Entrevista con Denis Criado: «Las Cuatro Artes te invitan a abrazar la vida tal cual es»

2024-03-25

Denis Criado nos recuerda en su último libro, Las cuatro artes, Sabiduría yóguica para una vida consciente y plena, que la felicidad y la plenitud no dependen de personas u objetos externos, sino de la relación sabia que tengamos con nosotros mismos para sentirnos ecuánimes, seguros y conectados con el mundo. Así nos lo explica en esta entrevista.

En el libro Denis Criado ofrece prácticas yóguicas ancestrales –más allá de la esterilla– para dejar atrás los pensamientos, sentimientos y hábitos que nos hacen sufrir. El autor revela que el despertar de la consciencia puede conducirnos a una vida con mayor propósito y liberarnos de las heridas del pasado. Así entendido, desarrollar un estilo de vida consciente y holístico permite aumentar la vitalidad, mejorar la salud, cultivar relaciones sanas y, de este modo, alcanzar nuestro máximo potencial.

Denis Criado es profesor de yoga y meditación. Durante quince años pasó largas estancias en ashrams en Estados Unidos e India, recibiendo en 2011 la transmisión en el linaje de Paramahansa Yogananda. Es doctor en Estudios de la conciencia (San Francisco) y graduado en Teología oriental por la Universidad de Cambridge (Inglaterra). Actualmente Denis imparte cursos y retiros a nivel nacional e internacional. Es autor de Cuerpo consciente y Danza del amor.

Hemos conversado con Denis sobre este su nuevo libro para YogaenRed:

Pregunta: Eres conocedor profundo de la sabiduría perenne que encierra el yoga. En este libro has querido sacar a la luz, hacer aflorar, esas “artes” del yoga que se conocen poco o nada. ¿Y por qué no están más presentes en las prácticas del yoga contemporáneo?

Denis Criado: Las Cuatro Artes, las cuatro prácticas yóguicas a poner en práctica en la vida, están presentes en el yoga contemporáneo asociado a linajes ancestrales de Yoga con una visión tántrica y que aterrizaron principalmente en Estados Unidos en el siglo XX.

La mayoría de esos linajes yóguicos tántricos se adaptaron a nuestra cultura y sociedad occidental pero sin sacrificar sus numerosas prácticas yóguicas de aplicación a la vida, justo lo que propone la visión tántrica. La gran mayoría de las prácticas yóguicas para vivir nuestra vida con más aceptación del sufrimiento y que de este modo sea más consciente y plena. no están publicadas y no son conocidas.

Por ejemplo, el mindfulness secular, consiste en unas técnicas de atención consciente extraídas de una tradición milenaria del budismo, y fueron interpretadas de forma científica para comprender su beneficio y extenderse al público general. Pero cuando uno se adentra a las enseñanzas del budismo año tras año, década tras década –porque lleva mucho tiempo descubrirlas y quizá varias vidas en ponerlas en práctica–, a través de los linajes que aterrizaron y evolucionaron también en Estados Unidos, uno descubre que hay muchísimas más prácticas que aprender, aplicar e interiorizar, pero requieren de un mayor compromiso de quienes las practican. Y también descubre que su visión es más integral y holística. Es un entrenamiento que requiere un mayor compromiso porque conlleva mucho más tiempo y preparación para ponerlas en práctica; es más, no daría tiempo en una sola vida a conocerlas en su totalidad.

Así sucede con algunas corrientes de yoga contemporáneo secular no asociado a linajes ancestrales del Yoga, que utilizó únicamente las prácticas de asanas, meditación y pranayama para un contexto de clase de yoga, pero ahí se quedó por necesidad y falta de tiempo generalizada de la sociedad occidental, y sólo pueden ofrecer una perspectiva científica de sus beneficios cuerpo-mente. Entonces, las enseñanzas son limitadas, como las del mindfulness secular, y no son arropadas por muchas otras enseñanzas prácticas ancestrales sumamente importantes, al no tener vínculos con linajes que ofrecen una perspectiva más amplia que engloba la vida.

Al estar en contacto constante con los linajes yóguicos tántricos, enseguida me di cuenta de que lo realmente práctico para la vida no está escrito o publicado, y que sólo se enseña cuando se está en contacto directo con su comunidad y vienen reveladas gradualmente, como en cualquier otra disciplina que requiera muchos años de entrenamiento.

He querido rescatar una enseñanza práctica, las Cuatro Artes, y hacerla accesible dentro de las muchas otras prácticas yóguicas que me transmitieron en específico tres linajes yóguicos tántricos. Así también hice con algunas otras enseñanzas que rescato en mis dos anteriores libros y que no estaban anteriormente publicadas, y siempre son vinculadas a vivir de forma más consciente y plena, porque esa es la visión yóguica tántrica: relacionar el Yoga con  la vida, en lugar de alejarla de la misma.

P: ¿Qué ofrece al lector, concretamente, el libro Las Cuatro Artes?

D. C.: Las Cuatro Artes es un libro revelador porque ofrece al lector una enseñanza práctica realmente lúcida y que fue pulida durante siglos, adaptándose a los cambios de la cultura y sociedad en la que vivimos. Es de fácil aplicación para dar más orden en la vida y hacer más consciente a quien las ponga en práctica para vivir con más equilibrio, de forma más serena, ya esté presente el dolor, la alegría, el miedo o la tristeza… Es un libro práctico, sencillo y claro, para que poco a poco se armonicen las relaciones, principalmente la relación con uno mismo, con los demás y con el entorno en el que vivimos para reducir el estrés, la ansiedad y la insatisfacción crónica de no sentirse realizado en la vida.

El libro también te hace más consciente y reduce los condicionamientos culturales y sociales que pueden esclavizar nuestro estilo de vida de consumo sin que seamos conscientes, así como las experiencias vitales que dejaron huella en lo profundo de nuestro ser, traumas y que nos desconectaron de nuestro interior para que seamos realmente fieles a nosotros mismos, siendo auténticos y viviendo con un propósito por un bien común. Porque ahí reside la clave: la fuente de nuestra felicidad, haya momentos dolorosos o no, es la profunda sensación de que estoy contribuyendo a un mundo mejor. Pero se necesita un mapa práctico para que no nos perdamos en el camino de la vida. Sin un mapa, el territorio, es decir, la vida, será más confusa y es más posible que nos perdamos en él, generando sufrimiento innecesario al no saber cómo relacionarse con uno mismo y los demás: la pareja, el trabajo, las responsabilidades y todo aquello que compone la vida.

P: Moksha, Artha, Kama y Dharma… ¿cuatro pilares para hallar la felicidad incondicionada? ¿O para inspirar nuestra vida?

D. C.: Son cuatro artes, es decir, cuatro prácticas yóguicas a poner en práctica. No son pilares estáticos sino cuatro acciones a realizar en la vida cotidiana. Si las dejo de hacer, como dejar de hacer ejercicio, mi salud poco a poco se debilita. Si dejo de poner en práctica las Cuatro Artes se debilita el amor propio y nuestras relaciones personales, en el trabajo, pareja, familia, incluso nuestra relación con la tierra, es decir, en todo aquello que conforma la vida no fluye, se estanca y por este motivo muchas personas se sientes bloqueadas en sus vidas. Con las Cuatro Artes empezamos a fluir y ver el lujo en una vida sencilla, llegando a sentirnos inspirados en la vida, independientemente de que haya momentos duros que vivir, porque eso es inevitable, como la pérdida de un ser querido, una pandemia, una enfermedad o una separación de pareja.

La felicidad desde la visión yóguica tántrica es entendida como un estado interior donde uno se siente bien cuando se está bien y cuando las cosas en nuestra vida no están del todo bien. Es abrazar la paz interior cuando está presente y la no paz interior cuando está presente. Esa es la belleza de las Cuatro Artes. Abraza la dualidad y polaridad de la vida, en íntima conexión con uno mismo y con el entorno que nos rodea.

P: De cada una de las cuatro artes, ¿a qué invita a poner en práctica en cada una?

D. C.: Las Cuatro Artes invitan a que en nuestro día a día seamos nuestra esencia consciente (moksha), seamos responsables, pero poniendo límites (artha), regulemos nuestro cuerpo (kama), y siempre sigamos a nuestro corazón (dharma).

P: ¿Qué es lo fundamental para aplicar esa sabiduría ancestral y práctica a la vida cotidiana, con toda su complejidad y exigencias?

D. C: Tener el coraje y el valor de querer poner en práctica las Cuatro Artes. La mente es la única que hace la vida compleja y exigente, rechazando el dolor y buscando placer o constante paz. La consciencia la simplifica, al expresarse en acción en lo cotidiano a través de sus Cuatro Artes, aceptando la vida tal y como es, sin juicio y crítica, con más sabiduría y compasión.

P: ¿Qué motivaciones o intenciones te inspiraron para escribir este nuevo libro?

D. C: A lo largo de los años vi el impacto de las Cuatro Artes en mi propia vida y el impacto también que tenía esta enseñanza practica en mis alumnos. Les ayudaba a estar bien en lo cotidiano, aunque las cosas no fueran perfectas ni tampoco la relación con uno mismo y los demás. Muchos me agradecieron lo mucho que les ayudaron. Supe que había un libro que podía escribir y así más personas se beneficien y descubran su poder al poner en práctica las Cuatro Artes.

Disponible el libro publicado por la Editorial Kairós, Las Cuatro Artes: sabiduría yóguica para una vida consciente y plena, en Amazon, Casa del Libro, Fnac, Corte Inglés, y librerías locales en España y Latino América.