Somos un grupo de mujeres que creemos en la posibilidad de practicar un yoga más participativo y solidario. Esta formación, en lugar de jerarquías, protocolos e instrucciones preestablecidas ofrece guías, indagaciones y exploraciones que guían nuestro cuerpo y nuestra palabra en un espacio de intercambio y aprendizaje colectivo. Escribe Erika Páez-Manjarrés.
Estamos a punto de culminar la primera Formación-laboratorio ‘Yoga somático y Autocuidado’ (YSA) para mujeres líderes latinoamericanas y otras mujeres solidarias y soñadoras que creímos en la posibilidad de cambiarle un poco las reglas de juego de cómo se transmite el yoga. En lugar de hacer un proceso jerárquico profesora-alumna, con protocolos o reglas preestablecidos ofrecemos guías, indagaciones y exploraciones para llevarlas a nuestro cuerpo, a nuestra palabra, por ello hablamos de laboratorio-formación YSA.
Justo hace un año anunciamos por este medio el inicio de la Formación que te dará mas detalles de nuestra propuesta. Más abajo encontrarás los 4 pilares que orientan al laboratorio YSA, como un camino para integrar yoga somático y autocuidado en la esterilla y fuera de ella, a la vez que explora o invita a una mayor visibilidad de los aportes de las mujeres en el yoga y otras formas de autocuidado.
YSA es un programa de formación online (con algo de presencial en España y en Colombia), certificado por el Yoga Alliance Professional UK, y hoy queremos contaros que 14 mujeres de América Latina y España, lideres comunitarias, defensoras de derechos humanos y mujeres interesadas en crecer en la práctica del yoga, están a punto de certificarse como profesoras de Yoga Somático. De estas 14 mujeres, seis conforman un grupo voluntario de tutoras (Célula YSA) que acompañarán a la segunda promoción de mujeres participantes de la siguiente Formación, que comenzará en septiembre de 2022 y durará hasta abril del 2023.
La primera edición: una forma diferente de experimentar el yoga
Ahora queremos compartir la experiencia de la primera edición de la Formación YSA, esperando despertar el interés de las lectoras y con el deseo de que hagan parte de este proyecto, ya sea como madrinas, apoyando a financiar el programa de becas o tomando la formación.
En estos siete meses apostamos por la idea de aprender e intercambiar en comunidad. Desde el comienzo, invitamos a las participantes a que experimentáramos en nuestro propio cuerpo-mente, una y otra vez, pero sin la idea de que los ásanas o movimientos tengan que ser algo fijo y rígido. Y así, poco a poco, este yoga somático y otras herramientas de autocuidado fueron tomando sentido en nuestros cuerpos, adaptando a nuestras necesidades y a las de los alumnos y/o comunidades con las que interactuamos.
Precisamente este interactuar con otros/as ha sido parte de la Formación, ya que hemos compartido nuestro trabajo de reivindicación del autocuidado para mujeres líderes y otras mujeres en la comunidad. Por ejemplo, la organización CPC [ver 1 abajo], que trabaja con diferentes grupos de mujeres comunitarias y/o afectadas por el conflicto armado en Colombia, nos guió y compartió parte del proceso de cómo llevar propuestas de autocuidado basadas en aprendizajes críticos y sanación con justicia (donde el autocuidado se relaciona con la igualdad de derechos, en especial para las poblaciones más vulnerables y con menos oportunidades). En esta organización no hay jerarquías y se incentiva a las mujeres a preguntar y discernir –como proponemos en el yoga somático–, como una forma de crear en ellas más autonomía. Con ellos compartimos una «guía del autocuidado» y de elementos clave a la hora de acompañar individual y colectivamente a las mujeres que, indudablemente, han alimentado nuestra propuesta de crear profesoras de yoga para que se conviertan en sus propias maestras y a su vez enseñen con esta misma idea.
Yoga para el autocuidado, una oportunidad de fortalecer la solidaridad
Algo que hace única esta Formación es que fue diseñada como una herramienta que no está exclusivamente pensada para profesoras de yoga, y aunque tiene un interés particular en las líderes comunitarias, líderes sociales y defensoras de derechos humanos, está abierta a todas las mujeres que quieran trabajar el yoga a nivel personal y para adaptarlo a su trabajo como terapeutas, pedagogas o como practicantes de danza y teatro entre otras. Este espacio permite: 1. profundizar en la práctica desde lo somático, y 2: como una herramienta para apoyar el acompañamiento y fortalecimiento de procesos sociales y comunitarios y los procesos de autocuidado con las comunidades y dentro de las organizaciones de derechos humanos. Esta Formación es también una oportunidad para acercar mundos que no se conocen y fortalecer la solidaridad entre mujeres.
Y en esta idea de relacionarnos con el yoga como un espacio poroso y no como un espacio jerárquico, homogéneo y corporativo, otras mujeres YSA (además del CPC ya mencionado) también compartieron saberes desde las artes, la poesía, y en particular del teatro y la danza; otras nos enriquecieron compartiendo conocimientos del yoga sutil y energético. Todas estas aportaciones también nos abrieron nuevas perspectivas en el abordaje del autocuidado desde el Yoga Somático, y esto nos da la libertad para restituir saberes de las mujeres y de los entornos culturales a los que las participantes pertenecen y los de las comunidades con quienes trabajan, interrogando al yoga y enriqueciéndolo con aportes locales.
Las herramientas más valoradas
De las herramientas de aprendizaje compartidas, las más valoradas por las mujeres fueron: el diario de campo, para ganar mas “alfabetización” somática y que da cuenta del proceso de re-aprendizaje en la relación con el cuerpo; la práctica en pares en encuentros virtuales; la creación de espacios de intercambio de saberes; y los cruces posibles entre dichos saberes y la práctica del yoga somático y de autocuidado que proponemos en la formación.
Fue muy valorado tener acceso a las traducciones autorizadas de algunos libros de yoga de Donna Farhi y de Lisa Petersen, así como a las presentaciones y otros documentos creados específicamente para este laboratorio, como el Manual YSA y sus anexos (que incluye un minimanual con los principios y los movimientos de educación somática, una de las técnicas básicas de nuestra formación), que elaboramos para la formación y que serán actualizados e incorporarán algunos de los aportes de las participantes de esta primera promoción, siendo este un documento vivo que va modificándose.
También fueron importantes las charlas y exploraciones de las profesoras de yoga como Donna Farhi, Lisa Petersen y Danielle Begg y de algunas profesoras del BMC (Maruma Rodríguez y Marina Tsartsara), donde me certifiqué como educadora de movimiento somático en 2021. Es muy valorado el ciclo de las indagaciones “Sesiones sobre Anatomía Vivencial en Femenino, para habitar lugares propios” de Patricia Gracia (profesora de Body-Mind Centering BMC y directora del Movimiento Altas-España) y los demás contenidos que aportamos directamente desde YSA, donde exploramos con nuestros huesos, músculos, fascias, llegando al misterio de los órganos, en particular a los pulmones, la danza del diafragma y el corazón y las relaciones entre el sistema endocrino, la energía, y el sistema de chacras. Y, claro, desde el espíritu de la danza, el movimiento y el activismo desde el cuerpo en Colombia contamos con el regalo de Leonor Araujo creadora de Danzaconsciente, una propuesta que nació también de la idea de llevar movimiento desde lo somático a la comunidad, en especial a aquellas con menos accesos a estas propuestas.
Ejemplos de aplicaciones del Yoga Somático a la realidad
Una parte importante de la Formación son los proyectos que las participantes deben crear para certificarse, y que buscan llevar lo aprendido a su trabajo como líderes sociales, formadoras y a su práctica personal de yoga. Algunos proyectos son individuales y están enfocados en profundizar la propia práctica; otros proponen el uso de las herramientas del YSA para el trabajo con jóvenes o con grupos de mujeres víctimas de violencia doméstica y mujeres líderes víctimas del conflicto armado en Colombia; otros adecuan el YSA a las terapias con cuerpos afectados por el síndrome de fibromialgia o a profundizar en Yoga Restaurativo con Educación de Movimiento somático y como aporte a la autorregulación y equilibrio del sistema nervioso. Y, claro, varias participantes han optado por profundizar en un yoga para mujeres y los ciclos de la vida, en especial la etapa de la menopausia y la perspectiva de género.
En todos los proyectos las herramientas y los formatos del YSA se han adaptado a las necesidades del grupo al que va dirigido el proyecto, al espacio y a los tiempos con los que cuentan las participantes.
Finalmente, y como parte de nuestra pedagogía y la invitación a crear más preguntas que respuestas, queremos dejar algunos interrogantes. Al revisar la historia, la filosofía y la pedagogía de enseñar y transmitir el yoga desde una perspectiva crítica y en el contexto de las mujeres latinoamericanas y mediterráneas hoy, las integrantes de YSA nos quedamos con muchas preguntas. Aquí dejo algunas de ellas:
¿Cómo el trabajo comunitario, las diferentes vertientes de lo somático, la interacción India, Oriente y Occidente transformaron y crearon nuevas formas de yoga en estas regiones? ¿Qué ha llegado del yoga a la puerta de nuestras casas, comunidades y culturas latinas, mediterráneas y de influencia anglosajona? ¿Es el trabajo con activistas de derechos humanos y comunitarios lo que hoy empieza a influir más en esta tendencia de volver a un yoga que nace del compartir los saberes entre comunidades? ¿La transmisión desde la sabia, la bruja, la sanadora, la maga y menos desde un yoga institucionalizado, fijo, corporativo, jerarquizado y homogeneizado?
Próxima Formación YSA
La próxima Formación de YSA comienza en septiembre de 2022 e incluye un precurso gratuito entre mayo y junio. Te invitamos a visitar mi página web para ver más información sobre la formación, aplicación y requisitos, y para conocer el programa de becas que ofrecemos para las mujeres que necesiten apoyo financiero. Esperamos que cada vez más mujeres puedan vivir esta experiencia de intercambio y aprendizaje colectivo.
Como agradecimiento a este espacio que nos brinda YogaenRed, dejamos algunos extractos de este poema somático de María Helena Céspedes, del CPC que nos seguirá acompañando en la guía del Autocuidado 2022-23:
Sorodidares
Este río pequeño de mujeres grandes
teje hilos vitales
para romper la agonía.
Siempre buscando motivos
Para prender el fuego
y retomando el camino
para juntar abrazos…
…Somos aprendices de otras formas de ser
de otras formas de estar.
Somos aprendices de mujeres sabias,
y nuestros labios proclaman palabras
que a otras condenaron.
Somos ríos de mujeres
Que desatamos la memoria
para liberar la historia de cuerpos quemados,
de palabras silenciadas,
de vidas invisibles…
…Hoy no necesitamos mediaciones
porque hemos descubierto
nuestras sacralidades
y nos sentimos habitadas
por la fuerza de la vida
y el poder de la luz.
Y nuestro espíritu de mujeres
va por caminos y pueblos
por las calles y los barrios.
Y a pesar de que no es fácil
porque la historia pesa
vamos con los ojos
bien abiertos
y tejemos nuevos hilos
y abrigamos otra aurora.
Para ver testimonios de las primeras cohortes y todos los detalles de la Formación-LAB ve a la web de Formación 2022-23, https://yogasomaticsvalencia.es/ysa-home-page-2022-23/ y ahí encontrarás el enlace Testimonios.
También tendremos un retiro de Yoga Somático en vivo del 10-12 de junio, Xabia, Alicante, donde podrás compartir con otras practicantes YSA.
Erika Páez es profesora de yoga especializada en Yoga Somático y Autocuidado. (ver bío)
Erika Yoga Somatics T +34 678821965
[1] El Centro de Promoción y Cultura CPC es una organización comunitaria en la localidad de Kennedy, Bogotá, con más de un millón de habitantes, una de las zonas donde llegan más desplazados por la violencia en Colombia, en especial indígenas, población negra y campesina que han perdido todo (Colombia es el segundo país a nivel global con más desplazados internos por el conflicto armado). Lo que ocurre en Kennedy se dice es un reflejo de lo que pasa en el país. El CPC lleva 42 años de trabajo con las comunidades tanto a nivel local como nacional; y con enfoque en mujeres, jóvenes, niños y niñas. Destacando su aporte en visibilizar a las Mujeres Populares Diversas para Construcción de Paz.