Isabel Ward comparte con nosotros las respuestas del maestro de meditación K. Dhammasami a sus dudas e inquietudes, que son las que en alguna ocasión nos hemos planteado todos: la finalidad de la meditación, la liberación del dolor…
El Venerable Dr. Khammai Dhammasami es abad del Monasterio Oxford Buddha Vihara, Reino Unido. Monje budista desde hace más de treinta años, estudió en Myanmar, Tailandia y Sri Lanka. Con residencia en Gran Bretaña desde 1996, completó sus estudios de doctorado en Oxford, donde fundó el monasterio en 2003 del que es abad.
Ha sido profesor de meditación Vipassana y midnfulness desde 1996 en Gran Bretaña, Singapur, Malasia, Alemania, España, Tailandia, EEUU, Canadá, Hungría y Serbia. Su libro Meditación Mindfulnnes Fácil ha sido traducido al tailandés, coreano y español.
Isabel Ward conversa con el maestro de meditación:
No tengo muy claro cual es el objetivo de la meditación. Oigo demasiados atributos: calma, reducción del estrés, atención, control mental… ¿Qué persigue, en su opinión, la práctica de la meditación?
La sensación de calma es el principio de la práctica de la meditación. Es algo que todos podemos experimentar fácilmente. Lo único que tenemos que hacer es mantener la mente consciente en la respiración, inspirando… espirando… Realmente es una pena que algo tan sencillo pase desapercibido para muchas personas. Sin embargo, cuando permanecemos unos instantes observando el increíble fenómeno de la respiración podemos ser testigos de cómo la mente se tranquiliza.
No obstante, la calma no es en sí misma el objeto de la meditación, sino más bien es el instrumento que nos permite desarrollar entendimiento y sabiduría. Sin comprensión, la mente no sabe cómo aquietarse ni cómo parar de repetir emociones negativas. De modo que crear un espacio de serenidad en la mente para que la consciencia emerja es la mejor manera de comenzar a meditar.
Pero ni el entendimiento ni la sabiduría son el objeto final de la meditación; estos también son herramientas que desarrollamos con el fin de resolver aquello que nos causa conflicto en la mente: la fuente de nuestro sufrimiento…
Es decir, el objetivo es liberarnos del dolor… Pero ¿y si me encuentro bien en este momento de mi vida? ¿Y si no siento dolor?
Date cuenta de que cuando empezamos a meditar, pasados tan sólo unos pocos minutos descubrimos el dolor, la incomodidad física, y cómo con la práctica aprendemos a afrontarlo. Para el principiante es un reto, pues al no haber calma en la mente, esta reacciona dispersándose y manteniéndose ocupada saltando de un pensamiento a otro. Así que lo primero que hacemos al meditar es desarrollar la quietud en la mente, y lo segundo, cambiar nuestra actitud acerca del dolor.
Estamos acostumbrados a enjuiciar al dolor, creemos que es malo. Pero lo cierto es que el dolor es muy importante para la salud de nuestro organismo, es la señal que nos dice cómo relacionarnos con nuestro cuerpo. Sin el dolor, desconoceríamos como manejarnos con nuestra estructura física. Si te sientas durante mucho tiempo, el dolor te dirá que te levantes, y también te dirá cuándo sentarte.
No obstante, el dolor que en ocasiones experimentamos no tiene que ver con el dolor físico, sino más bien con el dolor psicológico, el dolor de la mente. El dolor que experimentamos en la mente es el verdadero problema.
Si estás sano, puedes permanecer perfectamente cinco, treinta o sesenta minutos sin moverte, no te va a pasar nada. De hecho, si hay un partido de fútbol, podríamos estar 30 minutos sin movernos frente al televisor, o una hora o incluso seis viendo un partido de tenis. Físicamente podemos con ese dolor, pero el dolor de la mente se queja pasados cinco minutos.
No veo el sentido de observar el dolor. Hay demasiado conflicto fuera, en la sociedad, y no le veo el sentido a introducirnos dentro en él.
El dolor es una señal muy importante, un mensaje relevante que hay que recibir. Pese a ello, es una información que solemos rechazar y que por tanto no es examinado ni analizado detenidamente. La verdad es que el dolor puede ser un amigo, pero solemos pensar que es el enemigo. Si crees que algo a alguien es el enemigo, generas tensión en la mente. Así que si crees que el dolor de tu cuerpo es tu enemigo, generarás mucha actividad mental.
Los budistas decimos que el dolor es muy importante para la vida. Nacemos con dolor y rompemos en llanto. Si no llorásemos, los médicos, las enfermeras, la madre, se preocuparían. En cambio el sonido del llanto es una manera de comunicación con el recién nacido. Su lloro, nos dice que está bien. El bebé estaba acostumbrados al medio del vientre de la madre y de repente tras mucho esfuerzo, se encuentra en un medio desconocido en donde el aire es áspero para su tersa piel, en donde unos seres desconocidos le cogen con dedos grandes y duros. Por eso el bebé llora. Ni los médicos, ni las enfermeras, ni la madre pueden hacer gran cosa; el bebé tiene que aceptar el dolor para acceder al mundo exterior. Cuando lo acepta, deja de llorar. Y cuando lo necesita, usa el dolor para comunicarse con la madre. Llora cuando está hambriento, cansado o tiene frío. Es su modo de comunicarse con la madre.
A veces la mente llora, pero el cuerpo no quiere escuchar; no existe una buena comunicación entre el cuerpo y la mente. Cuando desarrollamos un poco de calma y miramos al dolor, nos damos cuenta de cómo el cuerpo afecta a la mente y cómo la mente afecta al cuerpo. El dolor es una fuente de comunicación muy importante, de manera que debemos desarrollar la habilidad de lidiar con él.
Retiro Urbano de Meditación Vipassana
Imparte Ven. Dammasami. Abad Monasterio Oxford Buddha Vihara, Reino Unido
–Jueves 16 de junio, jornada gratuita en la UCM, de 18.00 a 20.00:
“Autoconsciencia dentro de la Tradición Budista, la Gestión de la Ética y la Emoción en el Mindfulness”
Salón Polivalente de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, Campus de Somosaguas–Viernes, sábado y domingo, 17, 18 y 19 de junio: Profundización en Yoga Anandamaya
Aportaciones:
- Por la enseñanza: voluntaria
- Por la organización: 50€
Inscripciones e información:
info@yogaanandamaya.com
www.yogaanandamaya.com