¿Qué estás enseñando?

2013-02-18

Cuando se trata de educación, siempre intentamos hacer hincapié en los aspectos positivos y fomentar las mejores prácticas; después de todo, así nos han dicho que teníamos que hacer. Promover algo bueno parece aceptable y por lo general tiene mejores resultados que fijarse demasiado en lo malo. Pero,¿qué estamos enseñando realmente? Escribe Koncha Pinós-Pey

concentracion

Es como si tratásemos de conducir por una autopista llena de baches: automáticamente vamos buscando la cara lisa de la calzada. Pretendemos mantenernos a salvo de los golpes, y respetar los límites de la seguridad. Si nos fijamos en los baches, es probable que acabemos dentro de uno de ellos. Lo mismo pasa cuando estas aprendiendo a patinar o a esquinar. Los instructores te aconsejan que mires al camino y no a los esquís.

Pero a veces tenemos que llamar la atención, simple y llanamente cuando se trata de enseñar, sobre lo que es mejor evitar. Resulta que hay un socavón y puede que te haga perder el control y te estampes contra el árbol. Lo mismo pasa con la enseñanza de cualquier cosa, y en especial con Atención Plena.

Los errores más comunes de los instructores son:

  • Enseñar atención plena sin tener atención.
  • Sugerir a los alumnos que saben más de lo que saben.
  • Hacerles creer que obtendrán unos beneficios determinados.
  • Decirles que el acercamiento a la meditación les hará ser unos privilegiados.
  • Creer que la atención plena puede ser enseñada o aprendída dentro del contexto de un aprendizaje clásico conceptual y formal, y no como una práctica experimental,
  • Presentar la practica como algo mágico, y no sujeta a una disciplina.
  • Asumir que la práctica de la atención plena significa que ya solo decirlo hace que seas consciente automáticamente: “ el síndrome de la varita mágica”

Después de haber repasado lo que no hay que hacer, para aquellos que empiezan, me gustaría ofreceros unas pequeñas sugerencias:

¿Qué estas enseñando? Tu presencia es más importante que cualquier instrucción o enseñanza especifica que puedas dar. La idea que hay detrás de la atención plena es que prestando atención a lo que está sucediendo en y alrededor de ti, en el preciso momento, la reacción de tu mente a todo… es el autentico proceso. Este es el proceso verdadero y el resultado de la práctica; las técnicas son simplemente métodos de entrenamiento. Pero no hay que confundir el bosque con el árbol.

Sé honesto acerca de tu propia experiencia. SI practicas la atención plena desde hace un mes, un año, un lustro, una vida… no es lo mismo. Reconoce si lo que tienes es familiaridad con ciertas técnicas. Si no eres un meditador avanzado, confiésaselo a tus alumnos; aprenderás más tú de ellos que ellos de ti. Mientras todo el mundo tenga claro esto, todo irá bien. Solo hay que evitar las falsas expectativas. Mindfulness se aprende por empatía, y es algo que se transfiere solo estando presente después de unas cuantas miles de horas de práctica.

Recuerda que la atención plena es una práctica. Comienza cuando tú quieres que empiece; tan pronto como empieces a entrenarte, antes obtendrás resultados. Pero necesitas un tiempo, al menos un año. El cerebro es un músculo que hay que entrenar, y las neuronas espejo ganan condición de neuroplasticidad con el uso. El desarrollo del Mindfulness es una aptitud mental diaria.

Respeta de donde viene el conocimiento. Si aprendiste la práctica en un entorno laico, por ejemplo mediante un acercamiento clínico, está muy bien. Pero si aprendiste en un entorno budista, también está muy bien. Entiende que hay mil caminos para la atención plena y cada uno tiene que encontrar aquel donde se siente más cómodo. Cada persona tiene que encontrar el guía y el camino que mejor funciona con su momento presente.

Subraya la importancia de la experiencia personal: al final cada uno tiene que co-responsabilizarse de sus decisiones, y eso implica disciplinar la mente y ver qué pasa y cómo pasa. Si practicas, te beneficiarias, confiarás y tu comprensión crecerá. Leer, pensar, hablar o estudiar acerca de la atención plena no es sustituto de practicar. Asomarte a tu mente es el camino.

La atención plena se cultiva cada día y con el tiempo

Reconocer la realidad de tu mente, ver cómo da vueltas sin control, demasiados pensamientos, emociones, sensaciones antes de iniciar la práctica. Todo eso es normal, es interesante verlo, pero a nadie le gusta. La práctica de la atención plena requiere tiempo y a veces es desesperante ver tu interior, te sientes incomodo con tus formas, por lo que la decisión de seguir es potente y personal. Esto pone de manifiesto que buscar a un buen maestro de Mindfulness, o por lo menos un amigo que tenga más experiencia, para apoyar el proceso es esencial. Lo ideal es que encuentres grupo, amigo y maestro.

Recuerda que la práctica de la atención plena es práctica y pragmática, no esotérica ni mágica. La investigación nos otorga muchas ventajas. Ayuda a mejorar la atención, es un gran regulador emocional, aumenta tu resilencia y mejora tu calidad de vida. Pero es un proceso de construcción y deconstrucción continuo… Un proceso que se mueve desde el interior de tu conciencia y solo por libre elección. La atención plena se cultiva con el tiempo; ser humilde durante el proceso y disfrutar de tus guías y del camino es fundamental.

El tema fundamental del Mindfulness es alcanzar la Esencia del Corazón que es vasta como el espacio, y la respiración se considera el tesoro más precioso. Numerosos maestros de todas las escuelas consideran que la motivación en la enseñanza es lo más importante. Enseñar es una práctica profunda, llena de vida y fundamental para exponerte a lo esencial del corazón de una forma clara y sencilla

Por Koncha Pinós- Pey. Ph. D.
www.estudioscontemplativos.com