El Arcano 17, la Estrella comunica que nunca hemos estado solos, da pautas para no perdernos en la noche del tránsito, trae el agua que quieta la sed de la ignorancia espiritual, hace de cada persona un ser valioso y de todos los seres vivos una familia planetaria, y aporta la capacidad para remediar los males que acechan a cada época. Escribe Carmen Viejo.
Palabra clave: “Esperanza”
“Si yo encontrara la estrella que me guiara, yo la metería muy dentro de mi pecho y la venerara, si encontrara la estrella que en el camino me alumbrara”. (Enrique Morente)
Siete estrellas y una octava más brillante que las otras, ilustran este arcano en el que la eterna aguadora vierte el Conocimiento a los ríos de la vida. Un pájaro, símbolo del lenguaje arcano, canta en la noche iluminada.
La esperanza es una estrella eterna a la que las almas de los iniciados retornarán, pues de ella vino la sabiduría y la posibilidad de la vida consciente. Esta estrella, a lo largo de su andadura por la bóveda celeste, ha anunciado en la tierra los momentos cruciales para la historia de la espiritualidad y de la civilización. De ella hablaron magos persas, sacerdotes egipcios, filósofos griegos, astrónomos mayas y druidas celtas.
Su mensaje es anunciador de un tiempo mejor, siempre renovado, a través de la llegada de una nueva era o de un nuevo ciclo en la evolución de la familia humana.
Sean las siete Pléyades con su centro en Alción, o las siete Estrellas del Carro y su referente en la Estrella Polar, han sido guías para los navegantes de todos los tiempos, aliadas en el periplo del peregrino, protectoras en las noches tranquilas y advertencia si se oscurecen.
La Estrella Polar, como la estrella más cercana al eje del polo norte, supone el centro visual de las otras estrellas por la rotación terrestre y por ello simboliza a Isis y a las demás formas de la Madre Divina, Estrella del Mar, guía en medio de la oscuridad, hada madrina protectora y tranquilizadora.
Las Pléyades son parte de una órbita espiral en torno a la más brillante, Alción, de la cual forma parte nuestro Sol. Las vemos porque formamos parte de esta mini galaxia, dentro de la Gran Galaxia de la Vía Láctea. Podemos decir que somos hijas e hijos de las Pléyades.
La tan traída era de Acuario, de la que el arcano de la Estrella es anunciador, estará en su apogeo en el año 2.600 (según versiones). Sus valores son los de este arcano y vienen fraguándose desde el siglo pasado: amor al planeta y a la naturaleza, fraternidad, divulgación del conocimiento y capacidad para abrirnos a él, universalidad, espiritualidad personal e íntima, amistad entre lo femenino y lo masculino, tecnología dirigida a hacer este planeta sostenible y unido…
La Estrella comunica que nunca hemos estado solos, da pautas para no perdernos en la noche del tránsito, trae el agua que quieta la sed de la ignorancia espiritual, hace de cada persona un ser valioso y de todos los seres vivos una familia planetaria, y aporta la capacidad para remediar los males que acechan a cada época. En la nuestra, toca generar una sociedad nueva, no agresiva, capaz de protegerse a sí misma, al planeta y a todos los seres vivos y de desarrollar una conciencia colectiva espiritual y no dogmática.
Correspondencia con los ásanas
Parighasana o “Postura de la Traviesa” hace posible el desarrollo de la sensibilidad y aumenta la capacidad respiratoria, logrando a nivel psíquico una apertura a lo nuevo, una salida del ostracismo individualista, una capacidad de empatía y de asociación para afrontar los retos. Se desarrolla de rodillas, estirando al lateral primero una pierna y generando lateralización costal hacia ella. Se repite al otro lado. Juntas generan la forma de una estrella.
Vakra Ardha Janu Chakrasana es la “Mitad de rueda de rodillas, en rotación”, con una pierna doblada delante y la otra con la rodilla apoyada detrás, se combina la extensión y la rotación, alcanzando el talón con el torso girado en sentido contrario. Postura elegante, que combina también el equilibrio y que dibuja en su singladura una constelación con el centro de traslación en el propio corazón.
En Ardha Bhujangasana, o “Mitad de la cobra”, una pierna avanza y se dobla por la rodilla hasta que ésta llega a sobrepasar la punta del pie, mientras la otra se mantiene extendida hacia atrás, o bien con la rodilla apoyada, generando un gran estiramiento inguinal y una total liberación de la pelvis y de la articulación coxo-femoral. Es símbolo de gran avance, revolucionario por su amplitud, no por su agresividad, acompañado por la capacidad para consensuar y aunar ese avance transformador. Hecha con las dos piernas, abriendo el cuerpo desde la vertical hacia atrás, es símbolo del nuevo ser humano. Dice Manuel Morata de ella: “Estado de apertura total y recepción de las energías cósmicas”.
Vashishtasana, “postura del sabio Vashishta, o postura lateral del plano inclinado, con una pierna y un brazo elevados”, combina el estiramiento, la fuerza y el equilibrio para dibujar una estrella que más vuela que permanece en el suelo, llenando al practicante de ánimo y capacidad de superación, que es el alimento de la esperanza. Porque “si hay alegría, hay esperanza”.
NOTA: Estudio y efectos de Parighasana, Ardha Bhujangasana, en páginas 87 y 117 de “Yoga. Teoría, práctica y metodología aplicada”, y de Vakra Ardha Janu Chakrasana y Vashishtasana en páginas 245 y 123 de “Yoga. Ampliación”, ambos de Manuel Morata.
Carmen Viejo Heredero (Ahimsa)
Profesora de Yoga, Licenciada en Ciencias de la Información y titulada por la Yoga Vedanta Academy (Escuela de Sivananda) y por la Asociación Española de Practicantes de Yoga (Escuela Manuel Morata).
Información: ahimsayogandalucia@yahoo.es
“Yoga y arcanos: comprensión y práctica”:
1º retiro: del 24 al 30 de julio
2º retiro: del 7 al 13 de agosto
En “Casa de los Telares”, Válor, Granada.
Información: ahimsayogandalucia@yahoo.es
https://casalostelares.blogspot.com.es