El Mandala de la Luna

2017-08-08

¿Haces siempre el mismo tipo de práctica? ¿Alguna vez te has cuestionado si debes desempeñar la misma secuencia todos los días del mes? Seguir siempre la misma rutina de yoga hace que te pierdas la posibilidad de armonizar lo que haces sobre la esterilla con el mandala de la luna. En este artículo encontrarás recomendaciones para llenar tu práctica con la magia de la Madre Luna. Escribe Zaira Leal.

Todas las culturas tradicionales del planeta le han dado tanta importancia al calendario lunar como al solar, pero hoy en día a lo más que llegamos en el mundo desarrollado es a mirar la luna llena un par de veces al año, si nos acordamos. En la Dordoña francesa se encontró un hueso de hace 30.000 años tallado con marcas que indican las noches de los ciclos lunares. La luna es símbolo de lo femenino divino y también la manera más antigua para medir el tiempo. Ligados a ella están las cosechas, la fertilidad o las mareas. Las aguas de nuestro cuerpo físico también se sienten influenciadas por sus fases y esto hace que la cualidad de nuestro tejido varíe. Por otro lado, ejerce una influencia notable en el estado de nuestra mente. Hace que nos sintamos diferentes, que se muevan unas u otras emociones por nuestro sistema o que soñemos distinto a lo largo del mes.

Una vida saludable y armónica es aquella que sucede en sintonía con los ciclos de la naturaleza y uno de ellos es el de la luna. Nuestro cuerpo está diseñado para funcionar óptimamente cuando late al unísono con la matriz de la existencia. El cuerpo-mente humano es un sistema perfecto, sin fallos, creado para estar sano y vibrante hasta una edad bastante avanzada; muchas son las voces que hablan de la posibilidad de vivir sanos y felices ¡hasta pasados los 100 años!

Nuestros genes no han cambiado casi nada desde que dábamos los primeros pasos sobre la faz de la Tierra, pero lo que sí ha cambiado es nuestro estilo de vida. Hemos alterado los ritmos, los ciclos menstruales, vivimos con hábitos y actitudes muy dañinos y eso nos está pasando factura. La vida de la mujer, también la del hombre, está íntimamente relacionada con los ciclos energéticos de la luna. Es un importante punto de unión con lo sagrado cósmico, con la pulsación de lo femenino universal. Cuando la práctica de yoga honra las distintas fases lunares, sucede una sanación y transformación de la psique que aflora a la mujer-diosa y al hombre-dios que llevas dentro.

La mayoría de las modalidades de yoga que se ofrecen en los estudios fueron creadas por y para hombres que no tenían en suficiente consideración la naturaleza cíclica y cambiante de la luna. Es más, las mujeres no tuvimos acceso a la práctica de asana hasta hace bastante poco y, sin embargo, nos hemos subido al carro de una práctica con frecuencia rígida, basada en la conquista atlética de determinadas posturas. Feminizar nuestra práctica quiere decir, entre otras cosas, que las cualidades con que nos acercamos a ella van a variar dependiendo de la fase lunar en la que nos encontremos. Éste es un tema central en mi programa ayurvédico Mujer Radiante y uno de los aspectos que más benefician las vidas de las mujeres que se han inmerso en él.

Luna nueva

Es la fase de la luna durmiente. El tiempo en el que el enraizamiento de nuestra energía es mayor y el momento más propicio para la menstruación. En ayurveda se dice que durante estos días la Diosa Suprema se retira a descansar dentro de la matriz cósmica para reponer su vitalidad y estar lista para el siguiente ciclo. Se trata de un tiempo tan especial que quienes participan en mi programa Mujer Radiante reciben una secuencia personalizada para practicar en casa. En tu caso, aprovecha y adéntrate en tu dimensión espiritual, ve hacia adentro en tu meditación retirándote del mundo exterior. Durante estos días, practica despacio, incrementa la cantidad de posturas tumbadas sobre la tierra, aperturas de caderas y de suelo pélvico. Es el momento perfecto para dar atención extra a las raíces. Mantén los ojos cerrados o entreabiertos y respira suavemente. Suelta el control y las tensiones, deja partir.
Durante esta fase, las cualidades dominantes serán: la lentitud, la dulzura o la densidad.

Luna creciente

Las primeras señales de la luna creciente anuncian el despertar de la luna que irá incrementando su esplendor durante las siguientes catorce noches hasta llegar a su punto álgido de plenitud. Es una etapa de renacimiento, vitalidad y entusiasmo juvenil independiente de los años cronológicos que hayamos cumplido. La mayor claridad de la luz blanquecina rejuvenece el cuerpo, revitaliza la mente y refleja la belleza del brillo del alma.
Te sentirás dinámico, independiente, con confianza en ti mismo y ganas de comerte el mundo. Es el momento perfecto para darle impulso a tu práctica, jugar y ser aventurero sobre la esterilla. Con una actitud despreocupada, practica inversiones, saltos, vinyasas creativas y todas esas posturas que requieren mayor valor y ligereza.
Durante esta fase, las cualidades dominantes serán: la jovialidad, la creatividad y el juego.

Luna llena

Esta fase es un momento crucial de celebración representada por Maha Tripurasundari, la diosa de la belleza suprema. Se incrementa naturalmente el nivel de ojas, la sustancia vital que regenera y nutre tu cuerpo-mente, algo así como la savia de la vida del cuerpo humano. La energía es similar a la de la maternidad y te sentirás capaz de asumir responsabilidades y de alumbrar proyectos o ideas. Te sentirás fuerte y luminoso.
Atrévete a marcar las curvas de tu cuerpo (sí, chicos, vosotros también las tenéis), trabaja posturas que expandan tu corazón y tus brazos como las extensiones de columna, los equilibrios sobre manos y todas aquellas que te den alas para volar.
Durante esta fase, las cualidades dominantes serán: la celebración, el deseo de crear belleza con todo lo que hagas, la plenitud y la sensualidad.

Luna menguante

Después de la plenitud, la luna empieza a disminuir la potencia de su esplendor y se inicia un periodo de recogimiento. Esta fase es un camino hacia la disolución y tu cuerpo-mente es llevado hacia la purificación y la desintoxicación. Aunque se reduce la energía física, sentirás que se inicia un periodo de introspección lleno de magia. Puede que te sientas menos sociable, más sensible o incluso emocionalmente inestable. Surge ahora la necesidad de limpiar cosas de tu cuerpo-mente. Es momento de practicar torsiones y posturas que retuerzan suavemente en forma de espiral tanto los órganos internos como los tejidos de todo el cuerpo. Durante la práctica, date espacio para respirar suavemente y dejar partir emociones, sentimientos e ideas que ya no te sirven.
En esta fase, las cualidades dominantes serán: la introspección, la creatividad, la sensibilidad y la escucha.

Una práctica que respeta el mandala de la luna te aporta un brillo claro y hermoso, incrementa tu intuición y tu capacidad de fluir con la naturaleza cambiante de la vida.

¡Om Shanti a la belleza que tú eres!

Zaira Leal es autora de Una fiesta para el alma, Ed. Urano 2014, y de un segundo libro que se publicará en junio de 2017. Se considera yoguini desde la cuna y empezó a enseñar yoga en el año 2000. Imparte clases públicas y formaciones para profesores de yoga y meditación, programas de perfeccionamiento para profesores, así como talleres monográficos de salud y temas para la mujer. También trabaja como coach de salud y bienestar del estilo de vida ayurvédico.

Lingüista, es máster en enseñanza y está acreditada en diversos estilos de yoga, meditación y ayurveda.

Más información: zairalealyoga.com / www.facebook.com/zaira.leal.5
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