay diferencias. A los españoles les encanta hablar, socializar y reír. Más que crecer nos hemos adaptado. Nuestro maestro Sivananda siempre decía que la adaptación, el ajuste y el acomodo son la esencia del yoga.

P: ¿Y por qué no han tomado más auge los centros afiliados en España?

R: El mantenimiento de un centro permanente en un país ha sido y es un gran desafío. Nuestro objetivo es servir y permanecer abiertos todos los días de la semana para la práctica del yoga y a todas las horas posibles. Swami Vishnudevananda los definía como un oasis en el centro de la ciudad. No es tan fácil encontrar oasis en el desierto, decía sonriendo Swamiji. Por ello nos concentramos en que existiera al menos uno en cada país, comenzando por las ciudades más pobladas, habitualmente sus capitales. Los centros afiliados requieren un servicio continuado y permanente, no es tan sencillo. Pero ello no ha impedido su nacimiento en Granada, Barcelona o en el País Vasco.

P: ¿Qué piensa acerca de cómo se está enseñando y transmitiendo el yoga en la actualidad? ¿Está perdiendo presencia el yoga tradicional más emparentado con la espiritualidad religiosa en favor del yoga postural moderno?

R: Hay cuatro motivaciones principales por las que la gente practica yoga según la Bhagavad Gita: la angustia, la búsqueda de conocimiento, la búsqueda de la riqueza y la sabiduría. El yoga te acompaña en la curación de dolencias físicas y mentales, te ayuda a aprender muchas cosas sobre la vida, mejora nuestra calidad de vida y es una fuente de sabiduría. Esa es su esencia tradicional. La meta del yoga es proporcionarnos la fuerza y el coraje para afrontar la vida en toda su intensidad, a través de la práctica de asanas, pranayama, relajación, alimentación, meditación y pensamiento positivo.

El yoga es un estilo de vida que gira en torno a la presencia en la consciencia. Obviamente esta aproximación del yoga es la original; como usted dice, la tradicional y emparentada con la espiritualidad religiosa, que en las últimas décadas no tiene tanto influencia, especialmente en Occidente. Las personas que quieren profundizar en el yoga tradicional saben dónde encontrar la puerta adecuada para aprender.

P: La mujer en el yoga de hoy, ¿cuál cree que es su aportación fundamental?

R: Enseñamos asanas y pranayama, pero la principal enseñanza del yoga es el desapego, desapegarnos del cuerpo y de la mente para percibir la naturaleza finita de las cosas materiales. Aprendemos a servir de manera incondicional para así reducir el ego. Estamos convencidos de que podemos experimentar la paz mental con el servicio a otros a través de la enseñanza del yoga. Del desapego surge el amor, un amor que no se deja llevar por el encaprichamiento, que no depende solo de los aspectos exteriores y que, por ello, perdura en el tiempo.

El yoga nace en un mundo de hombres, enseñado por hombres y para hombres. Pero en su esencia no hay distinciones ni diferencias entre mujer y hombre. Hoy la mujer juega un papel fundamental en la sociedad, afortunadamente para todos. Son mayoría entre quienes practican yoga en todo el mundo. Pero no nos olvidemos que en la esencia del yoga no se hacen distinciones. Estamos demasiado acostumbrados a hablar de lo que nos separa en vez de lo que nos une a todos los humanos, con independencia de nuestra condición de hombres o mujeres, de ricos o pobres, de nacionalidades e idiomas, de religiones y grupos de permanencia. El yoga enseña que hay que romper esta inercia separadora.

P: ¿Cuál sería su mayor deseo en 2024, para el yoga y para el mundo?

R: Que volviéramos a la senda del equilibrio personal, a ser más amables. Sin los cambios individuales en nuestro modo de vivir no cabe la transformación social y vital que es la esencia del yoga. El yoga es un desarrollo integral. Solo podemos cambiar con la práctica. Nuestra individualidad se ha formado a través del desarrollo del ego y de ver las diferencias: viejo/joven, hombre/mujer, la nacionalidad, etc. Esta identidad individual desaparece cuando aumenta el nivel vibratorio de todo nuestro ser.

Es bastante fácil aumentar el bienestar físico y el nivel vital a través de los asanas y del pranayama. La mayoría de las personas que han aprendido estas prácticas han sentido el cambio. Aumentar el nivel vibratorio de la capa mental es un paso muy grande. Aquí no podemos fingir no tener tiempo. Para los asanas y el pranayama basta con un poco de tiempo: media hora. Pero para aumentar el nivel mental no necesitamos tiempo adicional: el trabajo se lleva a cabo en paralelo. Si eleváramos el nivel vibratorio mental, donde se encuentran las emociones, y aquietáramos los niveles mentales inferiores, como la pasión, la ira, la avaricia, el odio, los celos, la envidia y el miedo, habría más paz en el mundo y ese es mi deseo para 2024 para el yoga y para el mundo.

En la actual crisis nos vemos obligados a afrontar ciertas verdades. Durante mucho tiempo la sociedad occidental ha vivido más allá de sus posibilidades y ha confiado en valores aparentemente sólidos, que han resultado una ilusión. Estas dificultades económicas son obviamente dolorosas y preocupantes. Esperamos que con pequeños pasos de solidaridad entre amigos y extraños, en la familia y más allá de la familia, estos tiempos difíciles se superen.

Como los cambios en el planeta se están acelerando cada vez más, tenemos que adaptarnos  y ajustarnos constantemente. Mientras más caos existe en el exterior, más necesitamos orar por una respuesta en el interior. Esa parece ser la dirección. La oración ilumina el corazón y llena de paz, fuerza y pureza la mente.

P: ¿Cuál es su último consejo?

El yoga es un modo de vida basado en las leyes de la naturaleza, y nos enseña a volver a sintonizar con dichas leyes. En nuestro entorno, todo y todos se distancian de estas leyes de la naturaleza, y no nos damos cuenta porque pensamos que es normal. Como consecuencia tenemos problemas físicos, mentales y enfermamos con pequeños o grandes síntomas: los ojos, los dientes, las encías, las articulaciones, el estómago, el intestino…  Hemos perdido el equilibrio interior, el bienestar corporal y la calidad de vida. Hemos perdido el contacto con nuestro ser interior, atman en sánscrito. Si tuvierais que recordar una única cosa en este momento de celebración, acordaos de esto: cuanto más os acerquéis a la ley natural, cuanto más miréis a la naturaleza y la entendáis desde dentro y desde fuera, cuanto más entendáis la naturaleza, antes volveréis al atman y el sufrimiento cesará lentamente, como la niebla que se desvanece.

 

Los próximos proyectos de Yoga Sivananda en España

→ «Seguir dando a conocer la obra de nuestros maestros». Una de la formas de esta importante conmemoración es a través de lo que se denomina Jñana Prasad, mediante la edición de dos grandes textos de sabiduría del Yoga y del Vedanta, los elementos que unen la forma de enseñar de Swami Sivananda y de Swami Vishnudevananda: Esencia del Vedanta, del primero y Hatha Yoga, inspiraciones de un Maestro, del segundo. Ambos se publican con motivo del cincuentenario del Centro de Yoga Sivananda Vedanta por Editorial Librería Argentina.

«Seguir abriendo nuestras puertas para la práctica del yoga, tanto en nuestro veterano centro de Madrid como en retiros por toda España». Los próximos en Piedralaves, Ávila, en Los Molinos, Madrid, en el Oasis Al Hamam, Almería y especialmente en Cómpeta en Málaga, donde se realizará el curso de formación de profesores de yoga en este próximo verano.

→ «Seguir utilizando las herramientas del yoga para ayudar a llenar el vacío espiritual de la sociedad urbana de hoy». Es un proyecto silencioso, un proyecto de paz, donde un paño de algodón se transforma lentamente en uno de seda, transformando uno a uno cada hilo. «Nuestra oración es para seguir creando oportunidades para que individuos de todas las generaciones experimenten un cambio positivo en su vida».

Toda la información sobre la Celebración del 50 Aniversario del Centro de Yoga Sivananda  AQUÍ