Aprender a desaprender

2019-12-23

Recuerdo a dos mentores que se mostraban tal como eran ante sus discípulos, sin ningún tipo de impostura, solemnidad o actitud mayestática. Se dice que uno era sufí y les dijo a sus disçípulos: «Porque soy débil, comprendo vuestra debilidad». El otro bien podría ser zen y cuando sus discípulos en la antesala de la muerte le pidieron que resumise su vida, dijo: «Error tras error». Escribe Ramiro Calle.

Imagen de Jonny Lindner en Pixabay

Siempre me he definido como un profesor de yoga que comparte con los demás el regalo que recibió hace sesenta años: la disciplina yóguica. Y en la medida de la posible siempre me he mostrado ante mis alumnos tal y como soy, porque les considero mis amigos espirituales, a los que yo ayudo a subir un escalón y ellos me ayudan a mí a hacer lo mismo. El profesor hace al alumno y el alumno hace al profesor. Los mismos desvelos, incertidumbres, dudas , retrocesos o altibajos que puedan tener mis alumnos, los tengo yo, y porque en mi vida pasé por crisis de ansiedad, melancolía, sentimiento de soledad o vacío existencial, les comprendo mucho mejor y se establece entre nosotros una poderosa energía de empatía y cariño profundo. Como decía Jung acertadamente: «Para ayudar a sanar a los otros, hay que haber estado enfermo».

Son casi cincuenta años dando clases de yoga y meditación en Shadak, tratando siempre de impartir el auténtico yoga, sin ceder a sucedáneos de ningún tipo, en un intento perseverante por trasladar a los demás aquellas enseñanzas y técnicas que tanto bien me hicieron y que han demostrado su solvencia y fiabilidad desde hace cinco mil años.

Para poder abrir las veredas de mi alma a mis alumnos y lectores, he publicado varias obras de carácter muy intimista, tales como En el límite, Viaje al fondo de mí mismo, Autobiografía espiritual y Lo que aprendí en 50 años, del mismo modo que colaboré con los documentales que me realizaron Juan Betancor y José Pazó titulados Viaje a los adentros, Ramiro Calle y El Ramiro más íntimo.

Lo poco que yo haya podido aprender, lo comuniqué con la máxima sinceridad en mi obra Lo que aprendí en 50 años, que tan elocuente y generosamente prologó mi editor y buen amigo Ángel Fernández Fermoselle y que está dedicado a mi hermano Miguel Ángel, especificando: «Mi mejor apoyo en tiempos difíciles, el mejor maestro y el mejor alumno; mi mejor amigo». Todos tenemos mucho que aprender y mucho que desaprender. Como les insisto a mis alumnos «venimos al yoga más para desaprender que para aprender», y sobre todo para debilitar el ego y saber encauzarlo, saltar fuera de la sombra del apego y el aborrecimiento, cultivar una actitud para la vida de cada día basada en cuatro importantes pilares: lucidez., sosiego, ecuanimidad y compasión.

El desafío de ser más humanos

Aquello que trata de hacer un profesor y amigo espiritual es transmitir a los demás, nunca adoctrinante o impositivamente, lo que a él mismo le ha ayudado y ha aprendido. Siempre he tenido claro que un mentor inaccesible, solemne, engolado, víctima de orgullo espiritual, adoctrinante e impositivo, que pontifica y manipula, es un traidor a la Enseñanza. Estamos todo los que emprendemos el camino hacia la libertad interior compartiendo el mismo empeño: ¡liberarnos! ¿De qué? De la ignorancia básica de la mente que da lugar a todas las corrupciones: codicia, odio, envidia, resentimiento, celos y otros grandes torturadores internos.

Todavía tengo mucho que aprender y desaprender para estar a la altura de aquello que dice sobre mí en el prologo de Lo que aprendí en 50 años Ángel Fernández Fermoselle. Pero ese es el gran reto, el motivador desafío, el intento incesante por ser mejor, más sencillo, más humilde, más humano.

Mucho de lo que he aprendido a lo largo de medio siglo, ha sido, sí, gracias a mis alumnos. Por eso cada día, a media tarde, alborozado, corro a sentarme frente a ellos en el aula de meditación, para seguir enseñándoles, pero sobre todo para seguir aprendiendo.

Si no viste Viaje a los adentros. Ramiro Calle, ¡esta es la ocasión!

Compartimos con vosotros, de manera gratuita, el documental dirigido, realizado y producido por Juan Betancor y José Pazó sobre las enseñanzas de Ramiro Calle, que fue presentado con gran éxito en el Conde Duque de Madrid y que ha recibido los mejores comentarios y ya ha sido visionado por miles de personas de todo el mundo.

Aportan su testimonio: Luisa Jiménez, Jesús Fonseca, Paulino Monje, Antonio García Martínez, Ángel Fernández Fermoselle, José Miguel Juárez, Helio Clemente, Nacho Vidal Morán, César Vega, Ignacio Fagalde y Arturo Mesón.

Os pasamos los enlaces del documental en castellano y también del documental con subtítulos en inglés:

https://www.youtube.com/watch?v=yE6hDBQCtR0

https://www.youtube.com/watch?v=7lh-1ghzYjw