Aclara tus dudas: ¿Cómo podría ser una filosofía actual del yoga, sin creencias sobrenaturales?

2023-05-02

Como bien sabéis, en YogaenRed contamos con la inestimable colaboración de Javier Ruiz Calderón, doctor en filosofía especializado en pensamiento indio y filosofía de la religión, que nos ofrece respuestas sobre el yoga, su filosofía y sus técnicas desde una visión de la tradición yóguica actualizada y crítica. Podéis escribir a Javier a info@yogaenred.com planteando vuestras dudas o incertidumbres.

Filosofía

 

Pregunta: ¿Cómo podría ser una filosofía actual del yoga, sin creencias sobrenaturales?

Respuesta: En una respuesta anterior expuse las distintas filosofías tradicionales del yoga. Los yogas tradicionales se basaban en la creencia en la ley del karma y la reencarnación. La meta del yoga era alcanzar la liberación del ciclo de las reencarnaciones. Además, cada tradición del yoga tenía unas ideas distintas sobre la realidad, es decir, una metafísica distinta. Había yogas no dualistas, que creían en la existencia de una única realidad absoluta —el Brahman, Shiva, etc.—, de la que este mundo que percibimos sería una apariencia o manifestación. Había yogas dualistas, como el de Patáñjali, que distinguía entre la Naturaleza material (prákriti) e innumerables almas espirituales (púrushas). También había yogas teístas, para los cuales la realidad suprema era una divinidad personal de la que dependían las almas y el universo material. Etc. Cada metafísica implicaba una forma correspondiente de práctica, más sapiencial, devocional, concentrativa, etc.

Pero hay muchos en la sociedad actual que no podemos creer en la existencia de realidades trascendentes o supramundanas como las almas, Dios, el Brahman, los mundos sutiles, la reencarnación y el karma, etc. Y menos aún en aportaciones modernas como supermentes, maestros ascendidos, registros akáshicos o canalizaciones. Ya en aquel artículo mencioné una posible filosofía actual del yoga, naturalista o materialista, que no incluyera creencias en hipotéticas realidades sobrenaturales. Aquí voy a desarrollar un poco más esa idea.

Lo único que conocemos todos es este universo natural, que es enteramente material, pero en el seno del cual han ido emergiendo nuevas cualidades como la vida (con las bacterias), la conciencia (en los animales) y el intelecto (en el ser humano). En un determinado momento de la historia de la humanidad (el discutido «tiempo eje», del filósofo alemán Karl Jaspers), ciertas circunstancias sociales, culturales, económicas, etc. hicieron que algunas personas empezaran a hacerse preguntas filosóficas y a sentir la aspiración a una plenitud vital irreversible. El ser humano tomó conciencia por primera vez de su condición finita, mortal, insatisfactoria, y empezó a preguntarse por el origen de esa situación y por la posibilidad de superarla de alguna manera. Así nacieron, por una parte, las tradiciones filosóficas en India, China y Grecia y, por otra parte, las llamadas religiones universales o de salvación.

En la India, a partir de las úpanishad, encontramos una respuesta común, que es la que dio lugar al nacimiento del yoga, el budismo y el jainismo. Esa respuesta está plagada de elementos sobrenaturales, inaceptables actualmente para muchos de nosotros; pero podemos conservar de ella todo lo que no implique esas creencias en hipotéticas realidades invisibles. Esas ideas básicas son las siguientes:

1) La vida humana corriente no es plenamente satisfactoria.
2) La causa de esa insatisfacción es el apego (en el sentido negativo de la palabra), es decir, los deseos compulsivos, las adicciones que nos esclavizan y nos atan a objetos, personas y situaciones externas a nosotros.
3) El origen del apego está en la convicción de que somos individuos separados del resto de la realidad y, en consecuencia, limitados, imperfectos, con carencias. Por eso nos volvemos dependientes de cosas exteriores a nosotros en las que buscamos superar esa insuficiencia que sentimos.
4) Pero esos contactos externos nunca pueden solucionar esa sensación interior, solo la pueden aliviar temporalmente.
5) Esa idea de que somos individuos limitados y separados es falsa.
6) Por tanto, para trascender la insatisfacción existencial tenemos que llegar a comprender y percibir, no solo teóricamente sino de una manera vital y profunda, experiencial, que nuestra aparente limitación y separación es falsa, descubriendo así nuestra verdadera naturaleza.

Hasta aquí, de acuerdo las filosofías de todos los yogas (y de casi todas las tradiciones indias: budismo, jainismo, etc.). Aquí empieza la diferencia: ¿Cuál es nuestra verdadera naturaleza? Unas dicen que soy un espíritu puro, otras que soy idéntico a lo Absoluto (Shiva, el brahman, etc.), otras que soy un aspecto o momento de la Divinidad, todas que estoy inmerso en un ciclo de reencarnaciones regido por la ley del karma, que existen mundos y realidades sutiles… Pues bien: todas estas creencias tradicionales no son necesarias para una práctica de yoga plenamente espiritual y orientada hacia la completa libertad interior.

Esencia del yoga sin creencias sobrenaturales

En efecto, para ello basta con conservar las seis ideas básicas que hemos expuesto, que son perfectamente compatibles con una visión del mundo agnóstica, materialista o naturalista: no somos individuos separados del resto del mundo, sino seres intrínsecamente relacionados con todas las cosas y con todos los seres, con el universo entero. La práctica de yoga aspira a subvertir esa idea errónea de la individualidad separada. Eso se puede conseguir de varias maneras que no requieren creencias sobrenaturales. Ahora mismo se me ocurren las siguientes:

1) Una de ellas sería cultivar mediante la práctica de yoga una actitud de atención ecuánime, de conciencia no juzgadora. Esta propuesta, procedente del budismo theravada y, más recientemente, de Krishnamurti, se ha extendido mucho en el mundo del yoga desde hace varias décadas.

2) Otra sería cultivar la conciencia del carácter sagrado, divino, único, de todas las cosas, todos los seres y todos los acontecimientos y, en consecuencia, relacionarse con ellos con una actitud de adoración, amor y respeto.

3) Otra posibilidad, que incluye la anterior, pero va más allá de ella, es cultivar la conciencia de la Unidad de la realidad, sentir el Todo-Uno que es la Naturaleza material, la Madre Divina (mater = madre) en cuyo seno todos nacemos, vivimos y morimos, y contemplarla y adorarla en todas sus manifestaciones particulares.

Lo esencial en estos yogas espirituales pero naturalistas es sustituir la actitud instrumental basada en los apegos y las aversiones por una actitud contemplativa que nos vaya llenando de paz y libertad interiores y, en consecuencia, de amor y compasión universales e incondicionales. Son yogas que conservan plenamente la esencia espiritual del yoga tradicional, pero que no requieren creer en supuestas entidades y procesos sobrenaturales.

Eso no quiere decir que tengamos que prescindir del riquísimo tesoro de creencias, ideas, símbolos y mitos de las tradiciones del yoga. Podemos seguir cantándole a Ganesha, rezándole a Shiva, meditando en el brahman, practicando la actitud del testigo (que va unida a la idea de un sujeto espiritual)… pero no como entidades reales sino como ficciones útiles, como símbolos de la unidad de lo real, del carácter divino de todas las cosas o del estado de libertad interior al que aspiramos por la práctica del yoga.

Javier Ruiz Calderón (Shánkara) es doctor en filosofía especializado en pensamiento indio y filosofía de la religión. Es profesor en la Universidad Comillas (Madrid) y discípulo de Amma. Lleva más de cuarenta años estudiando y practicando yoga, vedanta y meditación. Enseña esas disciplinas, así como sánscrito y canto védico, y ha publicado siete libros y más de cien artículos sobre esos temas (www.jruizcalderon.com).
Próximas actividades: Curso «Introducción al pensamiento de la India: hinduismo y budismo». Ateneo de Madrid. Martes 9, 16, 23 y 30 de mayo, 12-13,30. 60€ (40€ socios). Información e inscripción: Carlos Mendoza (T 686 880 982).