Karma Yoga, según Swami Vishnudevananda

2018-09-03

Este texto escrito por Swami Vishnudevananda procede de su gran obra Meditación y Mantras (se puede encontrar la edición de Alianza Editorial).

Swami Vishnu Devananda

La meditación consiste en una deshipnotización continua de nuestra identificación con el cuerpo, con la mente, con el nombre y con la forma. Comienza en la vida cotidiana. Si no podemos separarnos de las actividades de la vida diaria no es posible cerrar los ojos y entrar en meditación. Si existe una identificación continua con nuestras propias actividades, éstas permanecerán con nosotros cuando el cuerpo siga sentado y en calma. Los ojos pueden estar cerrados, las manos entrelazadas y las piernas cruzadas, pero la mente no está controlada. Desempeña su papel. Se mantiene la identificación con el juego de la mente. No hay diferencia entre la actividad y la inactividad. La mente juega su papel en cualquier situación.

La mente debe permanecer desapegada y retirada de las preocupaciones cotidianas para sentarnos a meditar. El primer paso es el Karma Yoga o servicio desinteresado. Es el paso fundamental sobre el que la meditación se erige. La meditación no es posible sin el servicio desinteresado. Mediante el servicio a las demás personas, sin esperar nada a cambio, se practica también el pensamiento positivo en la vida cotidiana.

Un Karma Yogui auténtico está meditando siempre. Cuando ayuda a otras personas su pensamiento es: “Señor, estoy trabajando, adorándote y sirviéndote por mediación de esta persona en especial. Gracias por darme esta oportunidad”. Se desapega de los efectos de su acción, ya sea positiva o negativa. El Karma Yogui sabe que está diferenciado del trabajo y que el trabajo es solamente un camino para alcanzar el Supremo, ya  esté ocupado en la cocina, adorando en el templo, o cortando el césped.

El desapego se aprende mediante el servicio. La meditación no es posible hasta que se alcanza el desapego y podemos renunciar a las ataduras emocionales de nuestras tareas. A medida que el desapego se desarrolla es cada vez más fácil desvincularse de nuestras acciones. Es en ese momento, con los ojos cerrados, cuando la mente permanece imperturbable. Y ello porque en las tareas cotidianas la hemos entrenado para concentrarse todo el tiempo en nuestro interior. Algunas personas estarán en presencia de un Karma Yogui y creerán que es un trabajador más. No conocen el secreto de su paz interior. Solo él puede acariciarla y sentirla.

Un meditador serio es reservado. Por fuera parece una persona normal, pero por dentro es un océano insondable. Ha alcanzado una paz infinita. Nada puede cambiarle en el interior. El Karma Yoga te lleva a esa paz, que una vez probada, no puede ser descrita. Para alcanzarla necesitamos tiempo y paciencia.

El desapego de las acciones no significa eludir nuestras responsabilidades. Una vida azarosa no es yóguica, pues conduce a la rigidez de la mente. Cuando un yogui comienza una tarea la finaliza. Su mente no se agita. Ese es el secreto de su éxito. Su mente se concentra ininterrumpidamente hasta su finalización, si asume una responsabilidad. La mente del yogui es poderosa, porque puede concentrarse en todo momento. La mayoría de personas van de aquí para allá y llevan a cabo demasiados proyectos a la vez que no finalizan. No tiene  un estado mental meditativo.

Una persona que medita puede realizar más trabajo en menos tiempo. Tiene paz interior. Sus acciones se sitúan en un nivel de integridad y las personas con las que entra en contacto se sienten elevadas. En su presencia dinámica, incluso la más perezosa de las personas encuentra fortaleza y ánimo. Están inspiradas para llevar a cabo acciones que no podría realizar de otra manera. La apatía se difumina en presencia de una persona que practica yoga de forma sincera.

Mediante el Karma Yoga  la senda del servicio desinteresado, aprendemos el desapego en la vida cotidiana. Este es el primer paso esencial para la meditación. No deberíamos dejarnos engatusar por promesas de logros milagrosos con la meditación. Es una senda larga y disciplinada. El objetivo, sin embargo, puede ser alcanzado por todas las personas que tengan una determinación firme.