Principiantes: las mejores excusas para no practicar y antídotos para vencerlas

2013-03-01

¿Alguien recuerda Platoon, la película sobre la guerra de Vietnam que causó furor a mediados de los ochenta? En ella uno de los protagonistas soltaba una de esas frases rotundas que el cine deja para la posteridad: «Las excusas son como el culo, todo el mundo tiene uno». Yo diría que en nuestro interior hay espacio para más de una. Veámoslo. Escribe Víctor Medina.

Puente

«No tengo tiempo». En esta categoría se incluyen todas las quejas sobre si la clase es «muy pronto» o «demasiado tarde», o «a destiempo»… Para hacer un hueco a Yoga en tu agenda repleta de actividades y eventos hay que usar un calzador. El remedio, marcarlo como una práctica regular y cumplirla como un hábito fijo e ineludible. Y algo que es cierto y comprobable: el tiempo que inviertes en Yoga, el Yoga te lo devuelve con creces.

«Sale muy caro». Una clase de Yoga puede costar más que la mensualidad de un gimnasio. Aunque hoy por hoy vivimos en pleno auge de Yoga y la oferta es variada en estilos y precios, no está de más mentalizarte que el gasto es una inversión en salud, lo que en sí es un ahorro a medio y largo plazo.

«El ambiente es muy serio y la gente apenas habla». No hay que confundir la actitud de concentración en clase con distanciamiento. Siempre hay tiempo para socializar… tras el «om» final.

«Nunca haré esa postura». El camino de Yoga es largo -diría que toda la vida-. La prisa es mala compañía. El objetivo, además, no es llegar a una postura.

«Una hora en la esterilla me agobia. Soy muy inquieto«. El Yoga busca la concentración, la indagación en ti mismo. Otras actividades deportivas o gimnásticas intensas suponen retos que te «sacan» de ti mismo, son una huida de tu atención hacia el terreno de juego. El objetivo del Yoga es enseñarte a centrar tu atención y llevar tu consciencia a tu cuerpo y tu mente, a ti mismo.

«Con esto no me voy a poner cachas». Verdad. Si buscas bíceps y pectorales hipertrofiados, esto no es lo tuyo. Pero si aspiras a un cuerpo tonificado con una práctica que no discrimina ningún músculo, equilibrada y respetuosa con la anatomía, bienvenido.

«Me duele todo». La actividad física causa efectos posteriores a la práctica. Agujetas, sensación de tensión muscular. Hay que distinguir entre el dolor «bueno» y el que nos advierte de que estamos forzando. Respetar el límite y honrar las agujetas te mantendrá alejado de dolores crónicos de espalda y articulaciones.

«Yoga es muy comprometido«. Cierto. No esperes milagros, la iluminación instantánea, o la conquista de la postura del loto en dos semanas. Como antes decía, el Yoga es para toda la vida. Y es lo que te deseo, una vida completa unida al Yoga.

Víctor Medina, profesor de Yoga y periodista.