La gracia de maltratar el yoga en los medios de comunicación

2023-09-20

Resulta que en el yoga no tenemos sentido del humor. Eso es lo que opinan quienes desinforman y lo ridiculizan desde los medios de comunicación a modo de excusa ante quienes señalamos sus errores y prejuicios. El caso (uno entre muchos) sucedió anteayer mismo. Juzguen ustedes. Yo quedé bastante desesperanzada. Escribe Pepa Castro.

Ayer, oyendo un programa informativo que sigo habitualmente en la radio, me disgusté. De repente, como para rellenar unos últimos minutos del espacio, comenzaron a repetir esa “gracia” que suelen hacer muchos locutores o presentadores cuando se supone que buscan relajarse, y que consiste en parodiar algo relativo al yoga, puede ser el canto del Om o las posturas de yoga. Chanzas a coro que transcribo en parte:

Voz 1 (un miembro del equipo del programa a otro que se dice practicante de yoga): ¿Y tú haces la vela y el perro boca abajo?
(Risotadas de la locutora principal)
Voz 2 (otro miembro del equipo): ¿Y se ladra..?
(…)
Voz 3: ¿Y esto cuánto dura?
Voz 1: Una hora.
Locutora: ¿Haciendo posturas?
(…)
Voz 1: Es el Saludo al sol con el que se empieza…
Locutora: ¿El Saludo al sol? Será el Cara al sol de antes…
Voz 3: Fascismo indio…
(Risas en coro)
Locutora (entre risas): Si acaso a eso no nos apuntamos…

Comprendo que en esa programación tocaba la hora de desinhibirse, del humor y la frivolidad, pero es significativo lo jocoso, lo extravagante, lo desubicado que les resulta el yoga a muchas personas, siendo una disciplina tan sumamente arraigada y practicada en todo el mundo. Es un trato injusto y zafio.

Confieso que me cuesta mucho digerir ese maltrato a algo con tanta profundidad filosófica, con tanta antigüedad y dedicación de vidas sabias, con tantos millones de practicantes, con tanto poder de sanación y liberación, con tanto alcance y dignidad como tiene el yoga… Como si el conocimiento, la psicología, el arte, la literatura, la espiritualidad, la salud, la medicina, la cultura…, lo más noble de la vida y la obra de los seres humanos, no se hubieran beneficiado, durante siglos, de aportaciones del yoga. Y lo digiero aún peor cuando la inteligencia y profesionalidad de quienes hacen ese tipo de comentarios se vienen abajo ante sus prejuicios e ignorancia.

En un momento, con cuatro frases supuestamente divertidas pero inequívocamente despectivas y gratuitas, nos dejan a millones de practicantes, conocedores y amantes del yoga a la altura del betún, como si fuéramos una secta de abducidos frikis. Sin embargo, no es esto ni mucho menos lo que más me duele. Me duele lo fácilmente que maltratamos con palabras, lo poco que nos cuesta enjuiciar frívolamente con la excusa del humor o la ironía, sin guiarnos por un mínimo criterio de respeto a la información veraz y rigurosa. Y me entra como un ataque de desesperanza porque si éstos son los profesionales que tienen la responsabilidad de informar, ¿qué barbaridades se dirán sobre el yoga en otros medios aún más sectarios o en las redes sociales?

Me costó poco escribir un correo al equipo del programa en el que me limité a señalar cuatro datos básicos sobre el yoga que creí bastaban para que se dieran cuenta del error de bulto en el que habían incurrido. No debí ser la única que se quejó a la emisora, porque hoy en el mismo programa, a modo de disculpa sin disculparse, comentaron que lo de ayer fue… simplemente humor. Así son de graciosos.

Pepa Castro es codirectora de YogaenRed