Historias para compartir/ Así enseño yoga a los niños

2016-03-18

Laura Moreno comparte su experiencia como profesora de yoga para niños, sus pequeños secretos para lograr que los más pequeños obtengan todos los beneficios de su práctica, al tiempo que disfrutan en calma en la clase.

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Como profesora de yoga para niños, mi objetivo está enfocado en el desarrollo y bienestar de los pequeños, aprendiendo y mejorando constantemente con ellos.

El yoga es muy positivo para los niños en muchos sentidos. Tiene efectos saludables, como mejorar la concentración del niño. A través del juego, de la música, del mantra sagrado Om, pueden llegar alcanzar la calma. La palabra yoga significa unión, unión de sí mismo. Así,  los niños puede aprender a conocerse, a relacionarse y a comunicarse con su entorno mediante el yoga.

Los expertos comentan que la mejor edad para que los niños comiencen a practicar yoga es a partir de los 4 años, pues ya tienen la capacidad de realizar movimientos controlados con su cuerpo. Hoy día las prisas ya han visitado hasta a los más pequeños, exigiéndoles más de lo que pueden. La presión en los estudios, la falta de atención en clase, el estrés, son malos consejeros para su desarrollo, y hasta su sistema inmunológico se ve afectado. Gracias al yoga consiguen olvidar las situaciones de presión que puedan aparecer en su día y a día, mejorando su actitud tanto física como psíquica y facilitándoles la concentración.

Su respuesta hacia un estado más calmado influye en sus ganas de entrelazar juegos, cantos y asanas. La práctica llega a ser el momento de tranquilidad y disciplina, ya que los niños llegan al centro de yoga corriendo, deseando dejar las mochilas , quitarse sus zapatos y extender sus esterillas. Por supuesto, todos quieren estar cerca de la maestra, pero a veces jugamos a que uno de ellos es el profesor; esa situación les pone en alerta y les hace estar en el presente.

Luego, a la hora de practicar, siempre tienden a ciertas posturas.  A los chicos les gusta elegir el León, y a las niñas les encanta la Tortuga. Nos imaginamos que estamos en la jungla y eso les divierte muchísimo. Otro día la clase es un cuento que nosotros mismos nos inventamos y que nos da pie para expresar sensaciones vividas alegres o no, y eso hace surgir la comunicación entre ellos.

La actitud del profesor

Los niños aceptan la práctica como un momento divertido y relajante a través de las posturas y de la quietud física. Su estado de calma aumenta favoreciendo a su tranquilidad. Yoga es una actividad lúdica, y el potencial creativo del niño se dispara potenciando su talento.

En una clase yoga para niños,  además de la práctica se puede introducir los mandalas. Estos nos darán más información del estado de ánimo del niño, ya que a través de los colores obtenemos información. Para los niños, pintar mandalas es una fuente de concentración y una forma divertida de relajarse. Las emociones  se canalizan a través del dibujo, las representaciones gráficas y los colores elegidos. También les divierte entonar el mantra Om, sentir esa sensación de cosquilleo en la garganta a la vez que realizan un mudra con sus manos.

Es muy importante que los profesores sepan transmitir a los niños seguridad, confianza, ánimo de juego y tranquilidad. El profesor tiene el papel de motivador y a la vez de inductor a la relajación. Debe observar sus actitudes en clase para fomentar cada día las ganas de practicar, ya que aún son muy pequeños y no tienen desarrollado al cien por cien su capacidad de concentración.

Los beneficios del yoga para niños

  • Ayuda a canalizar su energía y reafirma su autoestima, consigue aumentar su confianza, pues los niños que practican yoga es más probable que de adultos tengan una visión más responsable y feliz de la vida.
  • La flexibilidad aumenta con las posturas, que ayudan a que la musculatura del cuerpo adquiera más fortaleza.
  • A través del yoga los niños ejercitarán su respiración y aprenderán a relajarse.
  • Mejorará su coordinación, la seguridad en sí mismos, la calma emocional, la concentración, el sistema inmunológico.

El yoga se complementa a la perfección con otros deportes. Y si además de practicar yoga los niños llevan una dieta equilibrada con alto consumo de fruta y verduras, crecerán con una conciencia muy importante de su cuerpo. La alimentación juega un papel de vital importancia, ya que nuestro cuerpo se nutre de la comida que ingerimos. Además, la dieta influye en nuestra psique, en nuestras emociones y conducta. Así que un niño en pleno desarrollo se sentirá mucho mejor y con más vitalidad si practica yoga y se alimenta saludablemente.  Comer bien también es una una forma de aprender a amarse.

Laura Moreno, profesora de yoga y yoga para niños. 

Centro de Yoga Yecla Dhyana

https://laurayogablog.wordpress.com/