Sadhana Saundarya Lahari

2022-10-31

Hay dos grandes caminos en el yoga. El que podríamos llamar “el yoga de la acción”, del esfuerzo, del hacer… y el yoga de la rendición, del reconocimiento de la divinidad. Escribe Yamila Estella.

Yantra

 

«El propósito de nuestra existencia es reconocer nuestra identidad eterna con el espíritu Supremo; es acercarnos a la divinidad!”

Al primero se le llama “tapasya o disciplina y es el más extendido en Occidente y que todos hemos experimentado. “Tengo que sentarme a hacer la práctica”. Nuestra educación nos lleva a este modelo, tenemos que ser autosuficientes y esforzarnos para conseguir objetivos. Somos individualistas y creemos que todos está en nuestras manos. Yo me siento, yo hago mi práctica de meditación con mi esfuerzo y determinación. Yo me acerco a la divinidad. Es como saltar sin red. Ramkrishna Das lo asemeja a la cría de mono que tiene que agarrarse fuertemente a su madre para ir de un sitio a otro. Si se suelta, se cae…

El segundo camino, la rendición y el reconocimiento, nos cuesta más en Occidente, no sabemos soltar y confiar… ¡pero es el más seguro! Es la madre del gato la que agarra a su bebé y le lleva, él sólo tiene que dejarse y confiar. En el yoga sucede igual. En Oriente se reconoce a la gran madre cósmica, la que nos lo da todo desde que nacemos, la que nos lleva en sus brazos y nos protege. No estamos solos. No hay ego para la práctica, al revés, hay que dejarlo atrás y dejarnos maravillar por la vida. Es ella, la magia, la inteligencia, eso somos nosotros, Devi. No hay diferencia. Ella es energía y conciencia, potencial y manifestación, discernimiento y emoción. Ella ata y libera. Gran Madre, Devi, ella somos nosotros…

Sólo hay que curar la enfermedad que casi todos padecemos: el olvido de nuestra verdadera naturaleza. De lo que somos realmente. Y ahí nos lleva la Sadhana más elevada, Sri Vidya, Saundarya Lahari, Maha Tripurasundari.

Saundarya Lahari

Saundarya Lahari: el texto

Saundarya Lahari ocupa un trono muy especial entre todas las escrituras dedicadas a Devi. Escrito por Adi Guru Shankaracharya, grandísimo maestro de Advaita Vedanta, después de tener la visión (Darshan) de la Gran Madre en un estado muy sutil de contemplación. Es uno de los textos Shaktas Tántricos más especiales y completos que hay.

Es un himno sagrado que expone la belleza y la gracia de la Gran Fuerza Cósmica. Saundarya significa belleza y Lahari olas/ondas. En su centenar de estrofas se expone tanto la belleza de la gran madre como el estado de bienaventuranza al que nos conduce en comunión con ella.

A medida que avanzamos en su lectura, reflexión y comprensión “experiencial” vamos des-cubriendo la sabiduría de Lalita Tripura Saundari, la luz de la manifestación. Ella nos enseña a reconocerla en cada brizna de la manifestación y nos conduce al más alto estado de liberación. Ella habita en nosotros y toda su magia y su potencial somos nosotros. Es la fuerza, la energía, el potencial del gran Shiva. Devi es Icchha Sakti, Kriya Shakti y Jnana Shakti. Es Mahamaya. Es Prakriti. Es Sri Vidya.

Cada estrofa del texto tiene cuatro versos compuestos por mantras que esconden en forma de semilla los siddhis o perfecciones de la Gran Madre que son transferible al practicante de Sri Vidya Sadhana.

Las estrofas se leen, se explican, se comprenden y se reflexionan internamente. Las estrofas se cantan y la vibración de sus mantras ejerce influencia directa primero en las células de nuestro cuerpo, después en nuestra mente. Los tattwas o elementos del cuerpo se armonizan, la mente se llena de luz liberándola.

A cada estrofa le corresponde un sencillo yantra, una fórmula geométrica que ordena conciencia y energía en una disposición determinada. Además del canto de los mantras se dibujan estos sencillos yantras.

Esta combinación nos permite trascender hábitos de comportamiento y patrones mentales.

El sadhaka formula un Sankalpa antes de empezar la sadhana. Él decide el propósito. Cada estrofa puede utilizarse para aumentar el disfrute y placer mundano o para crecer espiritualmente.

Si uno empieza a relacionarse con este texto es porque ya tiene despierto en su interior ese anhelo de reunirse con su esencia. La puja o adoración de Mahatripura Sundari va aumentando al mantener contacto estrecho con el texto apareciendo espontáneamente rayos de discernimiento convirtiendo al practicante en un sadhaka de Sri Vidya.

El magnífico Sri Yantra es la morada de la Madre Divina. Y ahí, rodeada de 25 murallas, habita en su resplandeciente palacio situado en el Bindu. El universo entero es, no sólo su creación, también su morada. Ella es la fuerza que empuja el agua de los ríos y los ríos son sus venas. Es el brillo y el calor del sol, la belleza de la luna. Sol y luna son sus ojos. Montañas, selvas y desiertos son sus huesos y cuerpo. Ella es las mareas del océano y el mismo océano es el agua que bebe cuando tiene sed. Es la alegría que brota cuando un niño ríe, es el agni cuando nos enfadamos. El viento es su respiración que viene y va. Es el prana, es el Chi, es la intención. A nivel microcósmico, nuestro cuerpo también es su morada. Ella nos permite despertar por la mañana y abrir los ojos. Ella es el vehículo en el que dirigimos la conciencia a sus brazos. Ella somos nosotros.

Si quieres aprender a confiar, a no hacer, a trasladar tu centro de gravedad del Ego a la Gran Madre Cósmica. Sin esfuerzo. Sin retos. Con rendición. Para disfrutar. Sin obligación. Para sentir o afianzar tu conexión con la existencia. Para ver a la Gran Madre, conciencia y energía, en cada átomo de la existencia.

Próximamente comienza el curso/sadhana Saundarya Lahari
Más información:
Vídeo corto en Youtube: Curso Sadhana Saundarya Lahari en castellano – YouTube
y en Curso / Sadhana Saundarya Lahari Nov’22-Junio’23 | Yamila Estella Yoga
Comparte: Yamila Estella (Sn. Yogadhara)

Oh Tripura Sundari! Oh adorada Madre! Ante ti me inclino.
Sin tu gracia nadie puede tener éxito en la sadhana espiritual y en la salvación final.
Oh, madre compasiva! Eres un océano de misericordia. Bendíceme. Si obtengo una gota de ese océano, ¿se secará?
Oh mi dulce Madre! Guíame. Protégeme. Sálvame. Soy tu hijo.
Victoria Tripura Sundari!
Sw. Sivananda (Ananda Kutir Post, Rishikesh)