Esta es una propuesta de redefinición de la Biomecánica del Hatha Yoga, en apariencia sencilla pero abrumadoramente rica y precisa en un contenido que engarza con la más pura esencia de la tradición y pensamiento oriental. Escribe Roberto Majano.
Hace algo más de dos décadas científicos y doctores americanos capitaneados por el revolucionario investigador deportivo Greg Roskopf empezaron a estudiar de manera profunda el funcionamiento biomecánico del cuerpo humano desde su respuesta neuromuscular. Hasta ese momento nadie se había aventurado a conocer científicamente cómo era el funcionamiento neuromecánico de esos tres elementos, músculos, articulaciones y huesos, que conforman parte de la función biomecánica del cuerpo humano.
Dichos estudios llevaron a Greg y su equipo de investigadores a la creación de un sistema de técnicas biomecánicas para el tratamiento no solo de pacientes en proceso de rehabilitación, sino también para la optimización y acondicionamiento de la actividad de los deportistas profesionales. Este sistema es conocido como MAT o Técnicas de Activación Muscular, un sistema este que se enseña y desarrolla actualmente en conjunto con algunas de las mejores universidades de medicina del mundo, pues sus técnicas son consideradas como la vanguardia en cuanto a investigación y aplicación del complejo sistema de la función biomecánica del cuerpo humano.
El MAT funciona de la siguiente manera. Primero se realiza un complejo test de respuesta muscular del paciente en multitud de ángulos y posiciones, con el fin de analizar cómo es el grado de intensidad de esta respuesta, qué fibras dan fallo, cuáles no y cómo es el funcionamiento en conjunto con los demás grupos y cadenas musculares que interactuan en el movimiento.
Tras haberse realizado esto, contando así con un conciso y amplio mapa del comportamiento muscular de los encadenamientos musculares de zona donde se refleja el daño, dolor o desequilibrio muscular, el especialista en MAT efectuará su terapia de rehabilitación aplicando con sus manos ligeras resistencias a los empujes musculares que el paciente, a requerimiento de experto rehabilitador, tendrá que realizar con el fin de activar las fibras musculares inhibidas.
Una vez conseguida la conexión muscular, que el rehabilitador irá comprobando a base de ir testando nuevamente el funcionamiento de los mismos, indicará al paciente los ejercicios de rehabilitación que deberá realizar para ampliar, mantener u optimizar la función biomecánica del conjunto afectado.
Este sistema demostró algo sumamente curioso: a la hora de testar activar o crear la conexión neuromecánica entre fibras y sistema nervioso sólo funcionaba de una determinada manera. Esa manera que era que las fuerzas ejercidas, tanto en la oposición de las resistencias como en los empujes, debían ser de intensidad leve o muy leve manteniendo suaves presiones …
Este principio de esfuerzos e intensidad leve y mantenida en la realización de la terapia conectiva puso algo claramente de relevancia: la intensidad o esfuerzo de las fuerzas ejercidas tiene que ser leve y natural, pues de no serlo y ser estas insuficientes, fuertes o demasiado fuertes, las fibras inhibidas no conectan, sino que son otras fibras y cadenas musculares las que recogen el estimulo nervioso y entran en carga, quedando las fibras afectadas nuevamente en estado de inhibición.
Este hecho biomecánico supuso una serie de cosas, entre ellas que algunos profesores de yoga que, como en mi caso, nos dedicábamos a investigar en ambos campos, cambiáramos radicalmente nuestra concepción de entender practicar, enseñar, pensar y sentir el Yoga físico.
Esta nueva concepción de «entender» el yoga físico supuso, personalmente, la realización de un cúmulo de investigaciones y prácticas junto a otros profesionales que, tras varios años de investigaciones y análisis biomecánicos comparativos entre las diferentes formas y escuelas de yoga físico, desembocó en un resultado nada dual, sino muy concreto.
Un resultado cuya principal conclusión fue que practicar del yoga físico requiere una forma determinada de proceder y realizar muy exacta, no de cualquier forma sino muy concreta y muy sutil, que controle el umbral de intensidad en el tempo de realización de las fuerzas aplicadas.
Una forma suave, sutil y mantenida que entronca no con todos los sistemas de yoga físico modernos analizados que se actualmente conocemos, sino tan solo con uno, el Hatha Yoga, más exactamente con el principio fundamental que compone la propia biomecánica de ese complejo método holístico llamado Hatha Yoga .
Conclusiones
Las investigaciones concluyeron en tres puntos básicos que son :
1º: Que si queremos interactuar sobre nuestro cuerpo físico con un fin saludable y efectivo mediante la práctica de yoga físico, tenemos que ir directamente a la mente, serenando y calmando el estado de esta mediante una práctica armoniosa distribuida entre ejercicios físicos realizados con una intensidad leve y controlada y ejercicios respiratorios y de relajación profunda que induzcan a desactivar los patrones mentales tensionales y a activar la conciencia,pues de no realizarse esto, la psiquis volverá a afectar de alguna forma a la biomecánica de nuestro cuerpo.
2º: Que la biomecánica del yoga físico, propiamente dicha, no responde a ningún sistema, escuela o método en particular de yoga basado en unas determinadas series de asanas, sino a un tipo de ejecución especifica de realizar estas .
3º Que el yoga fisico es una práctica completamente libre que se ajusta de manera personal a uno mismo, y no responde por tanto de manera eficiente a ningún esquema o escuela en particular preconcebido sino tan solo a una práctica correcta.
Roberto Majano, investigador de Biomecánica deportiva, profesor de yoga y bombero profesional, impartirá un taller sobre Biomecánica de Hatha Yoga en Padmasana Center (c/Mar de Omán, 34, Madrid,) el día 18 de abril de 18 horas a 21 horas.