El cambio o transformación (parināma) es un tema importante que cruza el conjunto de los Yoga Sūtra de Patañjali. El autor propone (en el sūtra IV.18) ver en la presencia o ausencia del cambio la diferencia fundamental entre las dos partes de un ser humano: la conciencia (inmutable) y la materia (cambiante), que denomina nuestra “doble nacionalidad”. Traduce este artículo Ilde Leyda.

Seleccionar nos cuesta esfuerzo, por eso tendemos a desearlo todo. Foto de Willfried Wende
El objetivo esencial de la práctica del yoga sería salir de la identificación de uno con el otro para lograr vivir en la conciencia plena de nuestra naturaleza dual. ¡Es más fácil de escribir que de realizar…! En este artículo voy a concentrarme en el cambio mental que el texto presenta entre III.9 y III.12.
Distracción y atención: como dos vasos comunicantes
El tercer capítulo de los Yoga Sūtra de Patañjali está consagrado a los posibles desarrollos que podemos conocer por la fuerza de las indagaciones profundas sobre tal o cual sujeto/objeto de meditación. Esto ciertamente explica por qué Patañjali expone al inicio del capítulo las grandes olas de la transformación por las cuales puede pasar el psiquismo humano durante esta búsqueda. Como explica Desikachar en la introducción al capítulo: “En el interior de esta persona se revela un conocimiento de una dimensión desconocida hasta ese momento en relación con esos objetos”. La mente capta de manera parcial las informaciones concernientes a un objeto. O, tal como hemos visto en artículos anteriores, la meditación es el medio de descubrir el sentido y el significado de un objeto, ya que nos abre un acceso a las cosas ocultas, que, en cualquier caso, no resultan evidentes a primera vista. Este cambio que se opera en el psiquismo es la piedra angular de este “conocimiento de una dimensión desconocida” del que habla Desikachar.
Patañjali divide en tres niveles esta transformación en torno a: la atención, la selección y la constancia.
Teoría de los vasos comunicantes, ilustrada en 1882.
→ Nivel 1. El cambio mental mediante la atención (nirodha parināma) III.9
Se trata de un aforismo muy largo: ¡¡¡vyutthānanirodhasamskārayoh abhibhavaprādurbhāvau nirodhakshanacittānvayo nirodhaparināmah, III.9!!!
He resaltado en negrita la palabra nirodha que aparece aquí tres veces. Este término se traduce a menudo por la palabra “parada” o “cesación” y ese es uno de sus posibles significados. Sin embargo, siguiendo las enseñanzas de Desikachar constaté que él prefería otras dos interpretaciones: “dirección” y “atención”. Él empleaba la idea de dirección en el contexto de la definición del yoga en el sūtra I.2 y eligió la idea de atención en este contexto de la transformación mental.
Mediante una práctica asidua e ininterrumpida, la mente puede permanecer en el estado de atención durante mucho tiempo. Pero si descuidamos esto, la distracción retomará el mando
Patañjali evoca además, para los tres niveles de transformación, el concepto de los vasos comunicantes –cuando algo desciende, algo sube, como un termómetro que muestra la máxima y la mínima–. En este sūtra el término abhibhava designa la disminución y prādurbhāvau el aumento. Aquello que desciende es el hábito de la distracción (vyutthāna) y lo que aumenta es el hábito de la atención (nirodha). Los seres humanos desarrollan estos condicionamientos (samskārayoh) de la atención y de la distracción de manera muy temprana en su existencia. Mi nieta, cuando viene a casa, tiene derecho a ver la televisión durante un tiempo determinado, de acuerdo con sus padres que no tienen televisor en casa. ¡Yo soy testigo de su intensa atención cuando llega la hora de este “regalo” en casa de los abuelos! ¡Afortunadamente ella tiene el mismo condicionamiento para jugar! La distracción tampoco queda fuera…
Esta primera transformación de la psique es descrita como una impregnación progresiva de la mente (cittānvayo) del hábito de la atención gracias a todos los instantes (kshana) en los que uno fija el espíritu (nirodha). ¡Yo le llamo a esto “pulsar el botón de la atención”! Se trata de dirigir la atención conscientemente, instante a instante. Vuestro profesor, al pediros en clase que toméis conciencia de la columna vertebral, de un músculo, de una articulación, de una fase de la respiración, etcétera, os está ayudando a que “pulséis el botón de la atención” y así vayáis logrando, poco a poco, esta primera transformación mental, que tan importante es.
El siguiente sūtra hablará justamente de la importancia de una acción repetida para asentar la fuerza de esto –tasya prashāntavāhitā samskārāt, III.10–. A partir de esto (tasya) se establece el hábito (samskārāt) de un flujo (vāhitā) apacible (prashānta) de atención. Como decía Desikachar: “Mediante una práctica asidua e ininterrumpida, la mente puede permanecer en el estado de atención durante mucho tiempo. Pero si descuidamos esto, la distracción retomará el mando”. ¡¡Hemos sido advertidos!! Esta idea del “flujo apacible” habla de dos cosas. Por un lado, hay que hacer un esfuerzo menor para permanecer concentrado y, por otro lado, el restablecimiento del estado de atención es más fácil y rápido. Podéis constatarlo durante vuestra práctica sobre la esterilla.
→ Nivel 2. El cambio mental mediante la selección (samâdhi parinâma) III.11
La palabra samādhi no significa “selección”, pero yo empleo este término para mostrar que, dentro de esta segunda fase de la transformación progresiva de la psique, lo importante es la idea de elección, de la selección. La palabra samādhi significa un estado de unidad, dos cosas volviéndose una. Así que el samādhi parināma puede considerarse como el cambio que se opera por la focalización en una dirección, mientras que las posibilidades de orientación son numerosas.
En efecto, como indica el aforismo (sarvārthataikāgratayoh kshayodayau cittasya samādhiparināmah III.11), la capacidad de la mente (cittasya) de asir numerosos objetos (sarvārthata) es adquirida, pero la tendencia a querer seguir todas esas direcciones disminuye (kshaya) en provecho de la aparición (udayau) de una focalización hacia una sola orientación (samādhi). Implícitamente: una mente que se va dotando progresivamente de una gran capacidad de atención prolongada dentro de un estado apacible se arriesga a perder su estabilidad y su paz al querer abarcar demasiados elementos, cada uno de ellos tan atractivo como el resto. Es así como se vuelve crítica la necesidad de selección, que implica una cierta renuncia. La claridad (viveka) es el principal aliado del practicante de yoga en esta segunda fase de la transformación mental.
Uno reconoce el progreso de la transformación mental a nivel de la selección por la mayor facilidad a la hora de escoger
Esto es un poco como cuando uno se encuentra ante un gran bufet –la selección es enorme, pero uno no tiene más que un solo estómago–… Y, sin embargo, el deseo a menudo nos impulsa a quererlo probar todo –ya que solamente tenemos que abrir la boca–…
El conocimiento y la comprensión nos ayudan entre las opciones y la claridad nos ayuda a determinar de forma justa hacia dónde nos dirigimos nosotros. A menudo una ayuda externa resulta beneficiosa a la hora de escoger. Aun así, reconocemos el progreso de la transformación mental a nivel de la selección por la mayor facilidad para elegir y por una menor frustración cuando uno renuncia a seguir tal o cual objetivo, por cierto interesante.
→ Nivel 3. El cambio mental por la constancia (ekāgratā parināma) III.12
También aquí me he tomado la libertad de no traducir directamente la palabra ekāgratā, que significa la focalización en un solo punto, sino que resalto aquello que es necesario para su implementación. En efecto, la lealtad, la fidelidad, la devoción, la constancia son los rasgos que se afirmarán y refinarán en la persona que avance en esta última etapa de la transformación de la psique que presenta Patañjali en el duodécimo aforismo. Igual que el Abate Pierre fue leal a las personas sin techo, igual que Jean-Louis Etienne es constante en su misión para salvar los polos y así como Desikachar se dedicó a dar a conocer las enseñanzas de su padre…
En tan buena compañía, os explico este sūtra: tatah punah shāntoditau tulyapratyayau cittasya ekāgratāparināmah III.12. Así que además (tatah punah) la transformación (parināma) de la mente (cittasya) hacia una focalización total (ekāgratā) opera cuando lo que se calma (shānta) y aquello que despierta (uditau) presentan el mismo (tulya) aspecto de la psique (pratyaya). La palabra tulya significa equilibrio, igual, constante, y designa una intensidad de dirección de la mente fuera de lo común. Esta podría ser del orden de lo obsesivo, pero en realidad la persona que ha pasado por las dos etapas de transformación precedentes ha venido progresivamente a esta constancia en la consecución de su objetivo. El obsesionado es obstinadamente inflexible desde el principio. Jean-Louis Etienne no es inflexible en su misión, sino que es tenaz…
Ya sea por el camino analítico o por el de la intuición, el fundamento de la indagación de esta persona reaparece impecablemente. La confianza reina en su mente. El aspecto emocional de este individuo no desestabiliza su fidelidad para perseguir su objetivo. La enfermedad, los fracasos y los problemas inevitables hallados en el camino no le distraerán de su objetivo.
Por muy tentadora que pueda parecer esta última transformación de la psique, no debiera cegarnos acerca de la necesidad de cambio para la instalación de una claridad que nos permita elegir la orientación mental de manera justa. Y esta capacidad para tomar las buenas opciones, tan gratificante en el proceso del yoga, no debiera hacernos olvidar que el abc de la práctica pasa por el cambio progresivo de la distracción a la atención. Sobre vuestra esterilla y en vuestra cotidianeidad, “pulsar el botón de la atención”, incesante y conscientemente, es el secreto que abre la puerta a las otras transformaciones.
Martyn Neal es coautor junto a T. K. V. Desikachar del tan bello como profundo texto sobre yoga titulado What are we seeking?, traducido al francés y al castellano. Su traductor a esta última lengua, Ilde Leyda, nos ofrece este nuevo artículo de Martyn Neal traducido al castellano.
Ilde Leyda empezó a practicar yoga en 2001. Desde comienzos de 2002, y durante más de diez años, fue alumno de Cristina Sáenz de Ynestrillas, alumna de Claude Maréchal y de T. K. V. Desikachar. Comenzó ya a dar clases en 2003. Y, desde 2019, prosigue su formación con Martyn Neal. Imparte clases de grupo y particulares, así como talleres dirigidos a quienes quieran profundizar cada vez un poco más en este método milenario de cuidado, conocimiento y mejora personales.
Ha traducido al castellano la tan bella como profundamente inspiradora obra What are we seeking? de T.K.V. Desikachar y Martyn Neal.
Puedes contactar con él a través de ildeyoga@gmail.com y/o del número 653379095.