Asanas: Suryanamaskar, Saludo al Sol/ 1ª parte

2013-04-09

El Saludo al sol dividido en tres series de posturas. Hoy, la primera parte la dedicamos a las tres primeras posiciones de Suryanamaskar: Pranamasana, Hasta Uttanasana y Padahastasana. Seguimos el texto del libro Claves del Yoga, de Danilo Hernández. Ejecuta: Raúl Torres, profesor de la Escuela Internacional de Yoga. Fotos: Thor Castro.

Saludo al Sol

Posición nº 1: Pranamasana, Postura de la plegaria.
Sitúate de pie, con los pies juntos y todo el cuerpo erguido, formando una línea recta. Las palmas de las manos juntas, a la altura del pecho, con los pulgares en contacto con el esternón. Las piernas firmes y los glúteos ligeramente apretados. La pelvis en su sitio, ni hacia delante ni hacia atrás. Alarga la columna vertebral hacia arriba.

Levanta y expande el pecho. Alarga la parte posterior del cuello. Mantén la cabeza horizontal. Ahora espira profundamente.

Posición nº 2: Hasta Uttanasana, Postura de los brazos elevados.
Inspirando, extiende los brazos hacia delante y luego hacia arriba, elevando el pecho al máximo. Continúa expandiéndote hacia atrás, elevando el pecho al máximo. Continúa extendiéndote hacia atrás, acentuando el arco en la zona alta de la espalda y minimizándolo en la zona lumbar.

Durante el movimiento mantén los muslos activos, las nalgas apretadas y lleva la pelvis hacia delante. Evita quebrar la columna en las zonas cervical o lumbar. Puedes acompañar este movimiento físico con un gesto psicológico de apertura a la vida.

Posición nº 3: Padahastanasana, Postura de flexión hacia delante.
Desde la posición anterior, espirando, regresa con los brazos estirados a la posición vertical, a continuación flexiona el tronco hacia delante, doblándote por las caderas (articulación coxo-femoral). Durante el descenso, mantén los brazos y el tronco formando una línea recta, sin redondear la espalda, hasta alcanzar el suelo con las manos, colocándolas firmemente al lado de los pies, con los dedos apuntando hacia delante.

Acerca todo lo que puedas el tronco y la cara a las piernas. Paran facilitar el descenso, durante el movimiento contrae los músculos dorsales e inclina la pelvis hacia delante. Si tienes poca flexibilidad, dobla las rodillas ligeramente durante el descenso y en la postura final. Puedes acompañar este movimiento con un gesto psicológico de interiorización o replegamiento sobre ti mismo.