Los asanas: un medio, no un fin

2020-05-18

No se puede tomar un solo fragmento del yoga abstrayéndose de todo lo demás con respecto al mismo, porque entonces se llega a simplificar hasta lo esperpéntico, y eso no es yoga. El yoga es una disciplina de autodesarrollo, equilibrio psicosomático y evolución consciente. Escribe Ramiro Calle.

Ramiro Asana

Sus técnicas forman un conjunto perfectamente organizado para poder llevar a cabo sus fines, que en ultimo grado son la liberación y la autorrealización. Todas las técnicas se complementan y apoyan entre si, lo que no quiere decir que uno no prefiera o encuentre más valioso para sí mismo insistir en unas más que en otras. La diferencia entre el verdadero practicante de yoga y el yoguista empeñado en rendir culto a su cuerpo y alardear ante sí mismo o los demás de su flexibilidad, es que el primero tiene como objetivo el autodesarrollo y la paz interior, y el segundo utiliza los asanas como una simple calistenia o gimnasia. Es el privilegio de cada uno seguir una u otra senda.

El cuerpo puede ser una herramienta muy importante en la senda del despertar interior. De hecho la corporeidad es nuestro vehículo a lo largo de la vida en este plano. No hay en absoluto que menospreciar el cuerpo, y además dispone de potenciales que se pueden activar y ser de gran ayuda. Como confieso en mi Autobiografía espiritual (Editorial Kairós), al principio de mi llegada al yoga, aunque por poco tiempo, yo subestimé un poco el hatha-yoga, buscando miras espirituales más elevadas, pero luego comprendí que era un error y que ya que tenemos un cuerpo, podemos servirnos del mismo como medio para el progreso interior y así servirnos no solo de la corporeidad como tal, sino de sus potenciales.

Yo tenía muchos problemas con mi cuerpo, porque había padecido un grave trastorno de las piernas y era llamativamente rígido; pero empecé a trabajar con tenacidad e inquebrantable motivación sobre mi vehículo carnal, comprendiendo enseguida que muchas técnicas, como los asanas o posturas corporales, eran un medio, pero no un fin. Eran un medio para fortalecer la voluntad (evitando fortalecer el ego), dominar el cuerpo y equilibrarlo, armonizar sus principios vitales, y, sobre todo, estabilizar la mente, interiorizar la atención y unificar la consciencia. Por eso en los textos se nos indica que el hatha-yoga es como una escalera para llegar al radja-yoga. Mi práctica diaria combinaba asanas, pranayama, mudras y bandhas, relajación profunda y ejercicios de meditación.

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Como quería superar el handicap que representaba mi cuerpo, y que no era pequeño, comencé a practicar desde las posiciones mas fáciles a las más difíciles, nunca para jactarme de ello, sino como una especie de «ascesis» para autodominarme. Llegué a hacer toda suerte de asanas, pero entendiendo siempre cuáles eran los realmente esenciales, tales como la pinza, la extensión sobre la pierna, el arco, el saltamontes, la cobra, la vela y algunos otros. Los demás son prescindibles. Se pueden ejercitar, dotan de fortaleza, desarrollan el sentido del equilibrio somático, reeducan la voluntad, pero hay que tomarlos, si se realizan (y, repito, son prescindibles) como un medio y nunca como un fin, como una herramienta más para acercarnos a la meta, que no es otra en verdad que la paz interior, la conducta recta, la compasión y otras cualidades sanas de la psique.

Algunas personas han podido pensar que yo he arremetido contra el yoguismo por haber sido incapaz de ejecutar posturas más difíciles, pero Shiva sabe que no es así. Puedo decir que he realizado las más estrambóticas e innecesarias posturas yóguicas en mi afán por tener mayor control sobre mi cuerpo y mi mente, pero comprendiendo muy pronto que son innecesarias y que desde luego son mucho más útiles las mencionadas como realmente esenciales, que nos permiten interiorizarnos y utilizar la ejecución del asana como una meditación a través del cuerpo. Como me dijo un mentor con respecto a las posturas acrobáticas, «si te divierten, hazlas», pero no creas que te van a llevar a ninguna parte psicológica o espiritualmente hablando».

Información:
Los libros más completos de Ramiro Calle sobre yoga son: Yoga, método Ramiro Calle, Los scretos del yoga, Conversaciones con yoguis, El Gran Libro del yoga, Sadhana y El Gran Libro de la meditación. En septiembre aparecerá con la editorial Kairós el libro El milagro del yoga, que es el resultado de medio siglo de exhaustiva investigación sobre esta disciplina, que es el primer método de mejoramiento humano de este Orbe.

Conversaciones con yoguis recoge entrevistas con los más grandes yoguis, maestros, mentores espirituales y sadhus a lo largo de treinta años, conteniendo un enorme caudal de sabiduría. Esta obra ha sido completada por otra recogiendo los más grandes maestros de la tradición budista, titulada Conversaciones con lamas y sabios budistas.

Ramiro Calle

RamiroCalleMás de 50 años lleva Ramiro Calle impartiendo clases de yoga. En enero de l971 abrió su Centro de Yoga Shadak, por el que ya han pasado más de medio millón de personas. Entre sus 250 obras publicadas hay más de medio centenar dedicadas al yoga y disciplinas afines.

Nota: En Youtube podéis visionar gratuitamente los documentalesViaje a los adentros, Ramiro Calle, El Ramiro más íntimo y Sadhaka, la senda del yoga. Asimismo decenas de clases de hatha-yoga y meditación a partir de sus conferencias, talleres y seminarios.

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