¿Cómo será la vuelta al Yoga en otoño? Responde Mayte Criado

2020-09-21

Tras el lapso del verano, en el sector del Yoga bullen dudas y preguntas respecto a lo más inminente, como el comienzo de las clases y cursos, y sobre su propio futuro en estos tiempos inciertos. Para tratar las inquietudes nuevas y otras que arrastrábamos, en YogaenRed hemos acudido a Mayte Criado, directora de la Escuela Internacional de Yoga y presidenta de FEDEFY.

Tema 1º: La vuelta a las clases de yoga y el covid-19

Pregunta: Sabemos que es difícil predecir si se podrá volver normalmente a las salas de Yoga en las diferentes comunidades y áreas de población, pero los profesores y escuelas necesitan estar preparados y tomar decisiones. ¿Qué les aconsejas? ¿Qué se puede hacer mientras se normaliza la situación?

Respuesta: Es una pregunta difícil de responder. Los profesores-as de Yoga lo están pasando muy mal, especialmente los que tenemos centros y seguimos pagando alquileres, nóminas, autónomos, facturas etc. La situación es muy compleja y lo que hoy genera optimismo, mañana mismo puede derivar en una incertidumbre al límite. Mi consejo no puede ser otro que lo que aplico para mí en estos momentos.

El Yoga nos enseña a cultivar una actitud de plena confianza y profunda ecuanimidad. En un momento de tanta incertidumbre como éste, se hace necesaria una actitud serena frente al “no saber”, junto a la confianza y también la resiliencia.

P: Las clases y cursos online están aumentando mucho, debido a la incertidumbre y al miedo al contagio de la gente, y han sido un descubrimiento para muchos.
Como pionera en la enseñanza de Yoga online desde la EIY, ¿qué errores hay que cuidar en no cometer en este formato y qué aciertos deben ser imprescindibles?

R: Las clases de Yoga online han aumentado mucho y ya forman parte del mundo del yoga y de la vorágine de internet. Todo tipo de formas de Yoga y todo tipo de profesores-as alimentan esta nueva realidad: recién llegados, arribistas, veteranos, con experiencia, sin ella, influencers, fashions, tradicionales, desesperados, en fin… Muchos-as están aprovechando la confusión para crear aún mayor desconcierto. Esa verdadera transformación que una clase de yoga debe brindar es ahora un interés superfluo.

Creo que no se debe al formato. La posibilidad que nos ofrece hoy la tecnología de llevar el Yoga a muchas más personas y rincones, es un regalo sagrado de nuestro tiempo. Como bien decís, la Escuela Internacional de Yoga es pionera en la enseñanza del Yoga online, y ya en 2012 nos pusimos en marcha para organizar cursos, formaciones y clases de Yoga y Meditación online. También formaciones. En mi opinión, el mayor error consiste en dejarse arropar por la fugacidad y caducidad inmediata de todo lo que se “consume” a través de Internet. Pensar que ofrecer Yoga y Meditación es un reclamo para el Instagram o un link de Zoom, es un error. Internet es un medio fantástico siempre que se use para realizar un servicio responsable, duradero y profundo. Creo que ello es posible.

Tema 2º: El Yoga, los abusos y su prevención

P: Antes de la pandemia había en las redes sociales un debate muy vivo sobre la prevención de los abusos de poder, en general, en el Yoga. Por ejemplo, se habló del Yoga Postlinaje, una propuesta de revisión de la tradición de la enseñanza a través de los diferentes linajes, para ir hacia un Yoga menos jerarquizado y patriarcal, más democrático en torno a grupos y comunidades más horizontales y abiertas. ¿Qué opinas de ello?

R: Creo que el problema nace de asociar la única masculinidad posible con el patriarcado. Ciertamente, es una masculinidad que por siglos ha alimentado la jerarquización destinada a la dominación y al sometimiento, incluso a través de la violencia y la represión en todas sus formas. Pero en mi manera de vivirlo y de sentirlo, no se trata de que no haya jerarquías (en la naturaleza todo está jerarquizado y cada cosa forma parte de algo mayor y más grande hasta el infinito) ya que todo lo que funciona lo hace organizadamente.

Más bien se trata de que valores como la fuerza o la persistencia, asociados a la masculinidad patriarcal, dejen de estarlo para pasar a una masculinidad renovada y evolucionada que se relaciona más bien con un empoderamiento amoroso y sensible a las necesidades de las comunidades o los linajes. Y por supuesto, una masculinidad que atienda, de una vez por todas, a su propia fragilidad personal. Eso hará que las mujeres no debamos cargar con la inseguridad de los hombres. Es decir, una masculinidad que no solo apoye y protega, sino que también reconozca sus propias necesidades y se responsabilice de su propia vulnerabilidad; una masculinidad que por fin deja a un lado la figura de ese héroe imposible que devuelve odio y golpes a su entorno.

Es bajo ese prisma que todo debe cambiar y que los linajes van a evolucionar y transformarse en verdaderos espacios de libertad y respeto.

P: ¿Crees que la tendencia del futuro será un Yoga más respetuoso con la integridad física, sexual, emocional y psicológica de las/los alumnos?

R: No puede ser de otra manera. No hay ninguna duda. Somos muchas las personas, hombres y mujeres, que trabajamos en el cultivo de la responsabilidad, la integridad y el respeto y la igualdad.

Estoy convencida de que vienen tiempos de cambio en este sentido. Es imposible sostener un Yoga que no anteponga los valores morales universales de Yama y Niyama evolucionados e integrados en esta visión de una humanidad compasiva, en la que igualdad e inclusividad, respeto y dignidad, son los pilares sobre los que construir todo lo que tenga que ver con Yoga.

Tema 3º: La adulteración del Yoga

P: Este es un fenómeno ya conocido que sigue potenciándose desde las redes sociales, debido a la sobreoferta de propuestas empeñadas en unir el Yoga con el fitness. Pero también observamos la tendencia cada día más marcada entre los propios yoguis y yoguinis, de ganar seguidores y negocio a base de imágenes exhibicionistas de sus cuerpos y el relato de su intimidad.
¿Crees que eso está potenciando una imagen del Yoga cada vez más frívola, egótica y desenfocada?

R: El sentimiento que tengo ante esta cuestión es que es algo abrumador. Siento que se mezclan tal cantidad de factores, que no alcanzo a poner claridad sobre lo que está sucendiendo de ninguna manera.

Es cierto que nuestra forma de pensar, de conducirnos, de trabajar y vivir cambian constantemente, pero la precipitación con la que el Yoga se ha colado en esta torbellino de sensaciones, ofertas, modas y formas de interactuar, me dejan poco espacio para “respirar”. Creo que no solo hay algo de frívolo en esta imagen del Yoga actual sino que se superponen inercias narcisitas y egocéntricas nunca vistas.

¿Cómo puede un profesor o escuela seria “competir” con esos poderosos reclamos de culto al cuerpo y sensualidad? Es imposible. ¡Oh, Dios, dedicar mi vida y mi tiempo a competir con estos reclamos en medio de esta jungla artificiosa y salvaje… no por favor!

A quienes estamos lejos de ese juego pernicioso y fugaz, nos quedan la dignidad y el reencuentro con lo esencial, desde la humildad por un lado, pero también desde la presencia consciente en una realidad confusa y muy contaminada. Para mí, no hay competición de ningún tipo, y si la hay, en mi caso personal se trata de una respuesta que se genera en el territorio de la revolución; la revolución que se cultiva en el silencio, y que es contundente, que no pierde nunca el sentido de la sacralidad de lo que un ser humano se trae entre manos en su vida. Un Yoga que nada tiene que ver con esta banal superficialidad ni con estas idioteces por mucho que ocupen las mentes y las pantallas de los ordenadores, tablets y móviles de todo el mundo.

Tema 4º: El Yoga de la solidaridad

P: Todo lleva a la idea de que somos un mundo interdependiente, un sistema holístico e integrado, y debemos trabajar unidos para poder hacer frente a los desafíos enormes que tenemos por delante. ¿Qué opinas sobre el papel del Yoga, y de la comunidad formada por practicantes y enseñantes, en este sentido?

R: Siempre comparto mi manera de apreciar el papel del Yoga como una oportunidad de trabajar y cultivar, en mí misma, la actitud y los valores que me preparan para responder a cada momento que la vida me presenta. Y el plan que la vida me ofrece, si es que hay algún plan, siempre me sorprende y sobrecoge, así que trabajo también, gracias a las herramientas que el Yoga me ofrece, para poder estar abierta a comprender lo que sea que se abre para mí en cada momento.

Creo que es obvio que todo está interconectado, pero no deja de ser asombroso que esta comunidad de practicantes y enseñantes, siendo conscientes de esta realidad, alimentan la tendencia a sentirse únicos y especiales. Como si el hecho de meditar, practicar Yoga o conocer a muchos-as maestros-as (sobre todo americanos e hindúes) y consumir sus talleres, sus conferencias, sus libros y sus youtubes, fuera una señal distintiva de su “estatus interconectado”.

Se tiende a construir una especie de púlpito para la moderna espiritualidad en la que se funciona con ideas muy potentes sobre la unidad de todas las cosas y de todos los seres, pero de forma selectiva, pensando que los otros-as no alcanzan a comprender ni a realizar lo que ellos tienen claro. ¿Qué tipo de comprensión dejamos entonces fuera de la interconexión y del sentimiento de unidad?

Es muy frecuente encontrar personas que viven en una especie de isla de privilegiados que comprenden y saben. Estas islas son habituales en la comunidad de practicantes y enseñantes de Yoga y Meditación. Desde su limitada cosmovisión, el mundo de fuera es un asco, el sistema social y político está corrompido, el sufrimiento se genera por culpa de las malas praxis de determinadas personas, gobernantes o grupos. Nada de todo eso tiene que ver con ellos ni está “interconectado” con sus propios corazones o vidas.

Ante los desafíos del mundo actual, el sentimiento de unidad debe llevarnos a mirar en lo profundo de nosotros mismos para reconocer allí las guerras, las injusticias y los conflictos de todo tipo. Creo que, como dice el Dalai Lama, esa es la única puerta hacia la verdadera revolución y el cambio. Es lo que nos va a hacer actuar y nos va a colocar en primera fila porque nos revela que todo eso que vemos fuera tiene su origen en nuestros corazones y en nuestras propias vidas.

P: ¿Crees que, sobre todo quienes son consecuentes con su sadhana y con su misión de transmitir las enseñanzas del Yoga, deben de ser activos socialmente en este compromiso con la mejora del mundo?

R: Bueno… yo personalmente no creo mucho en ninguna “misión” ni en ningún propósito especial de transmitir las enseñanzas del Yoga. Incluso creo que es altamente peligroso erigirse como enviada de las enseñanzas del Yoga, una suerte de “elegida”. Para nada. Que todo me libre de semejante sentimiento o idea.

Sin embargo, sí creo en la coherencia y el compromiso con la vida, con la existencia. Eso para mí es sagrado. Creo que la sâdhana de una practicante de Yoga como yo, siempre tiene que ver con cultivar una presencia real y activa en el mundo. En el mundo de verdad, el que se despliega dentro de mí ser y el que crea la vida en sí misma. Para lo que nos toca vivir hoy día, interior y exterior es la misma cosa. Estoy convencida de que se hace necesario honrar un hondo sentido de interconexión al tiempo que una verdadera actitud revolucionaria.

 

Desde YogaenRed, agradecemos vivamente a Mayte Criado, directora de la Escuela Internacional de Yoga y presidenta de FEDEFY, su dedicación para responder a esta  entrevista.

Atención: todos los practicantes que deseen ofrecer su opinión sobre todos o alguno de 4 temas candentes sobre los que hemos debatido en este trabajo, pueden escribirnos a info@yogaenred.com con su propuesta, y nos pondremos en contacto.