Libros/ En el centro del mandala

2023-01-13

Decía Chögyam Trungpa que los seres humanos no somos individuos aislados sino que habitamos el centro de un mandala formado por las personas y circunstancias de nuestra vida. Tal así Enrique Moya, que recientemente ha publicado La llave de la atención. Escribe Joaquín G. Weil.

Enrique Moya

En la foto, Enrique Moya con Pilar y portada del nuevo libro.

¿Qué hay en el centro de un mandala?

En efecto, la afirmación de Chögyam Trungpa sobre el mandala de relaciones personales, circunstancias y vivencias en el cual estamos engarzados tiene como epítome al maestro de yoga Enrique Moya, tal como se despliega en su esperado libro La llave de la atención, no en balde su primer centro de yoga en Madrid, que fundara junto con Danilo Hernández, se llamaba “Mandala”, y su centro actual en Málaga se llama “Yantra”, que viene a ser la esencia de un mandala, y donde Enrique Moya ejerce su presencia en compañía de sus hijas Cristina y Diana, con el apoyo y el consejo de su compañera Pilar.

Un mandala tiene un centro absoluto y luego diversos centros relativos, según por donde se comience su lectura. El mandala que nuclea Enrique Moya se nutre de una constelación de vivencias y personas, sabias y entrañables, que comienzan por su propia familia, y se expande en círculos concéntricos a través de amigos, compañeros y maestros en diversos grados de celebridad.

En un libro la línea de frases impresas quiere representar la línea del tiempo, no necesariamente un tiempo histórico, a veces una sencilla sucesión de recuerdos, conceptos e ideas conforme vienen a la mente. Ahora bien, si concebimos el libro en términos no de tiempo sino de espacio, y lo desplegáramos sobre la mesa como un mandala, yo elegiría como el punto de partida, para la lectura comprensiva de todo el relato, el encuentro del autor con Cayetano Arroyo, profesor de instituto de Ronda que era conocido en Málaga por su serie de breves artículos publicados en la prensa local y titulada Diálogos con Abul Beka: «Se presentó junto con Juan un poco antes del comienzo de mi clase, un joven de aspecto árabe con barba no muy tupida, de mediana estatura, delgado, con unos ojos bellos y muy penetrantes. De la manera más natural me dijo: ‘Hola Quique, ya era hora’».

A Enrique Moya le sorprendió la familiaridad del “ya era hora” que parecía trascender el momento presente y remontarse a un tiempo muy antiguo, provocando sensaciones inefables. Invitó entonces a Cayetano a ofrecer una espontánea charla a sus alumnos de yoga, con lo que comenzó una entrañable colaboración y amistad.

Este mandala donde brillan familiares, amigos y maestros se extiende por las páginas palpitando de sensaciones y sentimientos, y genera el núcleo vivo a partir del cual surgen las enseñanzas de Enrique, que a tantos miles de personas durante casi cinco décadas ha guiado, y que ahora quiere recoger este libro: La llave de la atención, en excelente y cuidada edición de la Editorial Sirio.

La cualidad del maestro

Algunos pueden considerar que la cualidad básica de un maestro es la sabiduría. Ahora bien, si atendemos a la vida y obra de las luminarias de la humanidad vemos que gran parte de su tarea consistía o consiste en infundir convicción y confianza. ¿Convicción y confianza en qué? En la vía, en la vida, en el propio ser y la propia existencia.

Enrique Moya sabe transmitir cordialidad, y sabe iluminar las comprensiones desde lo cotidiano. Su presencia no es exótica o campanuda, podría ser tu hermano, tu padre o tu abuelo. Te lo puedes encontrar tomando un aperitivo al final de su mañana, y apearse de lo trascendente para transitar las vicisitudes del día a día. El centro del mandala es el corazón del mismo, un centro no físico sino energético, cuyo rasgo esencial es la cordialidad.

Si el yoga postural ha tenido numerosos valedores, el yoga de Enrique, sin descuidar las asanas, indaga los aspectos inspiracionales y creativos de un yoga más esencial y al mismo tiempo integrador de esta milenaria vía. Además de la genuina tradición yóguica, nutriéndose de varias fuentes, como puedan las diversas psicologías y métodos de desarrollo personal tanto orientales como occidentales, Enrique Moya elabora no sólo una llave sino todo un juego de herramientas conceptuales para abordar el que es el asunto principal de todo yoga y toda meditación que se precie: superar el sufrimiento y alcanzar una vida más dichosa y plena.

Joaquín G. Weil es profesor de Filosofía y de Yoga
Autor del libro Dominio de las técnicas específicas de yoga, manual formativo que dota de contenido al temario oficial vigente en España.

Instagram: YogaSala Málga @yogamalaga / Twitter: @YogaMalaga / Telegram: https://t.me/JoaquinGarciaWeil