¿El verdadero yoga?

2014-03-31

Muchas veces hemos hablado sobre el verdadero y único Yoga, y cuantos más somos hablando del tema, más yogas auténticos expresamos y más verdades se constatan. ¿Realmente hay un Yoga genuino y referencial? Reflexiones del facebook de Mayte Criado.

verdadero yoga

Una vez me hicieron una pregunta similar en una entrevista y no dudé en afirmar que por supuesto lo hay; así expuse, de seguido y sin respirar, uno a uno los principios incuestionables que para mí avalaban lo que no vacilé en llamar “verdadero Yoga”. Cuando al tiempo  -poco tiempo- volví a releer mis respuestas, encontré ideas que hubiera corregido y cambiado no solo en la manera en la que las expresé sino también en su argumento y su consistencia. La verdad es que hubiera borrado del mapa esa entrevista.

Al reflexionar de nuevo en ello (y me parece importante hacerse ciertas preguntas de vez en cuando, sin abusar), no puedo no darme cuenta de que o bien nos situamos en actitudes y razonamientos que llegan a la conclusión de que “todos los caminos llevan a Roma”, es decir, todas las verdades sobre lo que es y lo que no es el Yoga tienen al fin la misma esencia y buscan un mismo objetivo, aunque llamado por diversos nombres (y por tanto, da igual a lo que llamemos Yoga, total, todos buscamos lo mismo y somos lo mismo); o bien cada cual se sitúa en una posición definida, según sea su origen, o sus creencias, o sus tendencia,s e incluso según esté influenciado por una u otra corriente de pensamiento. Y, claro, entonces las reflexiones son variopintas cuando no enfrentadas y, más aún, a veces llegan a ser opuestas y crispadas.

Si además hablamos del Hatha Yoga y no del Yoga en general, la discusión está servida: los yoguis de Sivananda y Satyananda argüirán sobre la tradición y que ello supone la garantía de permanecer en un camino seguro; los de Ashtanga, que el trabajo sobre la fluidez es la mejor forma de expresar lo divino; los de Iyengar, que la precisión crea la consciencia que estamos buscando; los del Bikram, que el Yoga en sauna regenera, descarga y desintoxica el cuerpo y la mente y por tanto es bueno sudar y ponerse al límite; los del Power, que se necesita un mayor movimiento para escucharse a uno mismo; los del Restaurativo, que la lentitud, el relax y lo pasivo son lo adecuado para crear la sensibilidad como puerta al corazón; los del Kundalini, que es necesario precipitar una gran convulsión energética para despertar a la espiritualidad; los del Free Style, que es mejor no seguir nada concreto y tomar, en cada caso y en cada momento, las referencias que se consideren oportunas de los otros hatha yogas. Luego también estamos nosotros mismos, yo misma, con nuestra banderilla en la mano, que hablamos de un Yoga integrador y libre que pueda acoger la experiencia personal y se abra a la escucha, tanto individual como común, como fuente de evolución… En fin…

Y la reflexión no para tampoco aquí. Porque ahora toda la cuestión del Yoga y del Hatha Yoga está también mezclada, influenciada, bien avenida –llamémoslo como proceda- con la terapia, o mejor en plural, terapias. Así que no es lo mismo un hatha yogui del Ashtanga que además sea terapeuta Gestalt, o que un raja yogui sea psicoanalista e incluso osteópata; no es lo mismo uno de Iyengar que sea terapeuta transpersonal ni tampoco los argumentos o las clases que te dé un profesor o practicante de Yoga Kundalini serán los mismos si es quiropráctico o se dedica a la terapia del Reencuentro.

Y aún podemos añadir más variables y estas tienen que ver sobre todo con el Yoga a lo grande, es decir, con los sistemas de pensamiento, las ideas, las culturas, las influencias, los cambios que uno mismo genera en sus creencias a lo largo del tiempo, y sobre todo tiene que ver con los mitos, los que uno crea o más bien necesita, y los que hereda sobre lo que debe o no debe ser el Yoga y lo que busca el Yoga como verdad final.

Claro que no, no es lo mismo el yogui vegetariano y asceta que vive al margen de la sociedad buscando la unificación con Krishna o cualquier otra deidad vishnuita que otro de las mismas características que sin embargo busca la identificación con Shiva o con Shakti. Ni es lo mismo el que intenta disolverse en el vacío o el que camina en la ferviente convicción de que todo es ilusión. Tampoco es igual el dualista que mira el mundo como realidad tangible y única o el tántrico que busca en los límites de la experiencia sensorial el sabor de la gran esencia. Ni es lo mismo el yogui que se viste de negro o de gris o de marrón y busca la simplicidad minimalista o aquel que viste de blanco y llena las estancias de velos y colores.

Y sin duda, no es lo mismo ser yogui en Madrid o México DF que en los Himalayas. Ni tampoco es igual ser yogui mujer que hombre. No te cuento nada si además de ser yogui mujer, vives integrada en la sociedad actual, eres empresaria, tienes hijos, intereses sociales que no cambiarías por nada, corres de un lado a otro, y aspiras a transformarte a ti misma y tal vez a unos pocos siendo profesora de Yoga. No es lo mismo, no.

Y entonces, alguien podría explicar ¿qué es y en qué consiste el verdadero Yoga? Pero ¿realmente hay un Yoga auténtico? ¿Qué es auténtico? ¿Qué es Yoga? ¿Quién puede llegar a llamarse yogui? ¿Quién sí y quién no?

Quién es

MayteCriadoFBMayte Criado es directora y fundadora de la Escuela Internacional de Yoga.

Comenzó a practicar Yoga hace más de 25 años y en su recorrido como Profesora de Yoga y como Formadora de Profesores de yoga, ha tenido la oportunidad de profundizar en muchos aspectos inherentes al camino del Yoga. Su profunda vocación de proporcionar oportunidades a los demás para crecer y realizar sus potenciales, la han llevado a compartir sus vivencias y experiencia a través de los Programas de Formación que ha creado.

Mas información: http://www.escueladeyoga.com/Mayte-Criado.html