Claves para ser profesor de yoga 2: Lee esto antes de decidirte

2021-04-06

¿Tú qué eres: madera verde, húmeda o madera seca? Lo cierto es que cuanta más experiencia tengas en tu práctica del yoga, más absorberás en tu formación. Te voy a contar lo que los profesores formadores pensamos realmente tras haber acompañado a cientos de aspirantes en el camino… Escribe Eva Klimberg.

 

Los formadores solemos decir que al menos un par de años de práctica regular son necesarios para comenzar un proceso de formación profesional en yoga. La experiencia previa habrá abonado el terreno y el conocimiento prenderá mejor en suelo fértil… En ese sentido práctica, investiga, prueba, descubre y siente

Pero también es evidente que cada yogui tiene un bagaje, un cuerpo, una sensibilidad, una motivación más o menos sólida. El nivel de experiencia práctica necesario dependerá de tu interés ardiente por profundizar y formarte.

En el Bagavad Guita se explica que hay tres tipos de alumnos: madera verde, húmeda y madera seca. Los alumnos madera seca son aquellos yoguis que saben claramente lo que quieren aprender y aprenden increíblemente rápido (se dice que ya en vidas pasadas eran practicantes comprometidos y que ahora retoman su camino). ¿Qué dirías de ti?

A los formadores nos gusta conocer a cada futuro profesor, para sentir en qué fase están de su camino. Así que, sí: toda la práctica previa que tengas es más que valiosa, pero si tienes un interés ardiente y tus circunstancias te acompañan… adelante, no lo dudes. La experiencia práctica la desarrollarás después durante el resto de tu vida.

La verdad sobre la condición física en la práctica de yoga

¿Crees que necesitas tener un cuerpo 10 para ser un buen profesor de yoga? ¡Error! ¿Cuántos cuerpos diez había en la última clase que tomaste? ¿Verdad qué has visto diferentes niveles de práctica?

No es cierto que el yoga sólo beneficie a los fuertes, flexibles y jóvenes. Las estadísticas indican que la media de los alumnos de yoga rondan entre los 25 y 60 años… Imagínate los cuerpos diferentes que puedes encontrar en una clase.

Hay yoga para todos y profesores para todos. Quizás tu serías un profesor estupendo de aquellos que tiene un cuerpo o condición física similar a la tuya. O quizás tú puedes realzar el valor de aquellas prácticas que no requieren un cuerpo diez, como pranayamas, filosofía,  meditación, kriyas, mantras…

Tú enseñarás las posturas como tú las haces, y si algún alumno es más fuerte o más flexible que tú, irá más allá en el asana. Normal, ¿dónde está el problema? ¿No hay hijos más altos y fuertes que sus padres? Eso es precisamente lo que nos hace seguir aprendiendo a todos y nos llena de satisfacción.

Yo llevo 25 años dando clases de yoga y me he encontrado mujeres más flexibles y fuertes que yo. Y me ha encantado ver cómo llegan donde este cuerpo mío no lo hace… Tienes derecho a tener el cuerpo que tienes y enseñar a otros lo que te hace tanto bien. Con el tiempo ese temor se quedará atrás y sonreirás al recordarlo. Con el tiempo serás capaz de acompañar a tus alumnos en su progresión natural, no lo dudes.

Lo cierto es que todos, según vamos siendo maduros, vamos dejando atrás algunas “piruetas yóguicas”… aunque por supuesto sabemos enseñarles a los alumnos a hacerlas.

Más que cualidades físicas tienes que haber desarrollado tu capacidad pulmonar, tienes que haber avanzado en tu fuerza y tu flexibilidad, tienes que haber mejorado y mucho… Porque es tu evolución la que dará fuerza a tus clases. Así podrás guiar a tus alumnos por un camino de evolución por el que tú ya has transitado antes.

Sí, tienes que haberte trabajado, pero con el cuerpo que tienes. Dejemos los “cuerpos de libro” para los libros. Tú trabaja con cuerpos reales.

Cómo saber si vales para dar una clase o no

No todo el mundo vale para todo. Hay que asumirlo. No todo el mundo tiene las cualidades necesarias para lo mismo… hay muchas flores en el jardín de la Vida. ¿Qué cualidades crees que debes tener para dar una clase de yoga?

¿Cuál sería una cualidad esencial y cuál puedes desarrollar?

Tienes que saber que a veces los alumnos están sudados; a veces hay cuerpos más grandes y pesados que el tuyo; a veces los alumnos están distraídos, desganados o cansados; a veces tienes que tocar unos pies, y no de bailarina precisamente… Nuestros alumnos son personas reales.

A veces no entienden tus indicaciones; a veces te desesperas porque no escuchan y se despistan.

Hay 11 cualidades que te van a facilitar mucho a la hora de dar una clase de yoga.

Pero primero, la mala noticia: muchas de estas cualidades hay que tenerlas de fábrica Ahora la buena noticia: la mayoría se desarrollan.

Si quieres saber si vales para enseñar, estas 6 preguntas destaparán al profe que llevas dentro:

1.¿Estás loco por aprenderlo todo del yoga? Si tienes millones de preguntas. Si prácticamente no quieres hacer otra cosa que ir a clases, juntarte con gente que practica, leer, ir a talleres y retiros de yoga. Si te has vuelto un yogui-adicto… Entonces vamos bien.

2. Si cada vez hablas más y más de yoga con todo el mundo.

3. Si cuando alguien al que aprecias se te acerca preocupado y tenso y te dan ganas de decirle que respire, que se afloje y se relaje. ¿Has puesto a alguien de tu familia ya a hacer yoga?

4. Si sientes un cosquilleo en el estómago pensando que te encantaría organizar una clase para tus amigos o familia.

5. ¿Cuántos te han pedido ya que les des una clase? Quizás le has hecho una relajación guiada a alguno de tus hijos…

6. ¿Te está empujando la vida por aquí y por allá a dar clases de yoga?

Si sientes esas ganas, adelante: definitivamente este es tu momento. Busca la mejor formación a tu medida y prepárate para vivir el (y del) yoga.

Descárgate la guía completa gratuita en este enlace: https://yogaartstudio.com/regalo/

Eva Klimberg nació en una familia de yoguis, con casi 25 años de experiencia y diez años de vida monástica en la tradición yóguica de la orden de los Swamis (tomó votos de Brahmacharya -novicia- en Utarkashi, India, en 2001).
Hoy profesora formadora de psicología y filosofía profunda del yoga, meditación y pranayama en varias formaciones de profesores. Codirectora de Yoga Art Studio en El Escorial. Organiza retiros y vacaciones de yoga por toda la geografía nacional.