Sadhana ‘Textos clásicos del Hatha Yoga’

2021-09-09

A menudo se utiliza el término Hatha Yoga incorrectamente. En realidad es un sistema de meditación que comienza con la purificación del cuerpo o de los distintos cuerpos pero que rápidamente se funde en un abrazo con el Raja Yoga. Te propongo estudiar y practicar los Textos Clásicos del Hatha Yoga hasta saborear su verdadera esencia y propósito. Escribe Yamila Estella.

Gorakshanath

Se confunde Hatha Yoga con asanas y relajación… ¿Por qué? Hay multitud de cursos de “profesor de yoga” o “profesor de Hatha Yoga” en los que los participantes, sin tener una base sólida previa de práctica de yoga, se embarcan y se empachan de asanas y un potpurrí de conceptos sobre meditación, y palabras difíciles de pronunciar como Patanjali o Bhagavad Gita

¡Por algo hay que empezar ya que no lo habían hecho antes!… Esta situación es también producto de la sociedad de consumo en la que vivimos donde un ciego conduce a otro ciego. Pero también es normal, ya que no vivimos en los Himalayas rodeados de maestros de verdad. No pasa nada…. Ese era el descubrimiento del yoga, y después viene la profundización en el YOGA.

Evitemos también quedarnos en una profesionalización teórica en la que los estudiosos conocen cada punto y coma de las escrituras pero nunca se han sentado a ponerlas en práctica ni sale la devoción o la inspiración de su corazón al impartir enseñanzas… No es un movimiento intelectual y cultural, ni una oferta más de la sociedad de consumo…

Como decía Swami Sivananda: “Más vale un gramo de práctica que una tonelada de teoría”… Si ya hemos tenido la suerte de acercarnos al yoga, es hora de profundizar si es que sentimos el irresistible anhelo del Ser por ser liberado. Y si no es así, tampoco pasa nada, todo está bien.

Siguiendo los textos clásicos del Hatha Yoga

El Tejo Bindu Upanishad nos dice que “asana es la postura que se sostiene con facilidad y que de manera ininterrumpida nos permite contemplar a Brahman, el Absoluto”. Comparado con el componente gimnástico y de culto al cuerpo con el que se han difundido las asanas en Occidente, desprovistas de su verdadero potencial,  ¿cuántos practicantes verdaderos de asanas quedan en el planeta?

Otra de las realidades con que nos encontramos es que muchos de los textos clásicos no están traducidos o bien traducidos al castellano. Son difíciles de interpretar e incluso parecen incompletos o contradictorios. Se pusieron por escrito, sí, pero detrás había un maestro que daba las instrucciones necesarias al aspirante a yogui para que las siguiera correctamente. Y hay multitud de palabras que encierran conceptos que sólo se pueden experimentar y no explicar intelectualmente.

El que las enseñanzas se expongan en forma de enigma tienen una razón muy simple: estaban hechas para aquellos que podían entenderlas y tenían el interés suficiente para descifrarlas, no para los que las iban a convertir en folklore del mismo modo que se colocan figuras de Buddha en cualquier chill-out o se hacen asanas como si fuera gimnasia, gritando y sudando…

El aspecto más burdo y básico que tratan estos textos son las asanas. Pero no por lo bonitas que quedan en las fotos ni para hacer gimnasia deportiva o acrobática, sino porque mantienen la salud del cuerpo, recuperan la comunicación de la inmensa red neuronal con la que contamos, ejecutan combinaciones de nuestros recursos distintas y eficientes, redirigen el prana y nos permiten tomar conciencia de sensaciones internas de las que previamente no éramos conscientes.

Con las asanas creamos espacio y lo llenamos de conciencia. Es un entrenamiento. Me aíslo de las sensaciones externas para descubrir las internas. Sólo así podré continuar en busca de la joya más preciada: mi verdadera esencia.

Cuando además practico pranayama, en el sentido más estricto, es decir con retenciones, estaré alterando la química en el cerebro y la frecuencia de sus ondas cerebrales, dando lugar a un estado alterado de conciencia que me permite bucear en mis profundidades.

Camino de purificación

El Hatha Yoga se lo debemos a la Nath Sampradaia, un linaje de increíbles maestros o mahasiddhas que en su enorme generosidad nos dejaron enseñanzas para purificar “los distintos cuerpos o vasijas” en los que habitamos y nos pongamos en contacto con nuestra verdadera naturaleza.

El primero de estos maestros es Adi Nath, el gran Shiva a quien debemos respeto y agradecimiento. Y a continuación a Goraknath, Matsyendranath o Swatmarama entre otros.

El punto de partida es un cuerpo sano que no suponga un obstáculo para la práctica. Para ello se mencionan “algunas” asanas, aspectos a tener en cuenta en la dieta y shatkarmas o técnicas de purificación físico-energéticas. Tengamos en cuenta que hace mil años, cuando algunos de estos textos fueron escritos, los yoguis estaban mucho más limpios y aún así seguían limpiando el cuerpo por dentro.

Después, y siguiendo con los textos clásicos del Hatha Yoga, ya limpio el cuerpo aun así es como un recipiente de arcilla sin cocer. De la misma forma que ese recipiente no puede mantener el agua dentro y se termina fracturando, tampoco es posible para una persona mantener el prana, la conciencia y la gracia si sus distintos cuerpos no están preparados.

La mejor forma de «cocer» (preparar/purificar) el cuerpo físico, pránico y mental es con el fuego que genera la práctica del pranayama. Se eliminan así impurezas del cuerpo y se limpian los nadis (canales) para que fluya el prana, entonces el cuerpo es un recipiente favorable para la sadhana…

Nos vamos acercando…

La esencia de las enseñanzas del Hatha Yoga es que la Dicha Suprema no la vamos a encontrar nunca en el mundo de los objetos ya que reside dentro. Por tanto, es hora de comenzar el viaje hacia el interior siendo esta la única forma de terminar con el sufrimiento, liberándonos del engaño y la ilusión en la que estamos sumergidos.

Nos dice uno de los textos del Hatha Yoga: “La mente tiene que estar tan enfocada/atenta en el interior como lo está una abeja al recolectar el néctar sin distraerse por su perfume». Es decir, es necesario Pratyahara para comenzar el viaje dentro y no distraernos con los estímulos sensoriales.

Si, en el caso contrario, estoy expuesto a continuos estímulos externos, éstos provocan estados tamásicos (pesados) y rajásicos (alterados) mentales de forma espontánea. Siendo ese el punto de partida no puedo avanzar en la verdadera meditación. Los estados sattvicos (ecuánimes y luminosos) se van entrenando al mirar hacia dentro sin reaccionar e incluso restringiendo en la vida cotidiana la excesiva indulgencia del placer de los sentidos. Sin supresión ni rechazo… una disminución observando con conciencia. Tanto la felicidad como el sufrimiento que experimentamos son producto del movimiento de la sustancia mental. Suspender la actividad mental (“Yogaschittavrittinirodaha”) suspende también los tres mundos en los que experimentamos el sufrimiento (cielo, tierra e infierno).

Si en una postura cómoda de meditación dirijo la respiración conscientemente y aplico retenciones y cierres energéticos y además observo sensaciones más internas, habré pasado a la categoría de práctica de mudras, mucho más sutil que todo lo anterior. Se abre aquí un abanico de prácticas que incluyen bandhas, mudras, kriyas, etc

Como consecuencia estaré despertando prana, energía, shakti, kundalini… que yace dormida y con un enorme potencial para expandir la conciencia. Además de despertar kundalini la guiaremos para que vaya perforando los chakras y reteniendo el Amrit o la quintaesencia del cuerpo.

Si desde aquí continúo con el camino marcado por el Hatha Yoga escuchando el Nadam o sonido interno, el resultado será la absorción en el Ser Supremo o Brahman. Eso es el Hatha Yoga clásico: experimentar Sat-Chit-Ananda, verdad, conciencia y bienaventuranza. La mente silenciosa, liberada del velo de maya, se rinde a los pies del Ser Supremo.

Como dice el gran Sri Shankaracharya en su tratado Aparoksanubhuti: “La práctica de Hatha Yoga está indicada para aquellos cuya naturaleza necesite ser purgada de impurezas”. Siendo humildes, podríamos entrar todos o casi todos en ese saco, por tanto, ¡empecemos!

Propongo un Curso/Sadhana sobre los Textos Clásicos del Hatha Yoga para estudiarlos y practicarlos hasta saborear su verdadera esencia y propósito. (octubre-21 a junio-22)

Es necesaria experiencia en la práctica de yoga y verdadero compromiso con la práctica
Si quieres saber más escribe a: sadhanahathayogaclasico@gmail.com

Más información sobre motivación, fechas, horarios y precios:
Curso-Sadhana textos clásicos Hatha Yoga – YouTube   y
Sadhana Textos Clásicos del Hatha Yoga Oct’21-Junio’22 | Yamila Estella Yoga

Yamila Estella es profesora de Yoga, Meditación, Relajación. Ver bio aquí