Entrevista con Bosco Uriarte: cómo relanzar un gran estudio de yoga en plena crisis

2021-12-09

El día que Bosco Uriarte entró por la puerta de City Yoga como nuevo dueño, estaba mediando el verano y la pandemia no aflojaba… Apenas había practicado yoga, pero en tiempos de cierres y máxima incertidumbre tuvo el admirable valor de aceptar el reto para sacar adelante uno de los centros de yoga más emblemáticos de Madrid. Y hoy el centro ya está rodando con éxito. Es una entrevista YogaenRed.

En dos meses escasos, Bosco Uriarte decidió que sí, que iba a tomar el relevo a William Sackville en los mandos de City Yoga. El sueño de William en el 2003 fue hacer en el centro de Madrid algo que entonces no había: un estudio de yoga y terapias naturales de grandes proporciones, moderno, accesible, amigable y profesional. City Yoga ha cumplido años funcionando al cien por cien en sus 500 metros cuadrados, lanzando cursos pioneros como el Yoga para embarazadas o el Yoga para Niños con Necesidades Especiales; o sus clases magistrales con profesores internacionales; y sus formaciones de profesores capaces de atraer a interesados de toda la península.

Pero ¿quién es Bosco Uriarte y por qué se metió en la aventura de relanzar un centro de yoga en plena crisis del covid? En YogaenRed hemos ido a verle a City Yoga para preguntárselo…

Él mismo nos cuenta así la historia:

Respuesta: Siempre fui amante de los viajes, así que estudié Turismo y empecé a trabajar en agencias de viajes, en hoteles y como comercial de empresas. Con el tiempo, como era muy deportista y amante del futbol, monté una pequeña compañía de organización de eventos deportivos para empresas. En 2013 decido dedicarme solo a esta actividad que iba creciendo y así tener más tiempo para mi hija y mi mujer. En el curso de ese trabajo pareció un cliente que quería introducir el yoga y el pilates en sus actividades. Así fue como, hacia 2017, contacté con William y City Yoga, y empezamos a colaborar regularmente, lo que me permitió conocer un poquito más el mundo del yoga.

Un par de años después comencé a sentirme bastante estresado con mi trabajo, así que un día le dije a William: «El que voy a necesitar hacer yoga soy yo». William estaba lanzando uno de los cursos de mindfulness de City Yoga y me propuso hacerlo. Pero yo no tenía tiempo entonces para ello… Hasta que llegó el covid-19…

Pregunta: ¿Qué papel jugó la pandemia en tu decisión de hacerte empresario de yoga?

R: Dentro de lo malo que ha sido, ahora puedo decir que fue positiva para mí. Mi empresa paró su actividad  porque dejaron de organizarse eventos deportivos, con todo lo que suponía a nivel laboral para los poquitos empleados que tenía… Yo andaba con una ansiedad tremenda, y entonces William me propuso de nuevo el curso de mindfulness. Ya no había excusas… A William le estoy muy agradecido porque plantó una semillita empujándome a hacer ese curso.  Al final di el paso; creo que tenía que darlo porque algo por dentro me estaba diciendo: despierta, avanza, no te quedes ahí. Aquel curso me dio un vuelco a todo y conecté con algo que yo creo que había perdido… Empecé a bucear en mi interior, a leer, a hacer yoga, a meditar… a dedicarme tiempo a mí mismo, y me di cuenta de que todo me iba mejor.

Hablando con la que era y es la profesora del curso de mindfulness  Carmela Llauradó –para mí, mi maestra– le conté mis inquietudes sobre el mundo digital, que me da un poco de miedo hacia dónde nos está llevando, sobre todo a los más jóvenes. Y empecé a darle vueltas a la idea de cómo el mindfulness y el yoga podrían ayudarnos en una reeducación digital. Cuando se lo comenté a mi profesora, me contó que William estaba intentando traspasar City Yoga. En ese momento me sorprendió, pero deseché la idea de hacerme cargo porque no tenía capacidad económica ni estaba pensando en un proyecto de tal dimensión.

Sin embargo, hacia mayo de este año empecé a hablar de ello con William y de su deseo de cambiar de ciclo vital. Empecé a valorar lo maravilloso que es City Yoga, las posibilidades que tenía, y los excelentes activos humanos con los que contaba, en cuanto a trabajadores y profesores colaboradores. Finalmente, me dejé guiar por una voz interior que me decantaba por el «sí, puedo con ello», y junto con el apoyo de mi hermano, vi que se hacían realidad los otros apoyos que necesitaba. Así que el 23 agosto de 2021 entré por la puerta… y hasta hoy.

P: ¿Cómo empezó a rodar esa nueva etapa?

R: Todo fue desarrollándose sobre la marcha… Hay que tener en cuenta que en julio había muy pocas clases y la situación sanitaria era mucho más temible e incierta… Así que empecé a vivir el centro en plan intensivo asistiendo a las primeras clases y empezando así a conocer a los profesores como un alumno más, porque aún no podíamos decir que yo iba a ser el sucesor de William.

P: ¿Con qué ideas afrontas este nuevo curso en City Yoga?

R: Con la ilusión de introducirme en algo tan bonito, aunque todavía hay que seguir salvando la situación en cuanto a cumplir las medidas de seguridad e intentar atraer a nuevos alumnos, tanto a las actividades presenciales como las online, que siguen siendo muy demandadas por gente que todavía no se atreve a venir al centro. Todo lo hago de muy buena gana porque estoy muy motivado.

La vuelta fue una apuesta para todos. Pero la ilusión de la vuelta fue venciendo al miedo a salir de los ERTE y a no formar grupos suficientes para los cursos. Los buenos presentimientos se confirmaron cuando empezaron a llegar alumnos a las clases. Las compañeras y compañeros y las profesoras y profesores, tanto los que ya estaban antes como los nuevos, tenían ilusión de volver a verlos; y los alumnos traían energía renovada al centro. ¡Todos volvimos con tantas ganas!, y esa ilusión se notaba y se nota.

P: Muchos centros de yoga nacen por iniciativa de los propios profesores. Tienen que aprender sobre la marcha cómo funciona una empresa y cuestiones sobre administración, rentabilidad, etc. ¿Qué es lo más importante que puede aportar el conocimiento de la gestión empresarial, como es tu caso?

R: Yo creo que intentar coordinar bien a todos los actores que influyen en que un centro funcione. Todas las áreas tienen que estar muy bien engranadas porque cada pieza, incluso la más pequeñita, es fundamental: desde la limpieza, ahora súper importante, hasta el alumno que viene a probar si el yoga es lo suyo. Ahí siento que es lo que más puedo aportar, porque lo he estado haciendo muchos años a nivel trabajador y también de organizador.

Y es muy importante para que todo funcione que todas las personas implicadas estén bien. Eso lo hemos hablado en City Yoga directamente: es un deseo colectivo el sentir ese impulso renovador, esas ganas… Si nos va bien a todos los que giramos en torno a City Yoga, éste funcionará. Lo que me ha transmitido todo el mundo es la gran presencia que tiene como centro especializado y formador; lo tuve claro desde el principio y no se me va a olvidar. Por suerte todo esto me nutre muchísimo.

P: La continuidad está, pues, asegurada…

R: Sí, somos siete personas fijas, siete profesores y cuatro formaciones que ya están en marcha y otras tantas que comenzarán a principios del próximo año. Eso ya es estupendo.

P: ¿Alguna idea que acaricias para el futuro?

R: Aprender mucho… Ahora estoy haciendo, como alumno, la formación de Yoga y Mindfulness para Niños. También estoy siguiendo el curso que tenemos de Mindfulness y Compasión, con Cristina Erice. Creo que si me voy nutriendo de ese saber, voy a hacer mejor que todo funcione. Fijaos que yo no era mucho del entorno digital y las redes sociales, me echaban un poco para atrás. Pero al llegar aquí, gracias a conversaciones con diversas personas, me he dado cuenta de que no se puede luchar contra eso sino que conviene más unirse a ello y desde dentro intentar mejorar el sistema. Así que estamos desarrollando toda la parte tecnológica que nos permite ofrecer las formaciones en doble formato, presencial y online.

P: ¿Qué te gustaría transmitir a los lectoras/es de YogaenRed?

R:  Cuando empezamos a madurar todo esto y a ver que era una realidad, William y yo comentamos que no queríamos volver a la normalidad de antes, sino ir a un mundo mejor, y desde City Yoga contribuir a ello como podamos. Esa es la idea que quiero tener muy presente, continuando con la labor de William en favor de crear conciencia y comunidad en torno a temas que nos interesan a todos a nivel planeta, ecológico, mundo digital, etc. Ahí espero que podamos seguir organizando muchas cosas. Por suerte para City Yoga, continuamos contando con la ayuda de William desde la distancia.