El silencio del yogui y la política

2023-06-08

El yogui calla. No está meditando ni está en calma. Calla porque trata de mantener a raya su enojo ante lo que está escuchando: el médico del sistema público de salud le está diciendo a su madre que tendrá que pagar 80€ de su bolsillo por cierto nuevo fármaco para el corazón, porque la comunidad madrileña solo financia otro más antiguo y barato y con más efectos secundarios. Este es un caso real. Y eso es política. Escribe Pepa Castro con colaboración de José Carballal.

Política es todo, desde el precio de los alimentos, la energía que consumimos o el salario mínimo que cobramos. Y hay políticas (y políticos) más justas que otras.

Valga esta opinión personal para defender el derecho a expresarnos como ciudadanos a través del voto y en contra de la desafección hacia el sistema democrático (cada vez más en riesgo) y su necesaria protección.

El yogui del que hablamos al principio no quiere seguir callando. Tiene oídos, tiene ideas y criterios, además de consciencia y discernimiento. Conoce los textos de la tradición y sigue el camino de grandes yoguis que siempre estuvieron al lado de los seres más débiles y con cuyo ejemplo se siente identificado. Por contra, no cree que su sadhana deba incluir la renuncia a observar, informarse e interpretar el mundo exterior. Medita, vigila sus reacciones, indaga en ellas intentando no dejarse arrastrar por sus emociones, decide en coherencia con sus valores éticos… pero es un yogui despierto y comprometido con lo que le rodea, y ni se arrepiente de ello ni quiere ocultarlo.

¿Aceptas el reto de romper el silencio?

Hace unos días, el profesor de Asthanga Yoga José Carballal publicaba en su frecuentado Instagram @soyjosecarballal esta “reflexión challenge”: ¿L@s practicantes de yoga pueden/deben implicarse en política? ¿Hablar sobre ella, compartir sus opiniones, decantarse por partidos, apoyarlos abiertamente? (Ver original aquí)

Jose, para estimular las respuestas, prometió elegir y premiar la reflexión/razonamiento que considerara mejor elaborada tanto en argumentos a favor como en contra. Y, en efecto, así lo hizo días más tarde en otra publicación en su Instagram, tras haber recibido 155 reflexiones de seguidores. Eligió la reflexión de @bebeltato, que copiamos a continuación (Ver original aquí):

«Quizás para mí lo más importante es recordar qué es el yoga y qué buscamos al practicarlo. En la mayoría de personas que conozco el yoga es una búsqueda trascendental e íntima. Aquí no se trata solo de la esterilla, como muchas han comentado, va más allá.

Cada momento de nuestra vida es yoga y son muchas sus enseñanzas. El discernimiento (jnana yoga) es una parte muy importante porque nos enseña a pensar y discriminar. El karma yoga nos habla del servicio, del desapego de los frutos de la acción. Creo que Krishna fue bastante político cuando le dijo a Arjuna que tenía que ir a la guerra, y no solo eso, ¡sino que se montó en el carro con el! Y le enseñó que lo más importante es la actitud con la que actuamos, desde dónde y cómo asumimos las consecuencias de nuestras acciones.

Cada una de nuestras acciones es política: desde la compra en el súper hasta las cuentas que seguimos en IG; dependerá de nuestro nivel de conciencia el ser más o menos coherentes. Los yoguis formamos parte de la sociedad y tenemos el derecho a escoger ser parte activa y a hacer escuchar nuestra voz y opiniones al igual que el resto de ciudadanos.

Básicamente creo que no podemos escaquearnos y que es parte de nuestro servicio aportar a la sociedad y dar de vuelta todo lo que el yoga nos da, simplemente porque nos hace más humanos. Y si hay algo en este mundo que se ve beneficiado por una actitud así es, sin duda alguna, la política. ¿Cómo sería el mundo si la mayoría de los políticos practicaran yoga? (en serio, no sólo de escaparate sino del que va por dentro). Bueno pues para mí ahí está la respuesta. Claro que voy a votar y no solo eso: me toca ser la presidenta de la mesa electoral de mi pueblo. Para mí es un ‘seva’ más.»

Muchas gracias a @bebeltato y a Jose Carballal por plantear este reto y por autorizarnos a compartirlo en Yogaenred.