Asana, el poder de la postura correcta (2ª parte)

2023-05-29

Si aún no estás cómodamente sentada/o, elige el lugar más apropiado para disfrutar de este artículo, porque demás de pasar un rato entretenido experimentarás el efecto de la postura en tu corteza cerebral; esa parte del cerebro donde se procesa el lenguaje, su comprensión, tus emociones y el comportamiento. Escribe Isabel Ward.

Isabel Ward.

«El cuerpo sabe lo que la mente aún no se ha dado cuenta» (Antonio Damasio)

En Occidente nos cuesta dejar atrás la idea cartesiana de que el cuerpo y la mente son dos realidades separadas. Sin duda, esta forma de pensar ha aportado grandes avances a la medicina, aparte de generar un buen sistema sanitario. No obstante, varias voces dentro de la ciencia han recuperado la idea de que el cuerpo y la mente actúan en unidad.

De hecho, en el artículo Asana, el poder de la postura correcta (1ª parte) te conté cómo la postura corporal afecta al comportamiento de la mente. Es decir, a tu modo de sentir y de pensar. Así lo evidencia Antonio Damasio, quien lo denomina «marcador somático», dando a entender que una mayor propiocepción —o sea, el «sexto sentido» que te hace consciente de tu cuerpo y de tu postura— te ayuda a manejar mejor los pensamientos y las emociones, por no mencionar que tomarás mejores decisiones. Créeme; aunque solo sea por esto último, merece la pena cuidar la postura.

Esto lo conseguirás con los asanas, pues su práctica aumenta la propiocepción. Gracias a ello, te liberas de las tensiones físicas y psíquicas acumuladas mientras creas un campo energético de comunicación neuronal que permite lo que hoy la ciencia llama metacognición. Traducido: la capacidad para tomar consciencia de los procesos de pensamiento y para comprender los patrones que hay detrás de ellos.

Según este punto de vista, el trabajo corporal que se realiza en el yoga supone un proceso de limpieza postural física y mental. Este es el principio de un camino que te lleva a reconocer y a liberar pautas de pensamientos negativos que, por un lado, pueden ser la raíz de tu estado de salud —es decir, de muchas de las enfermedades que contraes— y, por otro, del desarrollo de una forma limitada de ver la realidad. Resumiendo, los asanas mejoran tu salud y te quitan las anteojeras, que son las piezas de cuero que les ponen a los burros en los ojos.

Asana: el vehículo para el desarrollo de la consciencia 

Esa limpieza postural que realiza el yoga prepara el cuerpo para la meditación y el desarrollo de la consciencia. Los meditadores consideran que la postura, tanto física como mental, insisto, representa un elemento esencial a través del cual se alcanzan mayores niveles de consciencia. En otras palabras; te vuelve más sabia/o que inteligente, porque armoniza tu lado físico, mental y espiritual.

En el artículo anterior también te conté que la columna constituye la base de una buena postura corporal y mental. Claro; su función principal consiste en proteger la médula espinal. O, lo que es lo mismo, nuestro cerebro: el canal de interacción entre la realidad exterior y la interior. Así pues, cuanto más cuidada esté su estructura, mejor te comunicarás contigo y con quienes te rodean.

Además, para los yoguis, la columna define el eje donde se encuentra el canal energético principal. En consecuencia, una buena colocación de la espina dorsal influye en este canal mediante el que accedemos a un campo de mayor sincronización neuronal, el cual, a su vez, abre las puertas a una mayor comprensión de la realidad.

Este canal o columna energética se denomina Sushumna. A lo largo de ella, se encuentran los principales vórtices de energía, conocidos con el nombre de chakras. El significado sánscrito de chakra es ‘círculo’. Etimológicamente, deriva del protoindoeuropeo kwel (‘girar, mudar’), de ahí pasó al griego (kyklos: ‘rueda, círculo’) y, luego, al latín (cyclus: ‘círculo’) para convertirse en el ciclo del español.

De hecho, la rueda del ciclo hace referencia al samsara: el ciclo de nacimiento, vida, muerte y renacimiento para las tradiciones filosóficas de la India, como el hinduismo y el budismo, entre otras.

¿Y esto qué quiere decir? De manera resumida, que nos liberamos de cargas mentales y emocionales provenientes de las experiencias de esta u otras vidas a través de un proceso de purificación. Y este, empieza con el cuidado de la posición del cuerpo  y de la columna.

Así que, ya sea con la visión oriental u occidental, el mensaje es el mismo: los asanas cuidan, curan y cultivan tu mente y tu cuerpo.

La asana de meditación

Una mala colocación de la columna te avisa de que tu atención no está presente y de que te has dejado arrastrar por las historias que alimentas inconscientemente. Si no me crees, prueba a encorvar tu espalda. Verás cómo se multiplican tus pensamientos. Vuelve a estirarla, y fíjate cómo estás más atenta/o, más despierta/o.

El Dr. Roger Sperry, premio Nobel de Fisiología en 1981, afirmó: «El 90 % de la estimulación y nutrición del cerebro es generada por el movimiento de la columna».

Los asanas de meditación son los que mejor mantienen tu espalda derecha. Dentro de ellos, nos encontramos con siddhasana, una posición de meditación sentada, cuya palabra sánscrita contiene la raíz siddha, que significa ‘poder’ o ‘perfección’, y la terminación asana, que ya sabes que significa ‘postura’. Así pues, hablamos de la postura perfecta o la postura que da poder para alcanzar mayores estados de consciencia o sabiduría.

Al margen de esta posición, existen otras posturas de meditación con los mismos atributos. Buda las ordenó en cuatro grupos: sentado, de pie, tumbado y caminando. De momento, en estos artículo he mencionado una de pie y otra sentada. Pero, si quieres profundizar, Yoga Anandamaya te enseñará todas las formas de meditación en las clases y en los talleres.

Asana y el desarrollo de la consciencia

La postura de meditación proporciona la estabilidad necesaria para el desarrollo de la consciencia. Si bien al principio resulta incómoda, con un poco de práctica notarás cómo te ayuda a desarrollar estados de profunda calma.

Para eliminar esa tensión inicial y preparar el cuerpo y la mente para la meditación, nos echarán una mano nuestros amigos, los asanas. Porque, además de flexibilizar y recolocar todo tu cuerpo, mejoran tu respiración. De este modo, con una postura adecuada y una buena respiración, tu cuerpo se sentirá a gusto y dejarás de soñar despierta/o. O, lo que es lo mismo, detendrás el flujo de pensamientos. En consecuencia, te percatarás de cómo piensas, de cómo ves el mundo y de cómo te ves a ti. Este conocimiento potenciará los aspectos positivos, así como transformará los patrones negativos, pues la quietud nos brinda la posibilidad de experimentar las sensaciones del cuerpo y nuestros estados de ánimo.

A veces me pregunto si la tensión que encontramos cuando hacemos asanas o mantenemos el cuerpo en quietud refleja los traumas vividos en esta y en otras vidas. Por suerte, dispongo de datos que prueban que no estoy loca por pensarlo. Alrededor de 1920, el doctor Jacobson desarrolló una técnica de contracción muscular orientada a la relajación física con la que liberaba a la mente de los pensamientos provocados por la ansiedad. Algunos pacientes despertaron el recuerdo de experiencias pasadas y, de esta manera, se curaron de aflicciones psicológicas.

¿Hace el yoga lo mismo a través de los asanas? Al parecer, sí, ya que hay practicantes que han experimentado una mayor consciencia por medio del trabajo corporal, y otros a través de la meditación. En cualquier caso, todos ellos mantenían una práctica regular y constante. ¿Es posible, por tanto, despertar y despejar los recuerdos de otras vidas pasadas? Lo ignoro por completo, pero sé dónde puedes comprobarlo…

Lo que te ofrecemos en Yoga Anandamaya 

La práctica que te propongo en mi escuela te proporcionará innumerables beneficios. Lo notarás, porque relativizarás los problemas del día a día sin que lleguen a producirte estrés. Sin duda, es el alimento que el cuerpo y la mente necesitan para mantenerse estables y sanos. Además, si lo deseas, te conducirá a una verdadera transformación y conocimiento.

Si te apuntas a Yoga Anandamaya, disfrutarás de sesiones de yoga físico, más o menos intensas, que te servirán de vía para acceder a la mente (o a otra vida anterior, quién sabe), y de sesiones de meditación fascinantes donde podrás indagar en un conocimiento más profundo de ti misma. Te espero pronto. ¡Namasté!

Isabel Ward es profesora de yoga y fundadora de Yoga Anandamaya.