El yoga como viaje

2022-06-27

Unir yoga con viaje en un libro, y más todavía si está editado por Lonely Planet, tiene olor a incienso y sabor a masala chai, samosa y curry.  El libro de Naren Herrero ilustrado por Amanda León, tiene vocación de aventura y de gran público. Escribe Joaquín G. Weil.

el viaje del yoga

Una vez se ha ido el repartidor, la primera impresión que recibimos cuando hacemos el unboxing o desempaquetado de El viaje del yoga de Naren Herrero (ver entrevista) es el reconocimiento de la ingente cantidad de trabajo, libros leídos, yoga practicado, aprendido y enseñado, aeropuertos y estaciones de ferrocarril recorridas, tal vez seguido por un colie porter, con camisa roja y chapa metálica anudada al brazo, llevando las maletas entre la multitud de tez morena, entre fragancias de sudor, aceite de coco y ropa recién teñida. Y, claro está, de las horas y horas del autor, la ilustradora-autora y los editores transcurridas ante el teclado y la pantalla del ordenador en la soledad de sus casas. Eso sólo lo saben los aludidos y quienes, como ellos, han acometido una tarea de esa magnitud, que más que genialidad o inspiración, lo que requiere es tesón y paciencia.

Y sé, en carne propia, que hay mucho trabajo ahí porque yo mismo he escrito y editado un libro en paralelo sobre asuntos que también aborda Naren Herrero. Si hay algo para lo que hayan servido los confinamientos es para que acabáramos de una vez aquellas obras que, distraídos por la playa y los paseos de montaña, teníamos a medias. De modo que si algún día se estudian las estadísticas, se verá el incremento de la producción bibliográfica, efecto de habernos tenido encerrados.

El viaje del Yoga a lo largo de su historia

Tierra recién mojada por el monzón, calor húmedo, madera mojada, sonido y olor de la lluvia tropical, recuerdos bajo las aspas de un gran ventilador de techo, mientras la salamanquesa se merienda los mosquitos atraídos por la luz aureolada del tubo fluorescente.

Los que hemos crecido en la era presmartphone, tenemos asociada la editorial Lonely Planet a los viajes a India, cuando volábamos allí con esos tomos azules en la maleta, llenos de direcciones, consejos y precios, con las esquinas de las páginas dobladas a modo de marcas. Una manera amable de viajar por libre sin estar completamente perdidos y pudiendo dar una dirección al motorickshaw walla que te llevaba en su petardeante vehículo desde la estación hasta la guest house. De modo que en mi experiencia biográfica veo totalmente coherente que esta editorial publique un libro de yoga, que se plantea entonces como una guía de viaje, viaje que es tanto exterior como interior, y también de la humanidad a lo largo de los siglos.

Resulta que ambos viajes, el colectivo histórico, por un lado, y el biográfico personal, por el otro, van sobre un mismo riel en sentidos opuestos. La historia comienza por el principio y llega hasta nuestros días. Nosotros, sin embargo, comenzamos por el presente y sólo luego nos dedicamos a indagar qué sucedió en los inicios.

A diferencia de lo mío, que saldrá publicado en octubre, y que asume su condición de tocho espeso, Naren Herrero ha tenido la deferencia con el lector de darle un toque desenvuelto, ameno y didáctico, y también gracias a las ilustraciones de Amanda León, que refuerzan estas cualidades de un buen libro. Ya de por sí, resumir todo este viaje de siglos y kilómetros en 271 páginas es una tarea titánica. Qué decir entonces de esta breve reseña de tal compendio en un folio. Difícil elaborar la esencia de la esencia.

Uno de los puntos llamativos es esa perspectiva femenina en todo el libro, necesaria por dos motivos. Primero, porque, de un modo verosímil, la mayoría de los lectores serán, en realidad, lectoras. Y, segundo, porque, en efecto, el periplo histórico del yoga, pese a los tópicos reinantes, tiene mucho de femenino, desde el minuto uno, es decir, desde las primeras upanishads y luego a lo largo de los siglos.

En pos de esa amenidad mencionada, y para acercarlo al público, el texto de Naren establece un diálogo constante entre la historia y el presente del yoga. Las fuentes literarias y el día a día de nuestra propia práctica. De tal modo va intercalando los vedas, las upanishads, la Bhagavad Gita, los Yoga sutras, los tantras, el advaita, el hatha y los clásicos contemporáneos con la diversas prácticas y conceptos que hoy en día se practican en los centros yóguicos y deportivos: el canto del mantra Om, las salutaciones al sol, los pranayamas y los asanas. Un poco como una sesión de yoga que acabara en un “shavasana final”. Entre tanto ha dado un buen repaso a las diversas perspectivas desde las que se quiera examinar el yoga: religión, ciencia, ascetismo, filosofía, meditación, estilo de vida, mística, arte, terapia, espiritualidad y moda.

Mi enhorabuena al autor, a la ilustradora y a lo editores. Un libro singular y primorosamente realizado.

Joaquín G. Weil es profesor de Yoga.

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